El sobrepeso y el sedentarismo son los mejores amigos de la diabetes tipo 2, una enfermedad metabólica que afecta a más de 400 millones de adultos en todo el mundo y provoca unos 5 millones de muertes anuales, la mayoría de ellas por problemas cardiovasculares asociados a esta epidemia mundial.
Según los expertos, el estilo de vida es tan determinante para evitar la aparición de esta patología como en su tratamiento. Tanto en su prevención, en su inicio o en fases avanzadas, la dieta y el ejercicio son fundamentales. Es una enfermedad fuertemente asociada al sobrepeso y la vida sedentaria.
Para mantener la diabetes alejada, la fórmula es sencilla, pero exige trabajo: buena nutrición, mucha fruta y verdura y ejercicio físico. La dieta mediterránea es ideal El aceite de oliva debe ser la principal fuente de grasa; las legumbres, tres veces por semana; y las frutas y verduras, varias veces al día. Ningún alimento prohibido, pero todo con moderación, especialmente los que tienen alto contenido en azúcares y grasas de origen animal, e intentar evitar las grasas trans.
En cuanto al ejercicio, se recomienda un mínimo de 150 minutos por semana de una actividad que nos haga, como mínimo, sudar un poco y acelerar las pulsaciones.
Una investigación reciente apuntaba a la bicicleta como una opción eficaz frente a la diabetes. Otra buena opción son las caminatas activas. El "power walking" es muy interesante para incorporar como deporte: no es una simple caminata, debe haber una activación mayor que la propia cuando caminamos: hace falta intención, caminar de manera específica, movilizando los brazos, activando el abdomen y elevando ligeramente la punta del pie.
Una pérdida de peso sin causa aparente, sensación de sed y más ganas de orinar son algunos de las señales de alarma, pero en la mayoría de los casos cursa de forma asintomática, por lo que es recomendable someterse a chequeos periódicos, según las sugerencias para cada edad y los factores de riesgo de cada persona.