El estrés es un mal de nuestros tiempos. Afecta hasta a los niños, sometidos a urgencias y agendas recargadas que superan las capacidades personales y que nos llevan a vivir en un estado de tensión permanente. Junto con la ansiedad, es un combo que deteriora la vida de mucha gente, sobre todo en las grandes ciudades. Entender qué es y cómo combatir el estrés puede ayudarnos a vivir mejor.
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Síntomas del estrés
Todos hablamos de estrés pero muchos repetimos la palabra sin entender del todo de qué se trata. Una de sus tantas definiciones lo describe como un exceso de energía que produce nuestro cuerpo ante una demanda o amenaza.
Cuando esa ansiedad, temor o estado de alerta se sostiene en el tiempo, genera un estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal, que no sólo provoca trastornos físicos y mentales sino que puede afectar seriamente a la salud.
Agotamiento, fatiga, mal humor, falta de atención, malestares estomacales y
alteraciones menstruales son solo algunos de los síntomas del estrés y la ansiedad, que pueden alterar nuestra forma de vida, nuestras emociones, nuestras relaciones personales y laborales.
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El peruano David Fischman, escritor y consultor internacional especializado en liderazgo, recursos humanos y cultura empresarial, lo explica de manera muy clara: “El estrés destruye nuestra capacidad de frenar nuestros impulsos, nos convierte en un auto sin frenos que termina atropellando a las personas que más queremos”.
Cómo combatir el estrés: mal de muchos...
Hoy todos corremos detrás de objetivos, tareas, trabajos. Llenos de obligaciones, postergamos muchas veces nuestro propio bienestar. En medio de rutinas recargadas, se hace muy difícil encontrar el momento para la pausa y el descanso que tanto necesitamos para relajarnos y conectar con la tranquilidad.
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El concepto de "estar sin hacer nada” no está bien visto socialmente. En cambio, ser productivos, estar ocupados todo el tiempo es -se propone- lo que nos llevará al éxito. Pero tenemos que saber que el ocio es necesario. Destinar tiempo para
hacer una actividad física, tener un hobby, leer, ir al cine o viajar es ser productivos con nuestra salud física y mental.
“El estrés destruye nuestra capacidad de frenar nuestros impulsos, nos convierte en un auto sin frenos que termina atropellando a las personas que más queremos”
Cómo manejar el estrés
La manera más inmediata es hacer una pausa durante el día para que nuestra mente se relaje y descanse. ¿Cómo y dónde encontrar e tiempo y el espacio para relajarnos en medio del trabajo, las tareas de la casa, la rutina de los chicos? Se puede: serenar la mente no significa meditar a orillas de un río o en un espacio aislado, sino intentar desconectarnos, al menos durante unos minutos, de lo que nos rodea, donde sea que estemos.
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Tips antiestrés: desconectarse hace bien
Buscá un lugar donde puedas estar solo. Sentate cómodo, cerrá los ojos y respirá suavemente, inhalando y exhalando despacio, sin apuro. De a poco, intentá correr el foco de atención de los problemas y la preocupaciones.
Relajarse tiene muchos beneficios inmediatos para la salud:
- Baja la frecuencia cardíaca.
- La dilatación de los vasos sanguíneos hace que mejore la circulación y que los nutrientes lleguen a todas las células.
- Baja la tasa de colesterol en sangre.
- Baja la tensión arterial.
- La respiración se hace más regular y profunda.
- Reduce la tensión muscular.
- Estimula la actividad intestinal.
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Estos son sólo algunos de los beneficios que conseguiremos si, al menos una vez por día, logramos armonizarnos a través de la respiración. Es un ejercicio sencillo y adaptable a cualquier lugar.
Cómo calmar la ansiedad y bajar el estrés
Hay herramientas valiosas para controlar el estrés y remedios naturales para la ansiedad que funcionan realmente bien.
Compartimos algunos de los recursos que nos pueden ayudar a mantener al estrés bajo control. Con algunos cambios de hábitos podemos mejorar significativamente nuestra calidad de vida.
- La práctica habitual de yoga es una gran herramienta. A través de las asanas (posturas) y la respiración, se puede tranquilizar la mente y alcanzar el estado de bienestar que tanto necesitamos.
- Hacer ejercicio regularmente. Lo ideal es dedicar al menos 30 minutos al día para gastar energía, oxigenar el cuerpo y descargar tensiones. Salir a caminar, correr; practicar algún deporte de equipo o solitario; bailar; nadar: todo vale para sentirse bien.
- Apostar al afecto. Los amigos, la familia, la pareja. El amor es un poderoso recurso anti estrés. Pasar tiempo de calidad con aquellos que nos quieren bien es un bálsamo perfecto contra la ansiedad y el estrés.
- Elegir una perspectiva positiva. Si nuestra tendencia es ser pesimistas ante las dificultades, es importante cambiar y mirar los problemas desde otro lado. Convertir los obstáculos en desafíos y oportunidades es una manera más saludable de gestionarlos.
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- Aprender a identificar aquellos temas que nos alteran es otro recurso válido para combatir el estrés. Saber qué nos molesta, qué nos pone nerviosos, nos dará indicios sobre cuáles son las situaciones que podemos modificar o evitar para estar más tranquilos.
- Reconocer y aceptar aquello que no podemos cambiar. Como dice el refrán, "hay que aprender a elegir las batallas" para no perder tiempo en causas perdidas. Lo que no se puede modificar no tiene por qué provocarnos malestar.
- No dormirse muy tarde y evitar los dispositivos tecnológicos en la cama ayuda a conciliar un buen sueño. Un descanso profundo es fundamental para contrarrestar el estrés.
- Los hábitos de alimentación también cumplen rol fundamental. Hay que controlar el exceso de tabaco, alcohol, cafeína y, desde ya, comer sano y variado.
- Buscar otras técnicas para relajarse: meditación, taichi, biorretroalimentación, relajación progresiva. Hay muchas opciones para explorar hasta encontrar la adecuada para cada uno.
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- Reemplazar el café por infusiones de hierbas, como aquellos tecitos que nos ofrecían las abuelas. Son remedios naturales, sirven para reducir los efectos del estrés y la ansiedad y se consiguen en cualquier herboristería o dietética. Algunas hierbas para tener a mano: té de pasionaria, de tilo, de valeriana o de manzanilla.
- Apostar al disfrute: el estrés también se combate pasándola bien. Hacer algo que nos guste, sólo para nosotros, ayuda a mejorar el ánimo y sentirnos mejor.
- Decir que no: aunque parezca imposible, saber decir que no es una forma de impedir situaciones estresantes. Tanto en ámbitos laborales como familiares, el no, bien usado, puede evitar que se desencadenen situaciones que fuercen nuestros límites y nos dejen expuestos emocionalmente.
Como vimos, hay distintas definiciones y situaciones que pueden causar estrés. ¿Qué pasaría si lográramos estar conscientes de lo que nos sucede y canalizar toda esa energía del estrés para transformarla algo positivo? El estrés dejaría de controlar nuestras emociones y se convertiría en energía "buena", tan necesaria para seguir activos y sintiéndonos bien.
¿Respiramos?
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