
La calidad del sueño juega un papel crucial en nuestra salud general, y conocer los trastornos que afectan esta función es vital para encontrar soluciones efectivas. El estudio del sueño, conocido como polisomnografía, es una herramienta médica clave que ofrece información detallada sobre los patrones de sueño de una persona.
Qué vas a encontrar en esta nota:
En este artículo exploramos qué es la polisomnografía, por qué se realiza y qué puedes esperar de este procedimiento, que puede cambiar la manera en que abordamos los trastornos del sueño.
¿Qué es la polisomnografía?
La polisomnografía es una prueba médica utilizada para diagnosticar diversos trastornos del sueño. Se realiza generalmente durante la noche, aunque en algunos casos se puede hacer durante el día, especialmente en personas que tienen horarios de sueño poco convencionales. Este estudio registra una serie de parámetros del cuerpo mientras duermes, tales como las ondas cerebrales, la frecuencia cardíaca, la respiración y los niveles de oxígeno en la sangre. Además, se monitorean los movimientos de los ojos y las piernas.
El procedimiento se puede realizar en centros especializados de trastornos del sueño o, en algunos casos, en el hogar del paciente. Existen dispositivos de prueba para la apnea del sueño que permiten hacerlo en la comodidad del hogar. La polisomnografía no solo ayuda a detectar trastornos como la apnea del sueño, sino que también puede ser útil para ajustar tratamientos en casos diagnosticados, como los trastornos del sueño.

¿Por qué se realiza un estudio del sueño?
El principal objetivo de la polisomnografía es analizar los ciclos y etapas del sueño para identificar interrupciones o patrones anormales. La fase inicial del sueño, conocida como "sueño sin movimientos oculares rápidos" (sin MOR), es cuando las ondas cerebrales se hacen más lentas. Tras una o dos horas, entra en juego el "sueño MOR", caracterizado por movimientos rápidos de los ojos. En este punto, suelen ocurrir la mayoría de los sueños.
El estudio ayuda a determinar si los trastornos del sueño están interfiriendo en estos ciclos, lo que puede ocurrir debido a afecciones como la apnea del sueño, la narcolepsia, el síndrome de piernas inquietas o el insomnio. Al monitorear aspectos como la respiración, la frecuencia cardíaca y los movimientos de las extremidades, se pueden identificar condiciones que alteran el sueño de manera significativa.

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Preparación para el estudio del sueño
Antes de someterse a la polisomnografía, es importante seguir ciertas indicaciones para garantizar la precisión de los resultados. Se recomienda evitar el consumo de alcohol o cafeína en las horas previas al estudio, ya que estas sustancias pueden alterar los patrones de sueño. Asimismo, se aconseja no dormir siestas en la tarde para asegurar que el cuerpo esté listo para el estudio por la noche.
Si el estudio se realiza en un centro especializado, el paciente llegará por la tarde y se quedará hasta el día siguiente. En muchos casos, se puede llevar ropa y objetos personales para sentirse más cómodo. La habitación donde se realiza la prueba es similar a una de hotel y está equipada con cámaras y micrófonos para que los técnicos puedan monitorear al paciente durante la noche.

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Lo que sucede durante la polisomnografía
Una vez que el paciente está listo para dormir, los técnicos colocan los sensores en su cuerpo para monitorear su actividad durante el sueño. Estos sensores se colocan en áreas específicas, como el cuero cabelludo, las sienes, el pecho y las piernas, utilizando adhesivos suaves. Los cables conectados a estos sensores permiten que los técnicos registren los datos y analicen las diferentes fases del sueño.
Además, se puede colocar una pinza en el dedo o la oreja para medir los niveles de oxígeno en la sangre. Los técnicos observan y registran diferentes parámetros como las ondas cerebrales, los movimientos oculares, la respiración y los ruidos de la habitación, asegurándose de que el paciente esté cómodo y recibiendo el monitoreo adecuado. En algunos casos, el paciente puede ser sometido a una prueba de presión positiva para tratar la apnea del sueño, lo que implica el uso de una mascarilla que suministra aire para mantener las vías respiratorias abiertas.

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Lo que puedes esperar después del estudio
Al concluir el estudio en un centro especializado, los sensores son retirados y el paciente puede regresar a sus actividades habituales. Los resultados del estudio se procesan y se programará una cita de seguimiento con el proveedor de atención médica para discutir los hallazgos y las posibles opciones de tratamiento. En algunos casos, si se realizó un estudio en casa, se devolverá el equipo o se descartará si es de un solo uso.
Los resultados de la polisomnografía ofrecen información valiosa sobre el sueño del paciente. Dependiendo de los hallazgos, el médico podrá determinar si existe apnea del sueño, narcolepsia u otros trastornos, y ajustar el tratamiento en consecuencia. Por ejemplo, si el estudio revela apnea del sueño, el médico podría recomendar el uso de dispositivos de presión positiva sobre las vías respiratorias o considerar otros enfoques terapéuticos.

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La polisomnografía es una herramienta crucial para diagnosticar trastornos del sueño y establecer un plan de tratamiento adecuado. Si experimentas problemas para dormir, como apnea del sueño, insomnio o movimientos involuntarios, esta prueba puede proporcionar respuestas importantes. La tecnología y los equipos avanzados utilizados en estos estudios permiten a los médicos obtener información precisa para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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