La felicidad es un tema muy en boga en la actualidad y lleva siéndolo desde hace miles de años. Aristóteles, uno de los padres de la filosofía occidental, habla de la felicidad como el fin más elevado de la humanidad. Confucio habla de religión. Habla de la felicidad en este mundo y en el más allá.
Pero hoy en día se habla más tanto en los periódicos como en los bares. Está en todas partes, y la pregunta es por qué. Tal Ben-Shahar, doctor en psicología y filosofía, puede acercarnos una respuesta.
Este catedrático tiene el récord de la asignatura con mayor número de estudiantes de la historia de la Universidad de Harvard: más de 1400 alumnos por semestre. Gracias a su curso de Psicología Positiva, el profesor Tal Ben-Shahar se ganó pronto entre los estudiantes el apodo del "profesor de la felicidad".
Sus lecciones desde la ciencia sobre cómo afrontar la vida con entusiasmo y alegría han saltado del aula para convertirse en bestsellers de éxito mundial. Ben-Shahar es autor de libros como "Elige la vida que quieres" o "Practicar la felicidad", entre otros, en los que habla sobre las emociones que y el aprendizaje, la creatividad, la capacidad de innovación, y en definitiva, la mejora de la vida diaria de las personas.
Me metí en el estudio de la felicidad debido a mi propia infelicidad. De lo contrario no estaría aquí
Las relaciones sociales, la amistad, el manejo de las emociones negativas o las rutinas cotidianas para aumentar la felicidad, son algunas de las claves que comparte en sus clases sobre la ciencia de la felicidad en universidades como IDC-Herzliya (Israel) y en conferencias de todo el mundo. ¿Se puede aprender a ser feliz? La respuesta de Ben-Shahar es "sí, podemos cambiar nuestros niveles de felicidad", pero va más allá y reclama que deberíamos enseñar en las escuelas a ser felices.
En una entrevista realizada por Zuberoa Marcos, el doctor Ben-Shahar sostiene que la mayoría de las personas dice: “Si tengo éxito seré feliz”. Ya sea al alcanzar riquezas o fama, o alcanzar un determinado objetivo profesional o personal, si una mujer o un hombre acepta salir conmigo, si mis objetivos se cumplen”.
Gente que gana millones de dólares. Creen que serán felices para el resto de su vida. En tres meses han vuelto al punto de partida, pero más desilusionados
“Por desgracia, no funciona así. Por eso a menudo vemos personas con mucho éxito, con mucho dinero y muy realizadas que son muy infelices. Porque creen que si consigues un objetivo determinado, si consigues este hito, entonces serás feliz. Pero lo consiguen, cumplen su objetivo, ganan un montón de dinero, y siguen sin ser felices. Y no solo no son felices, también se sienten perdidos porque están desilusionados. Hasta ese momento tenían la ilusión de que cuando lleguen ahí serán felices, pero llegan y no son felices, no pueden ni sustentarse en la ilusión” explica.
Y agrega: “Alcanzar un objetivo no nos hace felices a largo plazo. Sí que sentimos una subida en nuestros niveles de bienestar, pero dura poco. Se ha investigado a quienes ganan la lotería. Gente que gana millones de dólares, es su sueño hecho realidad. Creen que serán felices para el resto de su vida. En tres meses han vuelto al punto de partida, pero más desilusionados”.
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La ciencia de la Felicidad
“La ciencia de la felicidad nos dice cosas de sentido común. Muchas de esas cosas ya me las decía mi abuela. Ahora la ciencia le da la razón. Por ejemplo, las relaciones son lo más importante para una vida feliz. A nivel individual, se realizaron investigaciones por parte de Martin Seligman, padre de la psicología positiva y sus colegas sobre la gente más feliz del mundo. ¿Qué les diferencia? Y descubrieron que una de las dos cosas que les diferencian es que tienen unas relaciones íntimas sólidas”.
