Qué es el Reloj Biológico Interno: la clave para una vida más saludable

Casi todas la células del cuerpo humano tienen su propio reloj interno autorregulado de tal forma que de aquí en adelante y a medida que avancen las investigaciones tal vez se pueda llegar a determinar por ejemplo cual es la mejor hora para que una persona se tome un determinado fármaco para una dolencia concreta

reloj sumergible mujer

El Nobel de Medicina 2017 otorgado a tres estadounidenses por sus estudios sobre el reloj interno de los seres vivos y sus cronotipos supone un gran avance científico y un cambio de paradigma para lo que viene en el futuro de la medicina.

El trabajo de los científicos estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young  sobre los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano  nos ha llevado a conocer no sólo cómo plantas, animales y humanos adaptan su ritmo biológico de manera que esté sincronizado con las revoluciones de la Tierra, sino también a descubrir que las células tienen su propio reloj.

Muchos fenómenos biológicos, como el sueño, ocurren rítmicamente alrededor de la misma hora del día, gracias a este reloj interior.

El sueño, la alimentación, la presión arterial o los niveles hormonales están regulados por relojes internos que nos ayudan a adaptarnos a los cambios de nuestro entorno, como los ciclos de luz y oscuridad.

Su existencia fue sugerida hace siglos. En 1729, el astrónomo francés Jean-Jacques d'Ortous de Mairan observó el caso de las mimosas, unas plantas cuyas hojas se abren durante el día hacia la luz del Sol y se cierran al atardecer. El investigador descubrió que este ciclo se repetía incluso en una habitación a oscuras, lo que sugería la existencia de un mecanismo interno.

Intrigados por conocer los engranajes de estos relojes biológicos, Michael Young desde su laboratorio de la Universidad Rockefeller de Nueva York y Jeffrey Hall junto a Michael Rosbash desde la Universidad Brandeis de Boston comenzaron a realizar experimentos con moscas de la fruta.

Tuvieron éxito y, en 1984, lograron identificar un gen que bautizaron como "period" y que, según demostraron, era clave para controlar adecuadamente los ritmos biológicos.

Los trabajos han demostrado que el reloj principal del cuerpo humano está formado por neuronas del núcleo supraquiasmático, situado en la base del cerebro, y que estas neuronas están directamente conectadas a las células que captan luz del exterior.

Este reloj adapta nuestra fisiología de forma “drástica” a las distintas fases del día, al denominado ciclo circadiano, regulando desde la conducta a los niveles hormonales, la temperatura corporal o el metabolismo.

Pero lo relevante, es que se ha demostrado también que las células de múltiples tejidos tienen su propio reloj biológico interno, que se sincroniza con el núcleo supraquiasmático, es decir con el reloj principal, pero que no obstante pueden funcionar con cierta autonomía.

Hay muchas actividades del cuerpo humano que no están constantemente funcionando sino que lo hacen en función del reloj interno que tiene la propia célula.

Ahora hay muchas personas que se están comprando pulseras para conocer su cronotipo, porque les sirve para saber si tienen suficientes horas de sueño, o cuándo irse a la cama “y el conocimiento de tu cronotipo quizá en un futuro ayude por ejemplo a decidir que no es la hora de salir a hacer deporte, porque estás en tu peor momento muscular” señala el neumólogo español Carlos Egea al ser consultado por EFE Salud.

Estos ritmos internos se conocen como circadianos por las palabras latinas circa, alrededor, y dies, día. La comunidad científica sabe ahora que estos guiones moleculares “alrededor del día” surgieron muy pronto en los seres vivos y se conservaron a lo largo de su evolución. Existen tanto en formas de vida de una sola célula como en organismos multicelulares, como hongos, plantas, animales y seres humanos.

Se trata de un gran avance científico porque hasta ahora pensábamos que nuestros relojes “eran externos, que nos movíamos por el sol, la oscuridad, las comidas.., y desconocíamos que dentro de cada célula hay un reloj que marca cómo es el discurrir del ser humano a lo largo del tiempo” señala el especialista.

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