En la Argentina, el 45 por ciento de la población de hasta 40 años ronca. Luego de los 70 años, 8 de cada 10 personas sufren este mal, que afecta generalmente más a los hombres que a las mujeres, al menos hasta llegar a la menopausia, cuando las estadísticas se emparejan.
Alex Ferré, especialista en trastornos del sueño, aclara que los niños son los únicos que no deberían roncar, si lo hicieran se les debería realizar un estudio.
Las causas de los ronquidos son tantas como los intentos para combatirlos. No hay una causa única. Sin embargo, las consultas más recurrentes son la alteración del velo del paladar (una flaccidez de los tejidos que producen una vibración) y la insuficiencia nasal, ya sea por desviaciones en el tabique o por aumentos de tamaño de los tejidos de la nariz, que terminan obstruyendo el pasaje del aire.
Además, existen trastornos generales que facilitan la aparición o intensificación de los ronquidos, como el sobrepeso, los trastornos de tiroides o el consumo de tabaco, alcohol o sedantes, etc.
¿Ruido o enfermedad?
Los ronquidos son un ruido molesto para quien no los sufre pero los tiene que escuchar, pero también pueden ser síntoma de un problema mayor: las apneas del sueño, un colapso de las vías respiratorias que las obstruye durante unos segundos y se reanuda con un soplido o ronquido.
Las apneas pueden producirse hasta 30 veces durante una hora de sueño e incluso despertar al paciente con sensación de ahogo
Si los ronquidos vienen acompañados de apneas, las consecuencias son mucho más graves e incluso mortales: “Numerosos estudios han demostrado que a largo plazo, aumentan la tensión arterial y el riesgo de sufrir un infarto cerebral y de miocardio”.
Despertarse con sensación de que falta el aire, con la boca seca, o tener alteraciones de la memoria son algunos de los síntomas que enmascaran una apnea.
Soluciones
Mientras que, en el caso de que los ronquidos sean solo ruidos sin apneas, en general no se suelen tratar a menos que se convierta en un problema social o de pareja.
Existen Laboratorios para el Estudio del Sueño, donde los pacientes pasan una noche conectados a diferentes máquinas que estudian su comportamiento respiratorio para poder determinar las causas específicas en cada paciente y así confeccionar el tratamiento adecuado. Si pensás que tenés apneas no esperes para hacerte el estudio.
De todas formas, los viejos consejos para evitar ronquidos siguen siendo válidos. No dormir boca arriba, intentar no tener sobrepeso y evitar los excesos de alcohol disminuyen notablemente las posibilidades de roncar.
También se aconseja evitar estimulantes como el alcohol o las pastillas como los antipsicóticos que relajan la musculatura de la garganta. Asimismo, fumar irrita estas estructuras generando un edema y ocupa el espacio de las vías respiratorias.