Comer semillas y cereales no solo es una experiencia deliciosa, sino también un regalo para tu salud. Estos alimentos tienen grandes propiedades y beneficios que no pueden faltar en tu dieta diaria.
Los cereales y las semillas son una valiosa fuente de energía saludable a base de hidratos de carbono complejos, tienen un discreto aporte de proteínas y apenas aportan grasa. Además, contienen fibra, vitaminas y minerales cuyo porcentaje es menor cuanto más refinada es la harina con la que se hacen los productos derivados, como por ejemplo, el pan o la pasta.
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Semillas
Son ricas en fibra, vitaminas, proteínas y minerales. Aunque se emplean en pequeñas cantidades, es recomendable incluirlas en nuestras recetas por sus valiosas propiedades nutricionales.
La exótica chia
Tiene su origen en México y Guatemala y ha formado parte de la alimentación de civilizaciones desde hace más de 5.500 años. Los mayas y los aztecas utilizaban las semillas de chía como medicina, como alimento e incluso como base para fabricar pinturas corporales, por este elevado contenido en aceite que tiene. En las sociedades precolombinas era el segundo cultivo principal después de los porotos.
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A nivel nutricional destaca por su elevado contenido en:
- Ácido graso omega 3
- Proteína
- Fibra
- Vitaminas
- Minerales
Es un alimento que puede incorporarse fácilmente a la vida diaria. Se puede consumir el grano entero, molido o remojado, o en brotes en ensalada. La semilla se utiliza para elaborar bebidas y alimentos procesados con base de cereal.
La semilla de chía está recubierta por una sustancia bastante gelatinosa que llamamos mucílago y que es un tipo de fibra soluble que se desarrolla al remojar la semilla y que favorece el control de los niveles de colesterol en sangre como también la regulación del tránsito intestinal.
A las semillas de chía se le atribuyen 2 veces la proteína de cualquier otra semilla, 5 veces el calcio de la leche y grandes cantidades de ácidos grasos esenciales omega 3. También es fuente de magnesio, manganeso, cobre, niacina, zinc y otras vitaminas. Sigue leyendo. Además no contiene gluten, lo que la hace apta para personas con celiaquía.
Cereales
Los cereales son muy saludables, aportan energía y nada de grasas. Te contamos cómo es mejor consumirlos.
¿Refinado o entero?
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Los de grano entero conservan todas las partes del cereal: el salvado, el endospermo y el germen. Los granos enteros se caracterizan por ser ricos en hidratos de carbono, con un contenido apreciable de proteínas, que va desde los siete a los diez gramos por cada 100 gramos.
Tienen poca grasa que mayoritariamente es insaturada, y con una cantidad variable de vitaminas y minerales, con un contenido muy elevado de fibra.
Los cereales de grano entero mantienen la composición de nutrientes de la semilla original casi intacta, al contrario de lo que ocurre con los refinados. Durante el proceso de refinado se desechan el salvado y el germen. Con ello se pierden grandes cantidades de fibra, vitaminas del grupo B, y algunos minerales como:
- Calcio
- Magnesio
- Potasio
- Hierro
- Zinc
- Selenio
En el salvado está la mayor parte de fibra de los cereales
Es importante consumir alimentos con fibra. No solo porque mejoran el tránsito intestinal ayudando a evitar así el estreñimiento, sino porque también tiene otras funciones relevantes para el mantenimiento de una adecuada flora intestinal. También tienen un efecto de reducir la absorción del colesterol, al retenerlo con la fibra y eliminarlo a través de las heces.
Espelta
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Se trata de un cereal que se cultiva desde hace 7 mil años pero que fue “olvidado” a partir del siglo XIX. Sus beneficios para la salud lo sacaron del ostracismo. Es de la misma familia que el trigo, que ahora por una tendencia gastronómica y por supuestas propiedades nutricionales diferenciadas, se ha puesto de moda.
Pero en realidad es una especie de trigo antiguo como lo es el sarraceno, que responde a una mezcla de trigo con otras especies de cereales silvestres. Su valor nutricional es similar al del trigo. Es decir, aporta vitaminas del grupo B, minerales y fibra. Tanto más cuanto menos refinada sea su harina aunque el contenido y la calidad de sus proteínas es algo mayor.
Al pertenecer a la misma familia que el trigo contiene gluten. Por ello no puede ser consumida por personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten. Generalmente su consumo es en forma de harina con la que se hace principalmente panes especiales que pueden contener o no semillas, frutos secos o frutas desecadas
Avena
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Es un cereal de origen asiático que se cultiva en tierras altas y frías, donde el trigo crece con dificultad y su cultivo es poco rentable. Su uso en la alimentación es clave en algunos países consumiéndose en forma de copos para sopas, cremas o gachas, o bien en forma de granos enteros o rotos: a modo de sémola, ya que el tipo de proteína que contiene dificulta la panificación de sus harinas.
Respecto al tema nutricional, contiene más proteínas que el maíz, el arroz y el trigo, y en su estado puro es un cereal sin gluten. La verdad es que consumir tres gramos de este tipo de fibra, que es lo que equivale aproximadamente a 75 gramos de copos de avena, se ha demostrado que tiene un efecto regulador para mantener los niveles normales de colesterol y de azúcar en sangre. La harina de avena se usa con frecuencia en papillas y en algunos productos alimentarios para bebés.
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Quinoa
Se ha puesto de moda. Procede de América del Sur ; cultivada en Los Andes desde hace más de 7.000 años. Por razones botánicas es un pseudocereal y también por su equilibrio entre proteínas y grasas. No contiene gluten, por ello es apta para las personas con enfermedad celíaca o sensibles al gluten y sus beneficios para la salud están determinados por sus contenidos en minerales, vitaminas, ácidos grasos y antioxidantes.
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