"No te des por vencido, ni aún vencido". La frase es casi un lema para los militantes de una de las últimas y más controvertidas tendencias en el campo del consumo responsable: ingerir alimentos una vez pasada su fecha de caducidad.
La movida nació como una extravagancia introducida por los freeganos, y saltó rápidamente de "moda marginal" a "actitud comprometida", alineada con la lucha contra el desperdicio de alimentos. La consigna "stop food waste" está en boca de todos: desde chefs consagrados hasta el Papa Francisco (quien elevó el flagelo al estatus de pecado y lo equiparó a "robar a los hambrientos"); pasando por la propia ONU, que consagró en 2013 la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente a promover acciones y políticas tendientes a reducir los desechos alimenticios.
El asunto es complejo y sensible, porque involucra a la salud y pone en aparente conflicto dos valores que, a priori, nadie objetaría: la seguridad alimentaria y la sustentabilidad. En Dinamarca, por caso, una reciente medida del organismo que regula el mercado alimenticio estableció que los comercios ya no están obligados a tirar la comida que excedió la fecha de "best before"; es decir, la que indica el plazo de consumo preferente.
Pero los interrogantes están planteados: ¿las fechas de vencimiento son un mito? ¿Se basan en criterios razonables o exagerados (e incluso arbitrarios)? ¿Tiene sentido respetarlas a rajatabla? ¿Hay que volver a guiarse por la intuición y por los sentidos antes que por una leyenda impresa sobre un paquete o una lata? Muchos temas a pensar y atender.
"Una de las causas del fenomenal desperdicio de alimentos son las fechas de vencimiento y la costumbre de comprar demasiado. En un mundo con millones de hambrientos, esto es inmoral". La frase pertenece a Jonathan Maitland, activista inglés que no dudó en ponerle el cuerpo a su mensaje: durante dos semanas adoptó un régimen basado exclusivamente en productos vencidos (algunos, desde hacía tres meses). Con la panza llena y la salud intacta, sobrevivió para contarlo.
Tips para chequear el estado de un alimento
Más allá de las fechas impresas en los envases, nunca está de más apoyarse en los sentidos para corroborar el estado de un producto.
En tal sentido, la médica experta en nutrición Mónica Katz compartió algunos consejos que te van a ayudar a reconocer si un alimento es apto para ser ingerido:
- Yogures o lácteos: la tapa no debe estar abombada, convexa o rota.
- Carnes: no tener manchas marrones, verdes ni blancas. Oler bien.
- Salchichas: la piel de las salchichas no debe presentar arrugas ni exceso de agua en el envase; el color debe ser uniforme y limpio; al cortarlas, su carne tiene que estar firme y sin puntos de grasa.
- Pescados: deben tener un olor suave y agradable, el típico aroma de mar; la consistencia de la carne debe ser rígida.
- Enlatados: las latas no deben tener grietas en las uniones, protuberancias, o derramar líquido cuando se abren.
Fuente: Planetajoy