El Global Council on Brain Health es un consejo independiente de científicos, profesionales de la salud, académicos y expertos en políticas de todo el mundo que trabaja en áreas de salud cerebral relacionadas con la cognición humana. En marzo de este año, convocó a un selecto grupo de 13 expertos investigadores, entre los que se encontró el reconocido neurólogo y neurocientífico argentino Facundo Manes. El equipo discutió sobre la evidencia científica respecto de la actividad cognitiva en el envejecimiento humano y evaluó cómo el estilo de vida puede afectar dichas funciones, con el objetivo de proporcionar recomendaciones para su incorporación a la vida diaria.
El trabajo culminó con la publicación reciente de un reporte, que representa un activo invaluable para el ámbito científico pero también es de un gran valor para la comunidad en general.
“En la reunión se estudiaron numerosos factores modificables y estrategias que pueden reducir el riesgo para el deterioro cognitivo", sostuvo Facundo Manes, rector de la Universidad Favaloro y presidente de la Fundacion INECO para la investigación en neurociencias cognitivas.
"La estimulación intelectual, una dieta saludable, la actividad física y tener una vida social activa fueron identificados como factores potenciales de protección en la mediana edad que pueden ayudar a mantener la reserva cognitiva en la vida adulta”, agregó Manes, único miembro del Global Council on Brain Health que trabaja en un país latinoamericano.
El médico argentino también comentó que "controles de presión arterial, colesterol, glucosa en sangre, ácido fólico, vitamina B12 y el peso también son vitales, además de no fumar. Aunque muchos de estos factores, como la edad y la predisposición genética, están fuera de control, existen numerosas estrategias que pueden ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo”.
“Las investigaciones futuras deben conducir a un mejor conocimiento sobre los factores de riesgo y apuntar a estrategias más específicas para promover el mantenimiento de las capacidades cognitivas”
La directora de la división de neurociencia cognitiva del Johns Hopkins University, Marilyn Albert, también se refirió a las estrategias de prevención: “cuanto antes se empiece mejor, porque lo que uno hace ahora puede ayudar a disminuir el riesgo de deterioro cognitivo en el futuro”.
Sarah Lock, vicepresidenta de AARP y directora ejecutiva del Global Council on Brain Health, agregó: “sabemos que el deseo de mantener la agudeza mental es la preocupación número uno para los adultos mayores. Buscar actividades estimulantes del cerebro es una manera poderosa para que una persona influya positivamente en su salud cerebral a medida que envejece".
Sobre la base de la evidencia científica, el Global Council on Brain Health concluyó que:
• Las personas pueden influir en cómo cambia su cerebro a medida que envejecen.
• Las personas pueden ayudar a mantener la memoria, la atención y las habilidades de razonamiento haciendo actividades cognitivas desafiantes y estimulantes.
• El entrenamiento en una habilidad cognitiva específica como la memoria puede mejorar esa habilidad, pero la evidencia sugiere que se necesita seguir aplicando ese entrenamiento para mantener o mejorar la habilidad con el tiempo.
• No hay pruebas suficientes de que mejorar el rendimiento en "juegos mentales o cerebrales" mejorará el funcionamiento general de las personas en la vida cotidiana.Esos juegos pueden ser divertidos y atractivos, pero las afirmaciones hechas por las compañías que venden los beneficios de estos juegos son, a menudo, exageradas.
• Para mantener un cerebro saludable, la actividad debe ser: novedosa, altamente atractiva y estimulante, mentalmente desafiante y agradable.
• Hay pruebas suficientes de que actividades cognitivamente estimulantes son beneficiosas para mantenerse mentalmente agudo.
• Existen maneras de ayudar a mantener en forma las funciones cognitivas (por ejemplo, la memoria, las habilidades de razonamiento y la capacidad para enfocarse), como participar en actividades educativas formales o informales, aprender un nuevo idioma, participar en actividades laborales o de ocio que sean mentalmente desafiantes y estar socialmente conectado con otros.
Además, incluyó una serie de consejos prácticos. Por un lado, se recomienda que las personas encuentren nuevas formas de estimular su cerebro y desafíen su manera de pensar (por ejemplo, aprender nuevas habilidades, tomar clases de fotografía, investigar su genealogía).
También es importante participar en actividades de estimulación mental que incluyan el compromiso social y un propósito en la vida (por ejemplo, el voluntariado o ser mentor de otros en la comunidad).
Además, las personas deben considerar actividades físicas (por ejemplo, baile o tenis) que involucren tanto el compromiso mental como el ejercicio físico. En este sentido, también es importante poder elegir una actividad que se disfrute y desee aprender, y encontrar un compañero que nos ayude a hacerla. Es clave que sean actividades que se ajusten a los horarios y sean accesibles.
Además, el documento apuntó a desmitificar algunas de las creencias que hay sobre el cerebro a medida que envejecemos, destacando que las personas mayores pueden aprender cosas nuevas y no están condenadas a olvidarlas. La vejez no es sinónimo de demencia.