La resaca es un grupo de signos y síntomas desagradables que se presentan después de beber demasiada cantidad de alcohol. Si sentirse pésimo no fuera suficiente, las resacas frecuentes también se relacionan con mal desempeño y conflictos laborales.
Como regla general, cuanto más alcohol bebas, mayor es la probabilidad de que tengas resaca el día siguiente. Sin embargo, no existe una fórmula mágica que indique cuánto alcohol se puede beber sin peligro de tener resaca.
Si bien las resacas son desagradables, en su mayoría pasan por sí solas, aunque pueden durar hasta 24 horas. Para conocer sus efectos, peligros y la mejor manera de superarla, médicos de Mayo Clinic nos acercan algunos datos y consejos:
Síntomas de la Resaca
Los síntomas de la resaca normalmente comienzan cuando el contenido alcohólico en la sangre desciende mucho y casi llega a cero. Después de una noche de bebida, por lo general, el efecto máximo de la resaca es a la mañana siguiente. Según el tipo de bebida consumido y la cantidad, los síntomas podrían ser los siguientes:
- Cansancio y debilidad
- Sed y sequedad de boca excesivas
- Dolores musculares y dolores de cabeza
- Náuseas, vómitos y dolor estomacal
- Mal dormir o sueño de mala calidad
- Más sensibilidad a la luz y al sonido
- Mareos o sensación de que la habitación gira
- Temblores
- Menor capacidad de concentración
- Alteraciones del estado de ánimo, como depresión, ansiedad e irritabilidad
- Taquicardia
Cuándo es una urgencia
Los signos y síntomas más graves que acompañan al consumo excesivo de alcohol pueden apuntar hacia una intoxicación alcohólica, tipo de urgencia médica que pone en riesgo la vida. Llama al número local de emergencias si la persona que estuvo bebiendo presenta los siguientes signos:
- Confusión
- Vómitos
- Convulsiones
- Respiración lenta (menos de ocho respiraciones por minuto)
- Respiración irregular (una pausa de más de 10 segundos entre las respiraciones)
- Piel de color azulado o pálido
- Temperatura corporal baja (hipotermia)
- Dificultad para mantenerse despierto
- Desmayo (pérdida del conocimiento) e imposibilidad de despertarlo
Una persona que perdió el conocimiento y no puede despertarse corre riego de morir. Busca atención médica de inmediato si crees que alguien sufre una intoxicación alcohólica, aunque no hayan los signos y síntomas clásicos.
Causas
Las resacas son producto de excederse con el alcohol. En algunas personas, una sola copa basta para provocar resaca; otras, en cambio, pueden beber mucho y escaparse de sufrirla.
Son varios los factores que contribuyen a la resaca. Por ejemplo:
- El alcohol hace que el cuerpo produzca más orina. A su vez, orinar más de lo normal puede llevar a deshidratación, que se manifiesta con sed, mareo y aturdimiento.
- El alcohol desencadena una respuesta inflamatoria por parte del sistema inmunitario. El sistema inmunitario puede activar ciertos agentes que con frecuencia producen síntomas físicos, como incapacidad de concentración, problemas con la memoria, menos apetito y falta de interés en las actividades habituales.
- El alcohol irrita el revestimiento estomacal. El alcohol aumenta la producción de ácido en el estómago y demora el vaciado estomacal. Cualquiera de estos factores puede causar dolor abdominal, náuseas o vómitos.
- El alcohol puede provocar un descenso de la glucosa sanguínea. Si la glucosa sanguínea desciende a un nivel muy bajo, puedes tener cansancio, debilidad, temblores, alteración del estado de ánimo y hasta convulsiones.
- El alcohol causa la dilatación de los vasos sanguíneos. Eso puede provocar dolores de cabeza.
- El alcohol puede producir sueño. Sin embargo, impide alcanzar las fases más profundas del sueño y suele despertar en medio de la noche. Eso puede hacerte sentir atontado y cansado.
Factores de riesgo
Toda persona que bebe alcohol puede tener resaca, pero algunas son más propensas que otras. Una variación genética que afecta cómo se metaboliza el alcohol puede hacer que algunas personas se ruboricen, suden o vomiten después de beber aunque solo en poca cantidad.
