Según la 3° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo para enfermedades no transmisibles (ENFR), 6 de cada 10 personas registraron exceso de peso y 2 de cada 10, obesidad. El dato es preocupante en relación a la salud en general, y también un tema a considerar con mucha atención cuando se busca un embarazo, ya que el ambiente uterino en el que se forma el bebé influye a la hora de que desarrolle patologías en el futuro, como la diabetes.
En los últimos años, diversos estudios han demostrado el aumento de la obesidad en distintas sociedades convirtiéndose en unos de los mayores problemas de salud del siglo XXI. En Argentina, datos del 2013 revelan un aumentó del 42,5% en la prevalencia de obesidad respecto del año 2005. “Entre las causas de infertilidad, tanto de la mujer como del varón, se encuentra la obesidad. Por eso es fundamental la recomendación, del especialista de fertilidad, de realizar un plan de reducción de peso para iniciar el tratamiento de reproducción asistida en un peso adecuado”, explica el doctor Fernando Neuspiller, director de IVI Buenos Aires.
Las mujeres con sobrepeso u obesas tendrán mayores complicaciones no solo durante el embarazo sino también luego del mismo y hasta afectará al niño por nacer
Riesgos y complicaciones del sobrepeso
1. Aumento de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo II en el futuro niño durante la adolescencia
2. Se duplica el riesgo de muerte fetal
3. Se incrementa las probabilidades de parto prematuro
4. Mayores tasas de aborto
Algunas secuelas provenientes del sobrepeso u obesidad pueden estabilizarse con la simple implementación de una dieta sana y variada en vitaminas. Desde el punto de vista de la nutrición, para obtener mejores probabilidades de embarazo, se busca que la paciente tenga un índice de masa importante (IMC) de entre 18.5 y 24.9 kg/m².
Los hijos de madres con sobrepeso tienen un 40% más de probabilidad de padecer sobrepeso
La importancia de una dieta variada que incluya:
- Vitamina A: la deficiencia de la vitamina A desarrolla la degeneración y la caída del número de espermatozoides. La mejor manera de ingerirla es consumir alimentos con su precursor: Caroteno.
- La vitamina B: contribuye a la formación de un sistema nervioso sano y al equilibrio hormonal. Su deficiencia puede conducir a un exceso de estrógeno, lo que dificulta la fertilidad.
- Vitamina C: Se ha demostrado que mejora la inmunidad, la calidad del semen y es importante para salud ovocitaria de la mujer, lo que ayuda a reducir el riesgo de infertilidad en ambos sexos. Las frutas cítricas son ricas en antioxidantes porlo quedisminuyen el impacto de las hormonas producidas por el estrés, lo que puede dificultar la erección en el varón.
- Vitamina D: Esta vitamina que conseguimos a través de la exposición al sol (con moderación) mejora la acción de la secreción de insulina, la ovulación y ayuda a aumentar la probabilidad de embarazo después de la fecundación in vitro.
- Semillas y frutos secos: nueces, semillas oleaginosas (almendras,pistachos, etc.) contienen grasas saludables y nutrientes como el zinc,selenio y la vitamina E que son importantes en la producción de hormonas sexuales y espermatozoides. Estos nutrientes también ayudan a prevenir la depresión y la ansiedad.
- Fibra: la fibra retarda la absorción de azúcares en el intestino, impidiendo un gran aumento de la insulina después de una comida. La recomendación es de unos 25 gramos por día.