La búsqueda de la felicidad es un camino sin fin, y siempre plagado de dificultades. Ahora, una nueva investigación ha encontrado que la felicidad realmente no crece en los árboles, pero que sin duda es conveniente hay que estar atento a ellos
Según los investigadores, si alguien quiere ser más feliz, debe convertirse casi en un recolector de frutas o verduras. O al menos ir vacias veces al mercado a comprar muchas de ellas. El efecto ce consumir estos alimentos es sustancial. Por cada porción adicional de frutas y verduras en cada día (hasta 8 porciones) hay un evidente aumento de la felicidad, el bienestar y la satisfacción con la vida.
El efecto es tan fuerte que los investigadores establecieron que las personas que aumentan su ingesta de frutas y vegetales de 0 a 8 sirve durante el transcurso de un día, experimentarían un aumento de la satisfacción con la vida que es equivalente a pasar de estar desempleado a tener un trabajo.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista American Journal of Public Health, fue una colaboración entre la Universidad de Queensland en Australia y la Universidad de Warwick en Inglaterra.
Se realizó un seguimiento de más de 12.000 personas a las que se les tomaban mediciones de su bienestar psicológico. Para que pudieran estar seguros de que los resultados fueron a causa de las frutas y las verduras, y no de cualquier otra cosa que pudiera generar repuntes anímicos en lo radares de la felicidad humana los investigadores tomaron en cuenta cualquier cambio en los ingresos o circunstancias personales.
“Comer frutas y verduras aparentemente aumenta nuestra felicidad mucho más rápidamente de lo que mejora la salud humana. La motivación para comer alimentos saludables se debilita por el hecho de que los beneficios para la salud física, como la protección contra el cáncer, se perciben generalmente décadas más tarde o, si la salud no decae, quizás nunca nos demos cuenta de lo bien que nos hizo consumir determinado alimento. Sin embargo, las mejoras en el bienestar por el consumo de frutas y verduras son inmediatas." Opinó el profesor Andrew Oswald, de la Universidad de Warwick, Inglaterra.
Estos resultados están en línea con investigaciones previas que, realizando un seguimiento a 281 personas, encontraron que en los días en que esas personas manifestaron sentirse más felices, eran cuando habían comido más cantidad de frutas y verduras el día anterior. Una vez más, al llegar a las 7-8 porciones fue cuando se sintieron mejor.
Todavía no está claro por qué las frutas y verduras tienen un efecto tan fuerte sobre la salud psicológica, pero los investigadores tienen algunas ideas inteligentes.
La primera es la posibilidad de que la vitamina B12 podría tener algún tipo de influencia en la producción de serotonina, una sustancia química en el cerebro que transmite mensajes entre las células nerviosas. La serotonina juega un papel importante en el estado de ánimo.
Otra opción es que estos alimentos podrían funcionar generando algo especial en nuestra microbiata intestinal. La microbiota intestinal es la colección de más de 100 billones de microorganismos que albergamos sobre todo en el colon y que desempeña un papel clave en procesos como la digestión. Sabemos que hay una fuerte conexión entre el intestino y el cerebro. Cuando nuestra microbiata en el intestino está activa, puede influir en la química del cerebro de maneras encantadoras.
Finalmente, existe alguna evidencia que sugiere que los antioxidantes podrían ser la clave. Los antioxidantes son abundantes en frutas y vegetales. Se ha encontrado que a mayores niveles en la sangre de un poderoso tipo de éstos antioxidantes, los carotenoides, las personas se vuelven más optimistas.
Para aclarar los datos, cuando nos referimos a una porción de vegetales estamos hablando es 75 gramos y una de fruta es de 150 gramos. Aquí hay unos ejemplos. Cada uno de estos se cuenta como una porción:
½ taza de vegetales naranjas o verdes cocidos (brócoli, espinacas, zanahorias, calabaza)
½ taza de porortos, arvejas o lentejas
1 taza de ensalada de hojas verdes
½ taza de maíz
½ papa mediana u otros vegetales con almidón (camote o batata)
1 tomate mediano
1 manzana mediana, banana, naranja o pera
2 damascos, ciruelas o kiwis
Se necesita más investigación para entender exactamente cómo las frutas y hortalizas influyen en nuestro estado de ánimo. Lo que sí sabemos es que los seres humanos tenemos mentes y cuerpos que no fueron diseñados para vivir de alimentos procesados. Miles de años de evolución no han cambiado eso. Por supuesto, no hay nada malo en disfrutar de algo procesado alguna vez. Pero lo que es importante para nuestras mentes, cuerpos y espíritus es que mantengamos el equilibrio.