Brittany Jordan-Arthur, psicóloga del Hospital McLean, afiliado a Harvard, estaba en desacuerdo con su hija de 7 años una mañana reciente. La niña simplemente no quería salir por la puerta del campamento de verano y encontraba todas y cada una de las excusas para quedarse atrás. Pero, en lugar de expresar exasperación o molestia, decidió utilizar una valiosa técnica de comunicación: la validación.
La validación es una habilidad comunicativa que es ideal para desactivar emociones intensas, que, en general, nos llevan por caminos poco recomendables. La "temperatura" que suponen más de una vez nos llevan a errar el tono o a escuchar mal lo que estamos recibiendo del otro.
Como ocurre con muchas habilidades, cuanto más practicas la validación, más fácil te resultará aplicarla cuando más se necesita. Esto es lo que debe saber y hacer.
Qué vas a encontrar en esta nota:
Qué es la validación en comunicación
La validación en el contexto de la comunicación se refiere a una técnica de escucha y respuesta que se utiliza para demostrar empatía y comprensión hacia la persona con la que estás interactuando. La validación es una habilidad de comunicación efectiva que se usa en conversaciones para transmitir que valoras los sentimientos y las experiencias de la otra persona.
La validación, un enfoque que puede ayudar a las personas a sentirse escuchadas y comprendidas, es especialmente útil cuando se atraviesan situaciones cargadas de emociones.
Ejemplos de validación en comunicación
A través de la validación, puedes ayudar a construir relaciones más sólidas y satisfactorias. Aquí tienes algunos aspectos clave de la validación en la comunicación:
- Escucha activa: La validación comienza con la escucha activa, prestando atención completa a lo que la otra persona está diciendo, sin interrumpir ni juzgar.
- Afirmación de sentimientos: La validación implica reconocer y validar los sentimientos de la otra persona, incluso si no estás de acuerdo con su punto de vista. Puedes decir cosas como "Entiendo que te sientas frustrado/a" o "Parece que estás pasando por un momento difícil".
- Reflejar pensamientos y emociones: Puedes reflejar lo que la otra persona ha dicho para mostrar que estás prestando atención y entendiendo. Por ejemplo, "Entiendo que estás preocupado por la situación en el trabajo".
- Preguntas abiertas: Hacer preguntas abiertas fomenta una conversación más profunda y permite a la otra persona expresar sus pensamientos y sentimientos en mayor detalle.
- Validación de experiencias personales: Puedes compartir experiencias personales similares si has pasado por situaciones similares. Esto puede ayudar a la otra persona a sentirse comprendida y menos sola en su experiencia.
- Evitar el juicio: La validación implica abstenerse de juzgar o criticar a la otra persona por sus pensamientos, sentimientos o acciones. En lugar de eso, se trata de comprender y mostrar empatía.
La importancia de la validación: habilidades sociales y emocionales que suman
Validar a alguien demuestra que comprendes sus sentimientos y puntos de vista, incluso cuando no estás de acuerdo. Establece confianza, ayudando a la otra persona a sentirse apoyada y abierta a discutir soluciones.
Y eso es precisamente lo que ocurrió en el estancamiento de Jordan-Arthur con su hija. "Simplemente me senté con ella y le dije: 'Realmente no quieres ir'. Fue un gran ejemplo de cómo decir: 'Te escucho' y, al final, no le dije que tenía que ir ni por qué; ella misma llegó a esa conclusión", dice Jordan-Arthur. "Salimos por la puerta sin necesidad de explicaciones".
No es una habilidad que todos tengamos al alcance de la mano, pero su importancia se reconoció en los últimos años. Siempre existió, claro, pero ahora se ha conceptualizado y se conoce mejor su mecanismo.
Muchos intentan la validación, pero no lo logran. La buena noticia es que es entrena, se desarrolla, se adquiere.
La validación es fundamental para un tipo de psicoterapia llamada terapia dialéctica conductual (DBT), que está dirigida a personas que experimentan emociones de forma muy intensa. Muchas personas utilizan algunos aspectos de la validación en las comunicaciones cotidianas con familiares, amigos y colegas, pero normalmente se quedan cortos, dice Jordan-Arthur. ¿Cómo?
