Para qué sirven las nebulizaciones y qué aparato comprar

En la mayoría de los hogares, en algún momento surge la necesidad de comprar un nebulizador. Cuando el médico prescribe este tratamiento y empezamos a averiguar nos encontramos con diferentes opciones. En esta nota aclaramos algunas dudas.

para que sirven las nebulizaciones

Comienzan los meses de frío y vuelven los virus y bacterias propios del invierno, disparando la estadística de enfermedades respiratorias estacionales. Como cada año, vuelven la gripe, los resfríos y, sobre todo, las bronquiolitis y los broncoespasmos, y el nebulizador sale de la caja donde estaba guardado hasta que la primavera lo devuelve al descanso. Te contamos para qué sirven las nebulizaciones, qué tipo de aparatos existen y cuál conviene tener en casa.

Las nebulizaciones son una manera de llevar medicamento a las vías respiratorias, en dosis exactas y directo a los pulmones, su objetivo es ayudar a los pacientes con la menor cantidad de medicamento posible y con menos efectos secundarios.

Lo primero que debemos saber es qué es nebulizar y por qué los médicos y neumonólogos las recomiendan. También, qué tipo de nebulizadores hay y cuáles son sus ventajas y desventajas. Empecemos a arrojar luz sobre el tema.

Para qué sirven las nebulizaciones

Las nebulizaciones son un método para administrar vapor y/o medicación a la vía aérea. Es general, se trata de broncodilatadores, como el salbutamol, y se usa mucho en el caso de los niños pequeños por prescripción médica. A su vez, tanto en pequeños como en adultos, las nebulizaciones con solución fisiológica, que sólo generan vapor, generan alivio en algunos casos de tos seca y despegan lo mucosidad.

Es importante tener en claro que la nebulización y el baño de vapor no son lo mismo. El nebulizador es más eficiente como intervención terapéutica. La humectación por vapor sirve nada más que en casos muy puntuales, mientras que las nebulizaciones con salbutamol se indican cuando hay broncoobstrucción.

Para entender qué es un nebulizador, cómo nebulizar, cuánto tiempo nebulizar y otras cuestiones, vamos a empezar por el principio.

Qué es nebulizar

La nebulización es un procedimiento médico, que consiste en la administración de un fármaco o elemento terapéutico mediante vaporización a través de la vía respiratoria.

La nebulización sirve para llevar medicamentos a los bronquios de una forma muy sencilla. El paciente no tiene que realizar ninguna maniobra: sólo debe respirar como siempre lo hace. De esta manera, la nube formada por el nebulizador ingresa lentamente a las vías aéreas, transportando la medicina. Usualmente se indican broncodilatadores para “abrir los bronquios” de pacientes asmáticos o con alguna patología.

A su vez, además de ver vehículo de medicación, la nebulización sirve para humidificar los bronquios y sus secreciones, facilitando la expulsión del moco.

Qué es el nebulizador

El nebulizador es un aparato pequeño, usualmente electrónico, que se usa con una máscara de nebulizar y que hace que transforma un líquido en vapor (es decir, gotas muy muy pequeñas) para hacerlos llegar hasta nuestros bronquios a través de las vías respiratorias.

Cómo funciona un nebulizador

Un nebulizador es una máquina eléctrica (algunos de viaje también pueden usar pilas) que convierte el medicamento líquido en un vapor fino que se inhala hacia los pulmones del paciente mediante la boquilla de una máscara. Esto distribuye el vapor medicado y ayuda al paciente a respirar mejor. Para que esa función se cumpla bien, hay que aprender cómo usar un nebulizador.

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 Tipos de nebulizadores

Los nebulizadores se clasifican en función del tipo de compresor que utilizan para generar las partículas que tienen que inhalarse. En general, hay tres tipos de nebulizadores:

  1. Nebulizador neumáticos o tipo “jet”: tiene compresor y es el más utilizado en la práctica clínica. Es el nebulizador de más trayectoria y el más económico, pero, como funciona, suele ser más ruidoso y se complica con los niños, porque les da miedo. Además, es más lento, pero realiza muy bien su trabajo. Es fácil de usar y usa corriente eléctrica. Se lo conoce también como nebulizador a pistón.
  2. Nebulizador ultrasónico. Es menos ruidosos y funciona con mayor velocidad. No tiene compresor de aire, por lo que utiliza ondas ultrasónicas para producir el aerosol. El nebulizador ultrasónico utiliza la energía de la vibración a alta frecuencia de un cristal piezoeléctrico. Mientras más fuertes sean las vibraciones, las partículas generadas serán aún más pequeñas. Estos aparatos tienen la capacidad para nebulizar grandes cantidades de líquidos pero no se recomiendan para la aplicación de antibióticos, ya que la vibración disipa calor y eso afecta la integridad de los antibióticos.
  3. Nebulizador de malla estática o vibratoria. Es el más rápido y efectivo de todos, pero también es de los más caros. Pueden funcionar con electricidad, baterías e incluso con la batería del coche. Utiliza una malla vibradora para convertir en aerosol el medicamento líquido, pero necesita limpiarse con frecuencia.

Cuál es el mejor nebulizador

Hace unos cuantos años, el nebulizador era un aparato grande, ruidoso y caro. Esto ha cambiado y hoy hay buenas opciones en el mercado con excelente relación precio-calidad. Si querés saber qué nebulizador comprar, lo ideal es recurrir a las mejores marcas, como San Up o Aspen. Luego, es recomendable consultar con tu médico si recomienda un nebulizador a pistón o ultrasónico.

