En tiempos en que prácticamente todas las “enfermedades” mentales son susceptibles de ser tratadas con algún tipo de fármaco, más allá de su grado y de las particularidades de la historia personal del paciente, en algunos lugares se alzan más voces en favor de la singularidad y se cuestiona que todo el mundo sea tratado de la misma manera. Es lo que ocurre en Noruega, donde se impulsa un proyecto que busca demostrar que existen otras alternativas: un hospital quiere demostrar que es posible desprender la salud mental y psiquiátrica del enfoque farmacológico que la ha dominado en los últimos 50 años.
En la ciudad de Tromsø, en el norte de la península escandinava, se encuentra el Hospital Psiquiátrico de Åsgård, que desde la entrada anuncia su particularidad: “tratamiento libre de medicamentos”, consigna impulsada por el propio ministerio de salud del país y que, entre otros propósitos, busca explorar otras formas de tratar la mente y sus trastornos.
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¿En qué consiste? En escuchar al paciente. Merete Astrup, directora de la institución, describe así la especificidad de esta perspectiva: es una nueva forma de pensar. Antes, cuando las personas buscaban ayuda, se les daba siempre a partir de las necesidades de los hospitales, no de aquello que los pacientes querían. Estábamos habituados a decir a los pacientes: “Esto es lo mejor para ti”. Pero ahora les decimos: “¿Qué quieres en realidad?”. Y ellos pueden decir: “Soy libre. Puedo decidir”.
Asimismo, Magnus Hald, jefe de los servicios psiquiátricos del Hospital Universitario del Norte de Noruega, añade: "Tenemos que considerar que la perspectiva del paciente es tan valiosa como la del médico. Si los pacientes dicen que esto es lo que quieren, por mí está bien. Se trata de ayudar a las personas a que sigan adelante con sus vidas, de la mejor forma posible, y nosotros deberíamos ayudar a las personas a seguir, tomando medicamentos si es lo que quieren, y respaldarlos si quieren intentarlo sin medicamentos. Deberíamos hacer eso posible".
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Según los defensores de este enfoque, la locura, la depresión, la ansiedad y otros trastornos son usualmente síntomas en los que se condensan circunstancias de nuestra vida que no entendemos o aún no hemos explorado. Dicho de otro modo: no hay dos personas en el mundo que estén tristes por la misma razón. No obstante, desde un enfoque moderno de la mente humana, en vez de intentar entender esas razones, a ambos individuos se les ofrece la misma solución: un antidepresivo.
Por el momento no es posible saber hasta dónde llegará este proyecto puesto en marcha en Noruega. Sin embargo, el solo gesto de escuchar al paciente psiquiátrico es, para los médicos que los tratan, un gran paso cuya dirección podría ser quizá un entendimiento de la salud y el bienestar como estados que manan directamente de la subjetividad y las circunstancias personales.
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