Los factores que hacen que la resaca sea más probable o más grave son:
- Beber con el estómago vacío. Cuando no hay alimento en el estómago, el alcohol se absorbe más rápido.
- Consumir otras drogas, como nicotina, junto con el alcohol. La combinación del alcohol con el tabaco parece aumentar la probabilidad de despertarse con resaca.
- No dormir bien o lo suficiente después de beber. Algunos investigadores creen que los síntomas de la resaca generalmente se deben, al menos en parte, al sueño de mala calidad y ciclo corto que suele seguir a una noche de bebida.
- Tener antecedentes familiares de alcoholismo. Tener familiares cercanos con antecedentes de alcoholismo puede indicar un problema hereditario con la forma en que el organismo procesa el alcohol.
- Tomar bebidas alcohólicas de color más oscuro. Las bebidas de color más oscuro suelen tener un volumen alto de congéneres y aumentan la probabilidad de tener resaca.
Complicaciones
Cuando tienes resaca, probablemente tengas dificultades con las siguientes funciones biológicas:
- Memoria
- Concentración
- Destreza
No es de extrañar que este entorpecimiento transitorio de tus habilidades aumente el riesgo para una cantidad de problemas escolares o laborales, tales como:
- Ausentismo
- Dificultad para completar las tareas
- Conflictos con otras personas
- Quedarte dormido en la escuela o en el trabajo
- Lesiones en el lugar de trabajo
Prevención
A pesar de que varios comprimidos y tabletas de venta libre dicen que previenen la resaca, la única forma garantizada de prevenirla es evitando el alcohol. No obstante, si decides beber alcohol, hazlo con moderación.
Consumo moderado de alcohol en adultos sanos significa beber máximo una copa diaria si eres mujer (de toda edad) u hombre de más de 65 años, y hasta dos copas diarias si eres hombre de menos de 65 años.
Mientras menos alcohol bebas, menos probabilidad de tener resaca tienes. Los siguientes consejos pueden ayudarte:
- Come antes de beber y mientras bebas. Como el alcohol se absorbe más rápido cuando el estómago está vacío, comer algo antes de beber alcohol y mientras lo bebes puede ayudarte.
- Elige con cuidado. Las bebidas con menos congéneres tienen un poco menos de probabilidad de provocar resaca que las bebidas con más congéneres, pero recuerda que todos los tipos de alcohol pueden provocar resaca.
- Toma agua entre las bebidas. Tomar un vaso lleno de agua después de cada bebida alcohólica te ayudará a mantener hidratado y también a beber menos alcohol.
- Conoce tus límites y solo bebe con moderación. Decide de antemano cuántas copas vas a beber y no te excedas. Tampoco te sientas presionado a beber.
- Bebe lentamente. Evita beber más de una bebida alcohólica por hora. Deja de beber cuando llegues a tu límite (o antes).
Algunas personas toman analgésicos de venta libre, como aspirina o ibuprofeno (Advil, Motrin IB, y otros), para prevenir los síntomas de la resaca. Sin embargo, pregúntale al médico si esto es seguro para ti y qué dosis es la más adecuada. Estos medicamentos pueden interactuar con otros, y el paracetamol (Tylenol y otros) puede provocar daños en el hígado si lo consumes con demasiado alcohol.
Tratamiento
La única cura para la resaca es el tiempo, pero entretanto, aquí te decimos algunas cosas que pueden ayudarte a sentir mejor:
- Llena una botella de agua. Bebe sorbos de agua o de jugo de fruta para evitar deshidratarte. Resiste la tentación de tratar la resaca con más alcohol porque eso solo te hará sentir peor.
- Come algo ligero. Una dieta blanda con tostadas y galletas saladas puede mejorar la glucosa sanguínea y calmar el estómago. Un caldo puede ayudarte a reemplazar la sal y el potasio perdidos.
- Toma un analgésico. Una dosis estándar de algún analgésico de venta libre puede aliviarte el dolor de cabeza; sin embargo, la aspirina puede irritarte el estómago. Si consumes alcohol en exceso con regularidad, el paracetamol (Tylenol y otros) puede provocarte daños graves en el hígado, incluso en las dosis que antes se consideraban seguras.
- Vuelve a la cama. Si duermes suficiente tiempo, es posible que la resaca ya haya pasado cuando te despiertes.