  • Nebulizador San Up.
  • Nebulizador Aspen.
  • Nebulizador Silfab

Cómo hacer nebulizaciones

Para que la nebulización se haga de manera eficaz, es conveniente seguir algunos pasos:

  • Durante la nebulización, el paciente debe estar sentado y erguido. Debe respirar a un ritmo normal y no debe hablar.
  • Sobre todo en el caso de los niños, se recomienda que el momento elegido para la nebulización sea el mejor para él, planificando alguna distracción como ver televisión o, quizá, cuando esté dormido con el tronco levantado.
  • Debe prepararse la solución a nebulizar pocos instantes antes de comenzar el tratamiento y cuidar bien las condiciones de higiene, para que ninguna bacteria o virus llegue a los pulmones por error.
  • Es clave poner exactamente la dosis de la medicación que recomendó el médico, sobre todo porque muchas veces se administran corticoides.
  • Luego de cada nebulización, es clave desmontar los distintos componentes del sistema, para que se pueda proceder a su limpieza con la periodicidad que se le indique.
  • Uno de los riesgos asociado al uso de los nebulizadores es el de la infección pulmonar, por lo que el reservorio debe limpiarse muy bien cada vez que se emplee.

Cuánto tiempo hay que nebulizar

Definir cuánto tiempo necesito para una correcta nebulización no es fácil porque depende de la enfermedad, de la edad del paciente y del criterio médico.

El tiempo de nebulización se define como el tiempo transcurrido desde que comienza el procedimiento hasta que la nebulización ha cesado. En general, la duración de la nebulización varía entre 15 y 25 minutos.

La solución a nebulizar habitualmente se diluye en un volumen total de 4 a 5 ml., que puede ser tanto agua bidestilada como suero salino fisiológico.

Nebulizaciones en bebés y niños

Muchas veces sabemos cómo nebulizar a un adulto, pero llega un bebé a la familia y no sabemos por dónde empeza. Aprender cómo nebulizar a un bebé puede demandar un poco de práctica, pero lo ideal es hacerlo cuando está dormido.

Saber qué nebulizador es mejor para los chicos es algo que tiene que definir el pediatra. Eso sí: es importante, para poder hacer bien la nebulización, organizar una actividad para ocupar a los niños pequeños durante el tratamiento nebulizador. Podés usar rompecabezas, libros, cuadernos para colorear o ver televisión con él. Lo ideal sería sostener al niño en tu falda, ya que el niño debe permanecer sentado derecho para recibir la dosis óptima del medicamento.

En el caso de los niños pequeños o los bebés, que no saben sonarse la naríz, es bueno pensar en un nebulizador con aspirador, aunque hay que tener mucho cuidado con el uso porque podemos lastimar a la criatura.

Cómo hacer una nebulización paso a paso

No todo el mundo sabe cómo hacer una nebulización a un bebé o a un niño, y tampoco cómo hacerlo de manera eficiente y segura en el caso de los adultos. Algunos consejos:

  • Lavate las manos. La higiene es clave. Lavate las manos durante 20 segundos con jabón y agua. Enjuagalas las manos y secalas con una toalla de papel.
  • Colocá el medicamento en el nebulizador. Poné el medicamento en el vaso del nebulizador. Que sea la cantidad exacta prescrita para una dosis. Luego, asegurá firmemente la parte superior para evitar que el medicamento se derrame.
  • Enchufá el nebulizador.
  • Fijá la boquilla o mascarilla. Asegurala al vaso del nebulizador.
  • Conectá el tubo. Fijá un extremo del tubo de oxígeno al vaso del nebulizador y conectá el otro extremo del tubo al compresor de aire del nebulizador.
  • Encendé el compresor de aire y usá el nebulizador. Colocá la boquilla o la máscara en la boca del paciente. Que inhalw lenta y profundamente por la boca o nariz. En el caso de los adultos, mantener la nariz cerrada puede ayudar a asegurar que el medicamento se inhale a través de la boca.
  • Inhalá el medicamento hasta que el vapor se termine. Esto generalmente tarda entre 10 y 15 minutos. Una vez que todo el líquido desaparezca, el vapor dejará de salir. El vaso del nebulizador debe estar vacío.
  • Apagá el nebulizador y limpialo. Asegurate de desenchufarlo del tomacorriente y separar el vaso del medicamento y la boquilla del tubo. Lavá el vaso del medicamento y la boquilla con agua jabonosa tibia y enjuagalos con agua. Colocá el equipo sobre una toalla limpia para que se seque al aire completamente. Hacelo después de cada tratamiento y diariamente.
  • No laves el tubo. Si se moja, reemplázalo. Además, no coloques ninguna de las partes del nebulizador en un lavaplatos para limpiarlo porque el calor puede deformar el plástico.
  • Desinfectá el nebulizador una vez a la semana. Para desinfectar, siempre seguí las instrucciones del fabricante. Remojá todas las partes, con excepción del tubo, en una parte de vinagre blanco destilado y tres partes de agua caliente durante una hora. Desechá la solución. Enjuagá las partes en agua fría y dejá que se sequen al aire sobre una toalla limpia.

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