Para conseguir que los chicos coman más frutas y verduras hay que comenzar enseñándoles a amar los sabores y texturas naturales que las frutas y verduras proporcionan. No se trata de demonizar o excluir alimentos o grupos de alimentos. En su lugar, celebremos lo que los alimentos saludables pueden hacer por nosotros y cómo pueden hacernos sentir. Te contamos 9 consejos para fomentar hábitos de alimentación saludable en los chicos.
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Servir frutas o verduras en diferentes formas, texturas y temperaturas ayudará a los niños a desarrollar un paladar maduro, lo que les permitirá a su vez disfrutar de una variedad más amplia de nuevos alimentos. Entrenar a los chicos para conocer y aceptar nuevos gustos los ayudará a desarrollar un acercamiento natural a la comida real.
Los estudios han demostrado que los chicos que comen la cantidad recomendada de frutas y verduras tienen una serie de ventajas sobre los que no lo hacen.
- Mayor inmunidad a enfermedades estacionales.
- Mantienen un peso más saludable.
- Mejores condiciones de visión.
- Mejor salud de la piel.
- Encías y dientes más saludables.
- Más energía para jugar.
- Duermen mejor.
Que los chicos coman frutas y verduras fomenta una relación positiva con los alimentos.
Centrándose en lo que es más saludable comer, sin enviar mensajes negativos sobre otros alimentos, algo que a menudo conlleva culpa y vergüenza
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9 consejos para lograr hábitos saludables
Te detallamos estos consejos para poner en práctica en casa tanto si hay chicos muy pequeños como bebés que ya empiezan a comer sólido, como si hay niños más grandes. Siempre estamos a tiempo de hacer un cambio y virar hacia la alimentación saludable.
1) Cuatro comidas al día
No es recomendable que a los chicos se les permite alimentarse en cualquier momento del día, ya que no tendrán suficiente apetito a la hora de sentarse a hacer cualquiera de las 4 comidas correspondientes (desayuno, almuerzo, merienda y cena). Está bien para los niños tener hambre, e incluso alentar a que lo tengan, de esta manera, cuando llegue la hora de la comida, será menos exigente y los alimentos saludables en realidad tendrán un mejor sabor para ellos.
2) Variedad de proteínas
La proteína es vital para el crecimiento del cerebro y del cuerpo de los niños. La proteína se puede obtener de la carne vacuna, de la carne de aves, de los mariscos, de los huevos, los productos lácteos, los frutos secos como nueces y almendras y también de las semillas. Todos estos productos son buenas fuentes de proteínas y todos deben incluirse en la dieta de un niño ya que generan un círculo virtuoso que se retroalimenta. Comer estos productos mejora la salud y acostumbra el paladar de por vida a este tipo de alimentos.
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3) Comer menos azúcar
El niño promedio recibe el 16% de sus calorías totales de azúcares añadidos, algo que se relaciona directamente con la obesidad infantil, las enfermedades crónicas como la diabetes y los problemas de comportamiento. Reemplazar las golosinas, confituras, galletitas de paquete, facturas y otros, por recetas caseras es mucho más sano porque controlamos la cantidad de azúcar que usamos y evitamos el exceso de grasa en los alimentos industrializados. No prohibirlos, pero que sean ocasionales.
4) Que la mitad de su comida sean frutas y verduras
El aumento del consumo de frutas y verduras en todas sus formas y variedades se ha relacionado con una mayor inmunidad, menor incidencia de cáncer y menor ganancia de peso. Una comida equilibrada se da naturalmente cuando los niños consumen frutas y verduras en cada comida ya que se están llenando de alimentos ricos en fibra, altos en nutrientes y bajos en calorías. Y en las porciones adecuadas.
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5) Incluir pescado una vez por semana
El pescado es rico en grasas omega 3, como el DHA, que es vital para el desarrollo del cerebro. Además, los omega 3 están ligados a la inflamación reducida en pacientes con asma, artritis, y eczema. No es muy común que los niños consuman Omega 3, por eso es importante chequear qué alimentos lo contienen para acostumbrarlos a su consumo. La deficiencia de Omega 3 puede ser un factor de riesgo para enfermedades futuras.
6) Elegir granos enteros
Para alimentar a tus hijos con comidas que contengan granos además del pan que puede ser integral, de salvado o blanco, también podés encontrar otras alternativas deliciosas que son mucho más saludables para los niños como el arroz integral, los cereales, el mijo, la cebada, las legumbres, la quinoa, etc. Con ellos se pueden apanar las milanesas, se pueden procesar y hacer hamburguesas y muchas recetas más como te detallamos en este link: Recetas con granos y cereales sin gluten
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7) Limitar los alimentos procesados
Los alimentos procesados son todos los alimentos que se encuentran pre-elaborados y hasta pre-cocidos. Vienen envasados y por lo general contienen productos químicos, como conservantes, grasas agregadas y azúcares añadidos sólo para poder mantenerlos en los estantes de las tiendas sin arruinarse. Los niños que comen y tienen acceso a los alimentos procesados comen menos frutas y verduras y desarrollan hábitos alimenticios que conducen a la obesidad y mala salud. La cantidad de hidratos, sal o azúcar que contienen los hace muy adictivos. Preparar la comida en casa con materia prima que no esté precocida, planificando las comidas semanales y si fuera posible cultivar los propios alimentos son formas fáciles de eliminar la necesidad de comprar alimentos procesados.
8) Beber agua
El agua es vital para todos, pero acostumbrar a los niños a beber agua es una tarea muy importante. La principal fuente de azúcar añadida para los niños proviene de las bebidas azucaradas. Las bebidas endulzadas con azúcar han sido culpadas por muchos de los problemas de salud que aquejan a los niños de hoy, en especial la obesidad y la diabetes infantil. Estas bebidas también reemplazan los alimentos que tienen nutrientes y fibra, que los niños necesitan para crecer. Por eso podés prepararles jugos, licuados o batidos con frutas frescas a base de agua o leche.
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9) Jugar mucho y dormir bien
Cuando los niños pasan varias horas del día afuera, y salen a jugar al aire libre, en lugar de estar delante de una pantalla, además de ejercitar el cuerpo, gastan mucha energía que luego querrán reponer comiendo alimentos como frutas, licuados, cereales, etc. Además todo lo lúdico ejercita el cerebro y la imaginación y los cansa, algo que facilitará que tengan un mejor descanso. Por supuesto que son más felices e incluso tienen una mejor imagen de sí mismos.
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