Sobrecarga en el trabajo de fuerza durante un entrenamiento, movimientos bruscos con el cuerpo, falta de elasticidad por inactividad prolongada. Las razones abundan y los motivos pueden ser muchos y de muy diversa índole. Lo cierto es que se trata de una de las lesiones más comunes y afecta por períodos de tiempo indeterminados a cientos de deportistas. Te contamos qué es la pubalgia, cómo tratarla y cómo prevenirla.
Qué es la pubalgia
Para iniciar el tema, podemos decir que la pubalgia es una afección que tiene varios factores que lo provocan. Se suele producir por una sobrecarga muscular causada por el esfuerzo de movimientos repetitivos o continuados. Es puede ocurrirle tanto a profesionales de alto rendimiento como a jugadores ocasionales que hacen deporte como entretenimiento.
Técnicamente, la pubalgia es una alteración de las estructuras insertadas en el pubis (tendones, músculos, ligamentos, etc.) que generan dolor de ingle y limitan las actividades deportivas o actividades del día a día. Tengamos en cuenta que el área de la cadera es muy importante ya que es la zona de transición de la carga entre el miembro superior e inferior.
Síntomas: pubalgia, inflamación y dolor
Al igual que los factores que la provocan, que pueden ser distintos y además estar combinados (por ejemplo un estructura osea de la cadera afectada sumado a sobrecarga en el entrenamiento) los síntomas de la pubalgia también pueden variar y combinarse.
Básicamente se percibe como un cuadro doloroso que se genera en la región de la pelvis. Lo que se percibe inmediatamente es una inflamación en la zona de inserción de los músculos abdominales en el borde superior del pubis. De ahí su nombre: pubalgia. Este intenso malestar puede afectar también el músculo aductor que va desde la cara interna del muslo hasta el borde inferior de ese mismo hueso
El dolor comienza por primera vez después del entrenamiento o al terminar un entrenamiento intenso. Cuando el cuerpo aún está “caliente” por el esfuerzo puede pasar inadvertido pero no tarda mucho en hacerse presente y mostrar con toda dureza sus efectos.
Por otro lado, las molestias y dolores tienden a empeorar después de unos días, a menudo irradiando al músculo y trasladando el dolor a partes cercanas. El dolor se siente principalmente en el área de la ingle o en el músculo aductor.
A partir de allí, el dolor a menudo se vuelve constante, incluso en reposo, e interfiere con los movimientos simples como abrir la pierna para bajarse del auto o de la cama.
Pubalgia: causas que la provocan
Hay muchas cosas que pueden causar una publagia, también conocida como hernia deportiva y generalmente se pueden clasificar en dos categorías:
Factores intrínsecos
los relacionados con las características individuales
- Acortamiento de miembros inferiores
- Displasia de cadera
- Debilidad de la pared abdominal
- Hiperlordosis
Factores extrínsecos
generados por el entorno y las actividades
- pueden ser microtraumatismos de repetición,
- sobrecarga muscular por sobreesfuerzo,
- mala calidad de las instalaciones deportivas, entre otros.
Por otro lado, es importante considerar que se puede dar una combianción de factores internos o inclusive
Pubalgia: cómo se cura
Al intuir una lesión de esta naturaleza es imprescindible recurrir de inmediato a una consulta médica con un traumatólogo. Él evaluará los daños y los factores que pueden haber llevado a provocar la lesión. Saber qué es la pubalgia y cómo tratarla en cada caso es de crucial importancia. A partir de ese momento, se puede trabajar en diversas técnicas de recuperación, siempre supervisado por el mismo traumatólogo y un kinesiólogo que indique la actividad a realizar.
Es muy probable que entre las acciones que el tratamiento requiera pueda encontrarse algunas de estas:
- Descansar: es clave dejar que el músculo afectado se desinflame y deje de ser forzado
- Antiinflamatorios para pubalgia: estos pueden ayudar a reducir el dolor y la hinchazón. Es importante tener en cuenta que se trata solo de un paso que ayudara a aminorar las molestias, pero los antiinflamatorios no actúan sobre el problema, sino que solo reducen los síntomas.
