La marcha nórdica es una especialidad deportiva que consiste en andar de una manera natural con unos bastones unidos a unas dragoneras o guantes que impiden que el bastón se caiga de la mano, con el objetivo de optimizar el esfuerzo físico realizado en el movimiento biomecánico de nuestro cuerpo al andar.
Este deporte tiene sus orígenes en 1930, en Findlandia, y es muy practicado en países del norte de Europa en temporada de verano, fruto de la necesidad de entrenar el esquí de fondo o travesía en épocas en las que no hay nieve.
En 2015 fue incluida como modalidad deportiva por el Consejo Superior de Deportes de España (CSD)
El objetivo de esta modalidad de marcha es “optimizar el esfuerzo físico realizado en el movimiento de nuestro cuerpo”, señala en un reporte realizado por la agencia EFE Salud la doctora África López-Illescas miembro del CSD, de la Agencia Española para la protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) y profesora de la universidad Alfonso X El Sabio.
“Lo cual se consigue gracias a la implicación tanto del tren superior (brazos, hombros y espalda) así como a la suma del tren inferior (piernas, rodillas y pies)” aclara la especialista. Además, gracias a la utilización de bastones, se consigue aumentar la eficacia y la velocidad del desplazamiento fatigándose menos dado que el esfuerzo queda más distribuido en los distintos grupos musculares.
¿Por qué practicar la marcha nórdica?
La marcha nórdica es un deporte adecuado para casi todo el mundo, ya que se trata de una actividad suave y que se puede adaptar a las exigencias, capacidades y edad de todos sus participantes. Estos son algunos de sus múltiples beneficios:
- “Es una técnica muy integral, muy suave y ejercita la mayoría de los músculos del cuerpo”, apta para todas las personas de todas las edades, tanto profesionales como principiantes, según comenta la doctora. No obstante, aunque no es una técnica compleja, “sí que necesita un aprendizaje y un cierto nivel de instrucción”, apostilla.
- Además de los beneficios propios de una actividad física, como la mejora cardiovascular y metabólica, la marcha nórdica incrementa y potencia cualidades físicas como la movilidad, la flexibilidad, la fuerza, la resistencia o la coordinación.
- Otro de los aportes positivos de este deporte, añade la doctora, es que su práctica “produce una mejora de la capacidad cognitiva y aumenta la consciencia psicomotriz, lo cual es muy interesante”.
- Se trata de un ejercicio aeróbico, por lo que ayuda a trabajar el sistema cardiovascular y la capacidad respiratoria y a prevenir o controlar diferentes enfermedades como la diabetes tipo 2 o la hipertensión arterial.
- A diferencia del tan de moda running o el jogging, la marcha nórdica no es agresiva para tobillos, rodillas o espalda, puesto que no se salta al andar.
- Asimismo, las personas que practican marcha nórdica sostienen que la perciben como una actividad muy gratificante que “rejuvenece” tanto física como mentalmente.
- “Uno de los aspectos más gratificantes es que enseguida se percibe la mejora de la capacidad física y la consciencia corporal. A su vez, es una actividad muy social y que permite charlar con amigos, la pareja, la familia… Además, se practica al aire libre y en todos los suelos (campo, asfalto, jardines…), lo cual es un plus añadido”, subraya.
La técnica de Marcha Nórdica
La correcta técnica de la Marcha Nórdica respeta la traza del movimiento natural y tiene grandes similitudes con el movimiento del esquí nórdico, como la inclinación del bastón durante la fase de apoyo, el control del bastón mediante la dragonera y el uso activo y dinámico de los bastones.
La correcta utilización de los bastones implica activamente el tren superior del cuerpo en el acto de andar, posicionando éste hacia adelante. El esfuerzo físico se distribuye de forma versátil, equilibrada y apropiada sobre diversos grupos musculares. La aplicación correcta de la técnica del uso del bastón ofrece la posibilidad de intensificar de forma significativa la progresión de la zancada, aumentando el trabajo muscular de la parte alta del cuerpo.
Que debemos tener en cuenta al comenzar
Según apunta la experta, antes de iniciarse en la práctica de este deporte es aconsejable realizar un chequeo médico especializado. De igual modo, aunque no sea necesaria una preparación previa, López-Illescas recomienda “adentrarse de una forma progresiva, con una adecuada equipación y con un instructor cualificado”.
En el caso de personas con algún tipo de dolencia, se les puede recomendar llevar consigo un pulsómetro para controlar su ritmo cardíaco durante la marcha así como un sensor adherido a la piel del brazo para medir la glucosa. “Esto apenas se nota y no interfiere en la marcha”, apunta la doctora.