Desde el día en que nacemos, todas las personas estamos destinadas a envejecer. Es natural: no podemos cambiarlo. Pero, ¿por qué envejecemos? ¿Podemos retrasar este inexorable proceso? ¿Tenemos maneras de estirar ese momento?
El envejecimiento se puede definir como el conjunto de cambios en células, tejidos y órganos del cuerpo que se suceden con el paso del tiempo. Estos cambios son, en definitiva, una acumulación de ADN dañado, que impide que las células se regeneren y proliferen nuevas. Llega un momento en el que el proceso de regeneración y creación de nuevas células se detiene, y se almacenan células dañadas. Es entonces cuando se originan los efectos visibles del envejecimiento en el cuerpo, la pérdida generalizada de las funciones fisiológicas y un mayor riesgo de enfermedades y fallecimiento.
Por definición, el envejecimiento está relacionado directamente con la salud. A mejor salud, menor daño genético y más lento será el envejecimiento
Si bien todas las personas estamos destinadas a envejecer, no todas lo hacemos al mismo tiempo. El envejecimiento depende de la genética de la persona, de su estado de salud general y de los factores ambientales que la rodean. De hecho, el estilo de vida es el responsable en un 80% del buen estado de salud.
El paso del tiempo, nuestra propia genética y malos hábitos de vida (como el tabaquismo, el estrés, el sedentarismo o una mala alimentación) van desencadenando procesos en el interior de nuestras células que, de manera invisible pero inexorable, van determinando nuestro estado de salud futuro, nuestra esperanza de vida e, incluso, las enfermedades que padeceremos.
Los controles médicos son claves. A partir de los 45 años, se deben hacer reuniones periódicas cardiovasculares, más en los casos en los que existe predisposición hereditaria a sufrir algunas enfermedades
Consejos para vivir más tiempo
Llegar a los 90 años con salud puede ser posible si se adoptan buenos hábitos de vida desde la infancia. Se espera que la cantidad de nonagenarios se multiplique por cuatro en 2050. Compartimos algunas claves para vivir con salud.
- Ejercicio: Practicar alguna actividad física adecuada a cada edad, es la mejor forma de prevenir los problemas cardiovasculares. El sedentarismo afecta al corazón.
- Colesterol. El colesterol es un factor de riesgo para padecer arterosclerosis. Evitar las grasas saturadas así como realizar diariamente algo de ejercicio físico (nadar, montar en bicicleta, correr o caminar mucho) ayuda a controlar el colesterol.
- Tensión arterial. Se debe controlar la tensión arterial con regularidad, ya que la hipertensión sobrecarga de trabajo el corazón y puede dañar además los vasos sanguíneos, el cerebro, los ojos y los riñones. Se considera tensión arterial alta cuando los valores superan los 140/90 mmHg.
- Peso corporal. Es fundamental controlar el peso corporal y el perímetro de la cintura, puesto que el sobrepeso y la obesidad afectan a la salud del corazón. Llevar una dieta equilibrada desde la infancia debe ser una prioridad en el cuidado de la salud. Se considera que una persona es obesa cuando tiene un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 30.
- Diabetes. Un nivel alto de glucosa en sangre también es un factor negativo para el corazón. La diabetes tipo 2 se puede prevenir evitando la obesidad, con una alimentación sana, pobre en grasas saturadas y azúcares y con ejercicio físico diario.
- Fumar. El tabaco impide al corazón respirar adecuadamente. En España mueren aproximadamente 50.000 personas por enfermedades derivadas del consumo de tabaco, de hecho, el tabaquismo se relaciona con uno de cada tres casos de cáncer.
- Estrés. Llevar una vida tranquila y ordenada ayuda a prevenir enfermedades. El estrés desequilibra el organismo y es un factor de riesgo de sufrir problemas cardiovasculares como el infarto de miocardio.
- Vida social. Tener buenas relaciones sociales y familiares es un factor clave para envejecer de forma saludable. En Japón, un estudio ha demostrado que las personas mayores que carecían de contactos sociales tenían 1,5 veces más posibilidades de fallecer a los tres años siguientes que las que tenían más apoyo social.
- Optimismo. El pesimismo, la depresión y el sentimiento de soledad son predictores de enfermedad, mortalidad y suicidio. Una imagen positiva del envejecimiento y tener proyectos e ilusiones alarga la vida en siete años, según diferentes estudios.
- Revisión médica. A partir de los 45 años, se deben hacer reuniones periódicas cardiovasculares, más en los casos en los que existe predisposición hereditaria a sufrir algunas enfermedades. ¿Quieres más consejos para vivir más tiempo?