Estar feliz, triste, excitado, distraído, cansado, interesado, desinteresado, ¿se trata una patología o simplemente así funciona la psicología humana? ¿Quién decidió que la dificultad para prestar atención necesitaba medicación o que estar triste luego de una ruptura era una enfermedad diagnosticable?
La forma en la que entendemos la vida moderna fue cambiada por personas de las que nunca escuchamos hablar. Y la persona que modificó para siempre el entendimiento de la medicación psicológica fue Henry Gadsen.
No, no era médico ni psiquiatra sino un ejecutivo de ventas de una gran compañía farmacéutica y ahora todos tomamos valium como caramelo gracias a su “brillante” idea.
En los ‘70 Gadsen planteó que la industria médica tenía un problema: estaban limitando su base de clientes a tratar enfermedades
En los ‘70 Gadsen planteó que la industria médica tenía un problema: estaban limitando su base de clientes a tratar enfermedades. Si reinventaban la enfermedad para tratar a personas sanas y lograban que tomar fármacos fuera algo cotidiano podrían vender más.
La estrategia fue convertir tus sentimientos en una enfermedad. ¿Cansado? ¿Estresado? ¿Triste? ¿Melancólico? ¿Preocupado? Todo era medicable y así se puso en marcha la maquinaria de marketing de una de las industrias más lucrativas del planeta.
¿Qué sentimientos convertimos en enfermedad?
En 1980, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés) presentó un nuevo manual que modificó la manera en la que se definía y diagnosticaba la enfermedad mental. Fue de gran ayuda para los médicos y también para las farmacéuticas.
Tenía como objetivo clasificar cada enfermedad mental e incorporar todos los desórdenes que se fueran identificando. El documento introdujo 265 categorías y cambió la vida de miles de millones de personas para siempre.
¿Cansado? ¿Estresado? ¿Triste? ¿Melancólico? ¿Preocupado? Todo es medicable
El manual ayudó a los médicos a investigar las patologías e hizo que los pacientes no se sintieran los únicos afectados por ese trastorno. Sin embargo, también ayudó al juego de las compañias farmacéuticas.
Dime qué sientes y te diré qué medicamento tomas
Tener la cancha definida ayudó a las empresas a desarrollar medicamentos para una serie de nuevas enfermedades.
Una investigación de la BBC ilustra con un ejemplo la situación. "El manual se publicó en 1980. En 1987, aparece el Prozac, que había existido durante unos 15 años. Esa cosa inútil de repente se convirtió en uno de los mayores éxitos de ventas en la historia de la industria farmacéutica", señala el informe.
¿Cómo lo lograron? Vendieron la enfermedad para vender el medicamento. Si lográs que las personas piensen que sus sentimientos negativos pueden resolverse con una píldora vas a tener un mercado megamillonario.
Si lográs que las personas piensen que sus sentimientos negativos pueden resolverse con una píldora vas a tener un mercado megamillonario.
Incluso, en 1994 cuando salío la cuarta versión del manual, Pfizer sabía que el 75% de las prescripciones para la depresión se recetaban en la atención primaria. Por lo que proporcionaron los fondos para que se ideara una herramienta para que los doctores diagnosticaran la depresión más fácilmente. Este cuestionario se convirtió en estándar en la industria y ayudó a vender muchos medicamentos.
Qué preguntas indican que estoy deprimido
"Durante las últimas dos semanas, ¿con qué frecuencia te han molestado cualquiera de los siguientes problemas ...".
- "Poco interés o placer en hacer cosas"
- "Sentirse deprimido, triste o sin esperanza"
- "¿Te sientes cansado o tienes poca energía?"
- "Pensamientos de que estás mejor muerto o lastimándote a ti mismo".
Así que una farmacéutica comenzó a establecer el criterio sobre lo que constituye una depresión medicable. Medicamento que, claro, comercializan ellos.
Los medicamentos son útiles para quienes genuinamente sufren de depresión
Claramente hay un demanda genuina de medicamentos para quienes sufren de depresión clínica y su medicación es válida. El psiquiatra Allen Frances señaló para la BBC que "ahora es normal estar medicado, no la excepción" y agrega: "Esas medicinas son esenciales... para el 5%. Pero son absolutamente perjudiciales cuando son usadas incorrectamente". La depresión no es la condición más erróneamente diagnosticada en Estados Unidos.
Con los chicos no
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad o TDAH entró en el juego. Fue publicado en el manual de 1994 y en 1995 había 500.000 chicos diagnosticados solo en los Estados Unidos. Hoy, uno de cada 7 niños recibe tratamiento.
De acuerdo con la BBC, la empresa Johnson & Johnson financió la investigación de un médico prominente en el campo, Joseph Bierderman un mercado de drogas antipsicóticas para niños se creó a partir de su investigación.
"Descubrí que estaba a la vanguardia de la prescripción de medicamentos poderosos, antipsicóticos y antiepilépticos, anticonvulsivos para niños muy pequeños, y contaba con un gran respaldo financiero de las firmas farmacéuticas, muchas de las cuales vendían las medicinas que él recomendaba", señaló Allen al medio inglés.
Como un tatuaje
Una vez que le pones a un chico la etiqueta de ADD o autismo, el diagnóstico puede perseguirlo por el resto de su vida. En las escuelas muchas veces se trata de manera diferente a estos chicos que sienten la marginación de sus superiores y sus compañeros.
No deberíamos redefinir la infancia como un trastorno psiquiátrico
Muchas veces se trata de chicos traviesos o juguetones. No deberíamos redefinir la infancia como un trastorno psiquiátrico.
El medicamento que cura la vida
En el futuro ideal de las farmacéuticas, todos consumimos pastillas para mantenernos en la flor de la vida.
En los últimos años, se popularizó el uso de drogas para déficits de atención entre estudiantes universitarios que quieren mantenerse al día con sus clases y aprobar los exámenes.
En el futuro ideal de las farmacéuticas, todos consumimos pastillas para mantenernos en la flor de la vida
Se trata de medicamentos que no necesitamos. No estamos “curandonos”, simplemente estamos viviendo.
Más vale prevenir
La nueva estrategia es el miedo. Si te dijera que tenés un 80 por ciento de posibilidades de sufrir alzheimer más adelante en tu vida pero que podés evitarlo con pastillas, ¿lo harías?
Eso es lo que comprendieron las compañías farmacéuticas y está en nosotros darnos cuenta cuál es su negocio.
No dejemos de sentir. La vida está compuesta por alegrías y tristezas, ethos y pathos. No hace falta suprimir ninguna para tener una vida plena. No entremos al juego de multimillonarios y seamos conscientes de los medicamentos que consumimos.