Por qué el acceso a la salud es desigual en Argentina y cómo revertirlo

                                                                       El acceso y la utilización de los servicios de asistencia médica tiene un impacto relevante en aquellos individuos en los que se puede intervenir o prevenir (Adaszko, 2011)

Se habla cada vez más sobre las desigualdades en el acceso a la salud en la Argentina, algo que muchos piensan que es algo asociado solamente al hecho de no poder llegar al hospital o a la atención en los Centros de Atención Primaria (CAP). Pero la realidad es que cuando hablamos de “Desigualdades en el Acceso” en salud nos referimos a algo más amplio, que tiene que ver con la cobertura integral de la salud. No se trata sólo de poder acceder a la atención sino, también, a un correcto diagnóstico, al tratamiento y a diferentes prácticas, en caso de ser necesarias.

Lo primero que debemos remarcar es que la Argentina tiene SALUD PÚBLICA y no GRATIS, como siempre nos quieren hacer creer a todos. Hay una afición, costumbre, de hacer campañas -por ejemplo de vacunación- con el slogan Gratis al final de la frase, algo que es erróneo y que deberíamos desterrar en salud (así como en educación y otras áreas).

Otro de las cuestiones que es clave revisar cuando hablamos de acceso a la salud es la
fragmentación del sistema, donde cada protagonista tiene un comportamiento desigual ante mismas enfermedades.

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En Argentina tenemos un sistema fragmentado de salud, donde los distintos subsectores -como PAMI, obras sociales o prepagas- hacen que haya población no cubierta. Por dar un ejemplo, podemos observar que en CABA hay un 18% de la población que no cuenta con obra social o prepagas y tiene fundamentalmente el sistema público de atención. Es importante tomar conciencia de que, aún existiendo el plan "Cobertura porteña de salud", que supuestamente garantiza atención y acceso a los medicamentos (base del programa), muchos no acceden a la atención porque hay otros determinantes de la salud que lo impiden o lo complican: son temas sociales que hacen que éstos no lleguen ni a los centros de atención primaria ni a los hospitales.

Con respecto al acceso a la salud y la fragmentación, en el resto del país cada provincia tiene su organización sanitaria, repitiendo los mismos problemas de acceso que tienen la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires.

Esto deriva en que el derecho a la salud, que supone un acceso oportuno y equitativo a los servicios de atención, al diagnóstico y tratamiento, no se cumpla en muchísimos casos. Es uno de los graves problemas que viene teniendo el sistema de salud argentino desde hace décadas.

De esta manera, se trata no sólo de velar por el cumplimiento del derecho a la salud sino, también, de garantizar que el mismo se traduzca en un efectivo cuidado y desarrollo de las capacidades humanas en condiciones de equidad.

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Prevenir es también acceder a la salud

La visita a un profesional médico, ya sea por control, prevención o tratamiento, suele ser un indicador de cuidado sobre la propia salud. La finalidad de una evaluación médica periódica se basa en la detección precoz, la evaluación de los factores de riesgo, la prevención, el tratamiento y el consecuente alcance de niveles de vida satisfactorios.

Por este motivo, la diversidad de personas para las que estaría indicada una consulta médica incluye desde aquellas que no presentan síntomas hasta las que manifiestan determinadas molestias o enfermedades ya diagnosticadas. Una actitud positiva frente a la salud indicaría que siempre es mejor prevenir las causas de las dolencias que solucionar sus consecuencias cuando la enfermedad ya es un hecho.

Por lo tanto, se considera un déficit en el cuidado y la atención de la salud no realizar como mínimo una consulta médica anual, aun cuando no haya problemas evidentes o percibidos, puesto que es una necesidad sanitaria primordial que incide en el desarrollo humano

La utilización de los servicios de salud debería estar determinada por la necesidad de atención de la salud de la población, pero existen otros factores que condicionan la utilización de los servicios: factores geográficos, socio-económicos, educacionales, culturales, así como también la propia oferta de servicios condiciona la percepción de las necesidades y su exteriorización en demanda.

Ello lleva a que se observe que habitualmente hay una subutilización de algunos de los componentes del sistema y una sobre utilización de otros, lo que puede estar relacionado con la calidad en la atención y los perfiles socioeconómicos y demográficos de los grupos atendidos.

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Por ejemplo, el Observatorio de la Deuda Social Argentina, dependiente de la UCA,
en un trabajo de investigación titulado “La Salud en población urbana Argentina
desde una mirada multidimensional de la pobreza”, pudo comprobar que en el
período 2010-2016 concurrieron a la atención médica en un sistema de salud
público tres de cada diez personas encuestadas, mostrando valores ascendentes:
26,9% en 2010 y 30,2% en 2016.

Ahora bien, la utilización de servicio de atención médico público se visualiza notoriamente diferente según umbrales de pobreza. Según características económicas por ingresos del hogar, sólo el 20% de los no pobres utilizó un hospital o centro de salud público, mientras que el 70% de los pobres y el 80% de los indigentes se beneficiaron de los servicios.

La perspectiva desde la pobreza multidimensional se acerca a un perfil en donde las diferencias son aún mayores. La población que se definió sin carencias en dimensiones de derechos casi no utilizaba en 2010 los servicios médicos públicos, situación que se percibe con mayor frecuencia en el año 2016 (8,6%).

En tanto que uno de cada dos de los carentes en una dimensión de derechos manifestó haber concurrido al hospital o centro de salud en su última consulta, los que tienen vulneradas tres o más aspectos de derechos ascendienden considerablemente, especialmente en el período final (59,5% en 2010 y 68,9% en 2016).

Estamos lejos de un sistema de salud integral, que responda a las necesidades de la población si nos olvidamos de la Atención Primaria de la Salid (APS) y basamos el sistema en esperar a la población enferma en los hospitales

La demanda y utilización de prestaciones médicas se deberían integrar para dar una cobertura efectiva sin diferencias en el sistema de atención. Pero los datos sugieren una preocupante heterogeneidad y desigualdad, fundamentada en la falta de acceso a la salud y a la calidad de las prestaciones que se dan en los diferentes subsectores de nuestro
sistema de salud.

Es necesaria la focalización de la atención de la salud en la población vulnerable, con enfoques de políticas de salud y sociales que traten de mejorarla la salud de esta población para, recién ahí, intervenir en las desigualdades en la salud y cambiar de una vez estos problemas estructurales.

 

  • Por Alejandro Risso Vazquez, médico especialista en medicina crítica y maestrando en Economía y Gestión de la Salud.
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