“Eso puede referirse a las relaciones románticas pero también amistades, familia… No son relaciones perfectas, porque en las relaciones más íntimas hay desacuerdos y conflictos. Pero tienen esas relaciones y son una prioridad en su vida. En el mundo de hoy en día, con la tecnología que nos rodea, y que pronto estará dentro de nosotros, las relaciones reales, no las virtuales, han pasado a un segundo plano. Y eso, por desgracia, resta felicidad a la gente. Las relaciones son muy importantes para la felicidad”.
En el mundo de hoy en día las relaciones son muy importantes para la felicidad
Otra cosa clave para la felicidad es la gratitud, el reconocimiento. Según este psicólogo, se ha demostrado que quienes expresan gratitud con regularidad y no dan por hecho lo que tienen, no ignoran los problemas, pero tampoco ignoran lo que tienen, estas personas no solo son más felices y más optimistas, también tienen más éxito y consiguen sus objetivos, físicamente están más sanos.
Realmente fortalecemos nuestro sistema inmunológico cuando nos concentramos en ser agradecidos. “Mi palabra favorita es “apreciar”. “Apreciar” significa dar las gracias por algo. Pero la palabra “apreciar” tiene otro significado: Aumentar el valor. Si metes dinero en el banco, con suerte aumenta de valor y tienes más. Los dos significados de “apreciar” están conectados. Porque cuando aprecias las cosas buenas de tu vida, las cosas buenas se aprecian y tienes más. Y la conexión no es meramente etimológica, hay pruebas científicas que demuestran que cuando aprecio a mi pareja, cuando aprecio mi trabajo, cuando aprecio mi vida, las cosas buenas en mi vida aumentan de valor y tengo más” explica el especialista.
El rol de la tecnología
Consultado sobre el papel de la tecnología en nuestra vida y su incidencia en nuestros niveles de felicidad, Ben-Shahar dice que “la analogía que yo utilizaría para comprender el papel que juega la tecnología o el valor que asignamos a la tecnología es la de la electricidad. ¿La electricidad es buena o mala? Pues depende. Si uso la electricidad para alumbrar y para hacer funcionar una máquina de soporte vital, entonces la electricidad es buena. Pero si uso la electricidad para electrocutar a un inocente, entonces no es buena. Con la tecnología pasa igual. La tecnología en sí misma es un poder, es una fuerza. Se puede usar para el bien o para el mal”.
“Hay varios motivos para la infelicidad. Uno de ellos es lo que se piensa que lleva a la felicidad o la apariencia de la felicidad. ¿Qué es lo que conduce a la felicidad?. La gente piensa que las metas, los logros les harán felices. En cuanto a la imagen que tienen de una vida feliz, esperan que haya una falta de emociones dolorosas. Estas dos cosas son barreras para la felicidad. También la tecnología. La tecnología impide que la gente conecte realmente.”
¿Se puede aprender a tener una vida más feliz?
“Muchas veces les digo a mis alumnos que soy la persona adecuada para enseñar felicidad. –explica el filósofo- Porque yo no nací con genes de la felicidad. Me metí en el estudio de la felicidad debido a mi propia infelicidad. De lo contrario no estaría aquí. Empecé como informático, hoy en día estaría programando en vez de leyendo publicaciones académicas. La respuesta es sí, podemos cambiar nuestros niveles de felicidad”.
“No es fácil, y hay una parte de genética. Sin embargo, mucho depende de las decisiones que tomamos. Y con decisiones no solo me refiero a las más grandes como: ¿A quién elijo para pasar el resto de mi vida? ¿Qué trabajo busco? ¿Qué camino tomo? Me refiero a las decisiones pequeñas. Por ejemplo, ahora mismo: ¿Decido estar agradecido por estar donde estoy? Estoy agradecido, gracias. ¿O decido salir a correr? ¿O a dar un paseo? ¿Cuando estoy con mi mejor amigo, decido apagar el teléfono para estar con él totalmente? Son pequeñas decisiones que se acumulan. Porque dando un pasito, otro pasito y otro pasito acabas recorriendo el camino de tu vida” concluye.
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