Existen muchos remedios y productos naturales que pueden transformarse en infusión para tratar dolores y malestares de forma casera. Hoy te contaremos para qué sirve el poleo y qué es, los recaudos que se deben tomar y los riesgos que puede llegar a ocasionar.
Para qué sirve el poleo
El poleo es muy utilizado para fines medicinales, recolectándolo seco y listo para realizar una infusión. Es una planta perenne que emana mucho aroma, similar al que tiene la menta. Sus flores son de color rosa pálido y se agrupan en verticilos globosos y compactos en las axilas de las hojas.
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Esta planta cuenta con un aceite esencial con mentol, pulegona, isopulegona, piperitenona y limoneno, al igual que principios amargos y taninos. Tanto sus hojas como el aceite que contiene sirven para producir medicamentos. Este aceite también puede ser utilizado como repelente para pulgas para los gatos y los perros; y como una rica fragancia para los jabones, detergentes y perfumes.
Una de las funciones que el poleo tenía en sus principios era el de ayudar a las personas a bajar un poco de peso y lograr adelgazar. Esto se hacía probando la planta junto con un vaso de vino, lo que hacía que el poleo actuara como un antídoto frente a las mordeduras que ocasionaban las serpientes. Esta infusión, al mezclarla con un poco de vinagre, era utilizada para reavivar a las personas que caían desmayadas.
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Si bien existen ciertas dudas con respecto al nivel de seguridad de esta planta por la falta de evidencia científica, el poleo también sirve para tratar la neumonía, el resfrío común, la fatiga, para realizar abortos y funcionar como repelente para insectos.
Propiedades del poleo
Entre las propiedades que tienen esta planta, podemos encontrar las siguientes:
- Al hacerla infusión, es un tónico digestivo muy apreciado y conocido por la gente.
- Funciona como remedio para frenar los estreñimientos puntuales.
- Buen remedio contra las flatulencias, los gases y el mal aliento.
- Sirve para abrir el apetito, favorecer la digestión y combatir el dolor abdominal, provocados por espasmos gastrointestinales y otros desajustes digestivos (diarreas y vómitos).
- Para uso externo, el aceite y la infusión logran cicatrizar las heridas superficiales, los rasguños no sangrantes y las ampollas.
- Muy eficaz para favorecer la secreción de bilis y facilitar la eliminación de cálculos de la vesícula.
Forma correcta de usar poleo
Normalmente la dosis apropiada que se debe aplicar de poleo va a depender de circunstancias tales como el estado de salud de la persona a la que se lo va a aplicar, cuántos años tiene, etc. Actualmente, no se cuenta con un respaldo científico que logre determinar con exactitud la ración de poleo que se debe aplicar, por lo que se debe tener mucho cuidado y ser consciente a la hora de aplicárselo.
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Hay que saber que por más que un producto tenga propiedades naturales, no siempre quiere decir que sea completamente seguro. Es por eso que es importante leer las instrucciones en las etiquetas de los productos y consultar con los farmacéuticos, doctores u otros proveedores de salud médica antes de usarlos.
Cómo preparar el poleo
El método más conocido para preparar poleo es medite infusión, las cuales van a ir modificándose según la finalidad que se le va a aplicar.
En ese sentido, para preparar una infusión con poleo para tratar la digestión hay que combinarla con anís y dos plantas antiespasmódicas (como la hierbaluisa y la manzanilla). Hay que hervir durante 1 minuto el contenido de una cucharada sopera rasa por ración de agua y se deja 10 minutos en infusión. Luego, se toma una taza caliente después de cada comida, sobre todo si ésta ha generado una digestión lenta y pesada.
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Para el caso de estreñimientos, se debe preparar el poleo junto con 4 plantas (en partes iguales) de virtudes laxantes. Estas pueden ser el diente de león, el malvavisco, la frángula y la zaragatona. Para prepararla, hay que hervir una cucharada sopera rasa de la mezcla por taza de agua por 3 minutos. Luego se infunde 10 minutos y se lo filtrar. Hay que consumir al día 3 vasos y, el último, antes de acostarse.
En el caso de querer erradicar los cálculos de la vesícula, para la infusión van a ser necesarias tres plantas protectoras de a vesícula. Estas plantas pueden ser la fumaria, el diente de león y el romero. Para la preparación, se debe hervir por un minuto una cucharada sopera rasa por rasión de agua y dejar 10 minutos en infusión. Hay que tomar la bebida en una taza caliente luego de las comidas.
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Para tratar las migrañas, se puede hacer una tisana con poleo. Esta infusión cuenta con poleo, diente de león, matricaria y ginkgo; todas en partes iguales. Para hacerla, se debe hervir durante 1 minuto y mantener 10 minutos más en reposo. Hay que tomar la preparación 2 veces al día, en ayunas, a media mañana y a media tarde. Esto lo hacemos hasta que los dolores de migrañas comiencen a desaparecer. Para aliviar un poco el sabor amargo de la infusión, se le puede agregar un poquito de miel de romero.
¿Qué tan seguro es el poleo?
El aceite de poleo no es probablemente seguro cuando se ingiere o se aplica directamente en la piel. Puede causar grave daño al hígado y a los riñones, así como daños al sistema nervioso. Otros efectos secundarios incluyen dolor de estómago, náuseas, vómitos, ardor de garganta, fiebre, confusión, inquietud, convulsiones, mareos, problemas de visión y audición, presión arterial alta, insuficiencia pulmonar y muerte. Tampoco es del todo seguro si es aplicado en la piel.
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Precauciones y contraindicaciones del poleo
Si bien el poleo es una planta que no se suele recomendar para aplicarse, suele ser especialmente peligrosa para las siguientes personas:
- Niños menores de 6 años de edad.
- Mujeres embarazadas o en proceso de lactancia.
- Personas con enfermedades renales, ya que el poleo puede dañar y empeorar el panorama.
- Personas con enfermedades hepáticas.
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