"Se lanzan a resolver problemas, dicen algo que los valida, pero luego inmediatamente le dicen a la persona qué debería haber hecho o qué debería hacer a continuación", dice. "No dejan que esa validación se asimile. Es como ponerse una crema contra la picazón y luego lavarla inmediatamente".
¿Cómo puedes ofrecer validación?
Jordan-Arthur comparte estos consejos para validar a otra persona:
- Préstales toda tu atención.
- Haga contacto visual y asienta apropiadamente, diciendo "ajá" mientras muestra su interés.
- Refleje lo que ha escuchado repitiendo su mensaje, como: "Parece que hoy te sientes peor con esta situación que ayer".
- Verbaliza lo no dicho, como "He oído que sientes que no puedes hacer nada debido a este obstáculo" o "Parece que estás frustrado".
- ¡Dale tiempo para que funcione! Asegúrese de dejar que la validación se asimile antes de intentar resolver el problema.
¿La validación tolera el mal comportamiento?
La validación no es lo mismo que tolerar el comportamiento malo o frustrante de alguien, señala Jordan-Arthur. No es lo mismo tranquilizarlos cuando no es apropiado hacerlo. "Es posible que tengas miedo de comunicar que apruebas su comportamiento o que estás de acuerdo con sus acciones o elecciones. Pero si disminuyes el ritmo y validas cómo se siente alguien en ese momento, antes de que se tome una mala decisión, la validación logra exactamente lo contrario".
Puedes probar esta frase en su lugar: "He oído que esto es importante para ti" o "puedo entender cómo esto ha sido tan perturbador o difícil para ti. Lo veo".
¿Cómo se puede validar a los adolescentes?
Validar a los adolescentes no es diferente de las tácticas que Jordan-Arthur usó con su hijo de 7 años: los problemas tienden a ser mayores. Por ejemplo, los adolescentes a menudo se sienten estancados con profesores que no les agradan o se quejan de que los profesores parecen demasiado duros.
"Los padres sienten muchas ganas de decir: 'Oh, el maestro no es tan malo' o 'Estoy seguro de que tiene buenas intenciones', defendiendo al maestro y su perspectiva", dice Jordan-Arthur. "Lo más probable es que, cuando un niño sea adolescente, también tenga esa habilidad, pero les llevará un momento llegar allí".
Esto es lo que puedes decir en su lugar:
- "He oído que no te sientes respetado".
- "Es muy difícil sentirse impotente".
- "Es difícil sentir que tu profesor tiene control sobre tu desempeño en clase".
- "Puedes validar sus sentimientos incluso si sientes que el profesor está siendo respetuoso", añade Jordan-Arthur.
¿Cómo se puede validar a los adultos?
Validar a otros adultos en su vida profesional o personal implica prácticamente el mismo enfoque. Por ejemplo, con un colega que se siente infravalorado en la oficina, intenta decirle: "Tiene mucho sentido que te sientas realmente frustrado. Sé lo importante que es tu trabajo para ti. La idea es que entre todos logremos sacar este problema adelante".
Si estás discutiendo con tu cónyuge o pareja, puedes creer que son genuinos, dice Jordan-Arthur, a pesar de la diferencia de opinión. Intente decir: "Me doy cuenta de que este tema te parece muy importante y quieres que preste atención a lo que estás diciendo".
También es aconsejable prestar atención al lenguaje corporal de la otra persona durante los momentos acalorados. Después de validarlos, pero antes de ofrecer una posible solución a un problema, busque pistas de que se están calmando, como respirar y gesticular más lentamente.
"Animo a las personas a contar mentalmente hasta 10, porque todavía tendemos a apresurarnos y no esperar a que la otra persona sienta esa validación", dice. "Si hacemos eso, a menudo dejarán de lado la idea de que 'esta persona me hizo daño' y comenzarán a resolver el problema por su cuenta".
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