Tensión, dolores, falta de movilidad, cefalea, agarrotamiento son algunos de los síntomas negativos que manifiesta nuestro cuerpo, tras soportar el caótico ritmo de vida que llevamos. Si bien sabemos que la solución está en nosotros y en cómo nos enfrentamos a esa vorágine cotidiana, a veces necesitamos ayuda profesional para resolver los efectos negativos sobre nuestro cuerpo. Una técnica perfecta para volver a poner a punto al organismo es la liberación miofascial.
Qué es la liberación miofascial
La liberación miofascial es una técnica usada para desarrollar un cuerpo bien equilibrado, móvil y simétrico dentro del sistema esquelético y del tejido blando. Generalmente, se aplica donde se practica la fisioterapia y el masaje. El objetivo es tratar el dolor originado en puntos álgidos, los cuales se relacionan con áreas rígidas y ancladas en los músculos o los tejidos conectivos.
Este novedoso tratamieto se enfoca en el dolor que se cree nace en los tejidos miofasciales (músculo corporal, mio, y tejido conectivo resistente, fascia) que envuelven, conectan y soportan a los músculos.
La liberación miofascial implica el estiramiento de la fascia. Por definición, la fascia es una hoja de tejido conjuntivo fibroso que envuelve el organismo debajo de la piel, incluye músculos y grupos de músculos, y separa estratos musculares o grupos musculares.
El Dr. Peter Dorsher, especialista en Medicina Física y Rehabilitación de Mayo Clinic en Jacksonville, Florida explica que “En la terapia de liberación miofascial, el terapeuta localiza las áreas miofasciales que se sienten rígidas y fijas, en lugar de elásticas y movibles, ante ligera presión manual”.
Él mismo Dorsher aclara que “Se cree que esas áreas, que no siempre están cerca de la fuente del dolor, restringen los movimientos de los músculos y de las articulaciones debido a la forma en que se interconectan los músculos y los tejidos de la fascia en todo el cuerpo”.
La presión manual sostenida de la terapia de liberación miofascial aplica fuerza biomecánica para estirar el tejido tensionado. De igual manera, se cree que estimula los mensajes nerviosos que se envían al cerebro y al sistema nervioso central y eso, a su vez, lleva al cerebro a devolver mensajes que conducen a la relajación de los tejidos.
La presión se aplica hasta que afloja la tensión, lo que generalmente reduce el dolor en los sitios adoloridos, libera la restricción en los movimientos y devuelve la simetría musculoesquelética.
Existen algunas pruebas respecto a que la terapia de liberación miofascial puede ayudar a reducir el dolor lumbar, la fibromialgia, el dolor del talón, las cefaleas, la tensión en el tendón de Aquiles y otros tipos de dolor, cuando se aplica con terapias establecidas.
“Si usted tiene osteoporosis en la columna u otro tipo de enfermedad ósea que lo vuelve vulnerable a fracturas, consulte al médico o a un terapeuta capacitado si la técnica es segura en su caso”, recomienda el doctor Dosher.
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