En busca de la felicidad y el bienestar: qué es el hygge y cómo aplicarlo

Es una filosofía que persigue el bienestar que nace del disfrute de las pequeñas cosas, una forma de vida que abraza el confort del alma.

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Después de la deco minimalista de aires rústicos que blanqueó nuestras casas y nos lanzó a comprar almohadones y mantas de sofá, en Europa pisa fuerte la moda de la fórmula nórdica para la felicidad. Le llaman “hygge” y, según los noruegos, sus artífices y expertos en este tema, es el secreto para disfrutar de una vida más positiva y reconfortante.

Sin traducción exacta al castellano, hygge tiene que ver con algo acogedor y reconfortante. Este concepto cercano al "slow living" e incluso al "carpe diem" suele relacionarse con esos pequeños momentos de armonía y satisfacción que tenemos, por ejemplo, al sentarnos en el sofá frente al fuego con una bebida caliente en invierno, al prepararnos un desayuno ideal una mañana cualquiera con el sol entrando por la ventana o al compartir un bizcocho casero en una íntima charla entre amigos.

Conocé el estilo nórdico en decoración

Los daneses han encontrado en estos remansos de bienestar cotidiano la forma de enfrentarse a su habitual clima frío y gris. Sin embargo, esta filosofía ha traspasado sus fronteras como una forma de vivir todo el año con optimismo y buen temple. Tiene que ver con consentirse, con disfrutar de lo que hace bien, valorar las pequeñas cosas y apostar por la felicidad sosegada y sostenible.

Cómo aplicar el hygge a tu vida

En su libro “Hygge. La felicidad en las pequeñas cosas”, Meik Wiking, director ejecutivo del Instituto de Investigación de la felicidad de Copenhague, asegura que se trata de abrazarse sin el contacto físico, esto es, mimarse y crear un entorno y situaciones de confort, intimidad y relajación.

Entre las formas de conseguirlo recomienda encender velas y prestar atención al interiorismo (habla de “crear atmósfera” en nuestros espacios habituales; la decoración es un punto fuerte de esta prédica danesa), comer y beber cosas ricas (chocolate y tartas entre los favoritos) y practicar la gratitud.

También menciona hacer manualidades o cocinar en familia o con amigos como algunas ideas “hyggelig” (los daneses usan el término como verbo y como adjetivo para calificar a todo lo que aporta este inasible ingrediente).

Wiking aconseja también hacerse con un “kit de emergencia hygge”, una rutina sencilla pero satisfactoria adaptada a los gustos de cada uno, que sirva como medicina para el alma después de, por ejemplo, un día estresante.

Puede contener una manta, una infusión favorita, una sabrosa galleta, ropa cómoda y un buen libro. Más una vela, siempre una vela. Y los móviles desconectados.

Si estás estresado, si tu agenda te agobia, empezá a aprender sobre esta tendencia y sumate a los beneficios de la vida hygge. Suena más que bien.

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