Ser feliz es el deseo de todos los seres humanos de este planeta, pero cómo conseguirlo es el gran dilema.
El exitismo y la obsesión colectiva por la medición y excelencia académica está en muchos casos consumiendo a los alumnos, volviéndolos ansiosos, depresivos, competitivos, frustrados y estresados.
Distintos colegios británicos decidieron revertir este tema, centrándose en el bienestar de los alumnos como la clave en la educación.
Se han empezado a incluir en los planes de estudio temas esenciales que influyen directamente en el bienestar de los alumnos, bajo la convicción de que el desarrollo de las emociones es igual o más importante que el desarrollo intelectual.
Materia "Felicidad" impartida en las salas de clases
Sir Anthony Seldon, director de un prestigioso colegio público inglés llamado Wellington College, introdujo la Felicidad como asignatura de una hora semanal en las aulas de clases, donde se les enseña a los niños a vivir a partir de los 5 años.
La metodología utilizada consta de clases impartidas por profesores especializados que se basan en seis elementos para promover la felicidad:
Salud física, relaciones positivas, perspectiva, compromiso, mundo sustentable, establecer propósitos.
Definen el bienestar como “un estado dinámico, en el que el individuo es capaz de desarrollar su potencial, realizar trabajo productivo y creativo, construir relaciones solidas y positivas con los demás, y contribuir a su comunidad al adquirir un sentido de propiedad y propósito para con la sociedad”.
Para desarrollar y aplicar lo anterior, los profesores trabajan semanalmente en una habilidad específica con los niños que les permita un mejor desarrollo, como por ejemplo: métodos para dormir bien, cómo sacar tensiones, cómo sobrellevar desilusiones, pérdidas o fracasos, cómo descansar la mente, cómo tratar la ansiedad y el estrés, etc.
Y algunos de los temas principales que tratan en sus dinámicas clases son los siguientes:
- Debates sobre las emociones: para que los menores aprendan a identificarlas y a entender bien lo que sienten de acuerdo a diferentes situaciones. Así, los niños podrán controlar y regular sus emociones y, de pasada, se logra reducir la violencia escolar, se fomenta la responsabilidad y se capacita a los niños para afrontar las incertidumbres con comprensión.
- Fijar objetivos vitales positivos: esto es clave para promover una buena enseñanza que refuerce la autoestima y el desarrollo de los niños. En lugar de decirles que el objetivo es sacarse buenas notas, aprobar los ramos, ganar la competencia de atletismo, obtener diplomas, etc.; es bueno incentivarlos en base a lo útil que les será ese aprendizaje para la vida.
- Enseñar a los niños a sobrellevar la tensión: para que de esta forma logren cosas tan simples como respetar los turnos, trabajar a conciencia y sin apuro, logren también trabajar en equipo y en sana competencia, adquirir tolerancia a la frustración y desarrollar la paciencia y el esfuerzo.
- Promover y potenciar la empatía: enseñarle a un niño a ponerse en el lugar del otro es una de las clavespara desarrollar la sociabilidad y el buen ambiente escolar. Los niños, además, adquieren un compromiso a ser mejores personas y a ayudar a quienes más lo necesiten, inculcándoles desde pequeños la posibilidad de que ellos pueden cambiar el mundo para mejor, responsabilidad que potencia su autoestima, haciéndolos creer en objetivos positivos.
Por otra parte, el colegio también integra a los padres y familias de los alumnos, impartiendo seminarios y charlas sobre felicidad para que todo el entorno de los menores esté alineado en el mismo propósito de felicidad y bienestar, porque creen firmemente en que la felicidad está al alcance de todos y que el desarrollarla, requiere de un esfuerzo y depende de cada uno.
A pesar de que en un principio, muchos académicos desconfiaron del método de Seldon, creyendo que éste sólo disminuiría los logros académicos, el éxito alcanzado se tradujo también en lo académico y el Wellington College se convirtió en el colegio que más ha mejorado sus resultados académicos en Reino Unido.
“Ahora estoy mucho más seguro de que es correcto enseñar buenos hábitos a los jóvenes, porque de eso se trata la felicidad. Incluso me atrevo a decir que si los colegios no abrazan este enfoque, están siendo negligentes con sus niños”, señaló Anthony Seldon.
Hoy, el método se ha extendido a muchos otros países como Estados Unidos, Canadá, Holanda, Finlandia, etc. Colegios extranjeros también están empezando a aplicar este tipo de enseñanza en sus salas de clases, e incluso prestigiosas universidades como Harvard o la de Pensilvania, han incorporado hace un buen tiempo la Felicidad como asignatura, siendo de las que más rápido agota sus vacantes.
Fuente: El Definido