- Terapia de masaje aductor y abdominal: estos trabajos realizados por un kinesiólogo ayudan a distender y aflojar la presión en el área afectada-
- Ejercicios: Dependiendo de cuál sea la causa que provocó la lesión, los médicos y especialistas definirán una serie de actividades que pueden ser realizadas en el gimnasio o en el hogar para fortalecer y recuperar los músculos afectado.
- Reaprendizaje de postura corporal: Quizás sea necesario corregir posturas y trabajar en el movimiento que realizamos con algunas articulaciones (cadera, rodilla, etc)
- Técnicas de electroterapia (magnoterapia o láser, por ejemplo): hay diferentes técnicas que pueden ayudar a acelerar la recuperación, pero claramente son acompañamientos que no sustituyen los trabajos específicos de kinesiología sobre el área afectada.
- Calentamientos específicos periódicos para evitar que se cronifique: el sedentarismo no ayuda y hasta puede ser una causa más de este malestar. Es necesario realizar en diferentes momentos una serie de ejercicios para distender y fortalecer la zona afectada.
- Algunos casos pueden necesitar una intervención quirúrgica para reducir la presión sobre el pubis abdominal y los aductores.
Pubalgia: tratamiento casero
Para lograr una pronta recuperación de la pubalgia es importante el hecho de detectar la pubalgia a tiempo. Si nos demoramos en identificar la lesión o si retrasamos su tratamiento e intentamos disimularla con reposo y analgésicos, se alargará en el tiempo y puede acarrear consecuencias más serias.
De todos modos, y como apoyo al tratamiento médico, hay algunos ejercicios que podemos realizar en el hogar:
- Estiramiento de cuádriceps con rodillo
Para realizar este ejercicio debemos acostarnos boca abajo, doblar una de las piernas hacia la cadera y colocar el rodillo debajo de la parte interna del muslo. Luego debemos movernos lentamente hacia adelante y hacia atrá ayudandonos con los codos y las rodillas. Hay que hacerlo rodar desde la rodilla hasta la zona de la ingle durante 30 segundos y por lo menos realizar tres series con cada lado.
Esto ayuda a relajar los aductores y permite que los músculos se muevan con facilidad y, en consecuencia, mejore la flexibilidad general.
2. Estiramiento de aductores, isquiotibiales e iliolumbares
Debemos sentarnos con las piernas abiertas y la espalda recta. Luego, poco a poco ir inclinando el cuerpo hacia delante hasta tocar con las manos los dedos de los pies. Es preciso mantenerse en esa posición durante 30 segundos. Luego descansar otros 30 segundos y repetir de tres a cinco series.
3. Ejercicios Isométricos
Coloca una pelota entre las rodillas y presiona manteniendo la fuerza durante 30 segundos. Descansa durante 15 segundos y repítelo 3 veces.
Cómo prevenir la pubalgia
Si practica deportes regularmente, hay varias cosas que puede hacer para reducir el riesgo de desarrollar pubalgia, que incluyen:
- Haciendo estiramientos para fortalecer la ingle.
- Calentamiento y enfriamiento antes y después de hacer deporte.
- Usar la forma y las técnicas adecuadas mientras se practican deporte.
Para prevenir la pubalgia no puede faltar una importante sesión de entrenamiento de fuerza para las piernas porque te ayudarán a tonificar y reforzar la musculatura, con el que incluso podrás evitar otras lesiones.
Vivir con pubalgia
La mayoría de las personas se recuperan por completo de la pubalgia, ya sea con fisioterapia o cirugía, y pueden volver a practicar deportes en varios meses. Solo asegúrese de seguir las instrucciones de su fisioterapeuta o cirujano para evitar volver a lesionarse la ingle.
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