Las hormonas son mensajeros químicos que fabrica nuestro organismo en las glándulas endócrinas. Desde allí, viajan por la sangre para llegar a los distintos tejidos donde cumplen su función, regulando distintos procesos como el crecimiento y desarrollo, el metabolismo, la función sexual y reproductiva y el estado de ánimo. Qué son los chequeos hormonales y cuándo hacerlos.
Los exámenes de sangre o de orina pueden determinar los niveles de diversas hormonas en el cuerpo, entre ellas: las hormonas reproductivas, las tiroideas, las suprarrenales, las hipofisarias y muchas otras.
¿Cuáles son las pruebas hormonales más frecuentes? En el caso de la mujer, las principales hormonas que se analizan son las siguientes: FSH, LH, estradiol, progesterona, antimülleriana, prolactina y TSH. Junto con la ecografía transvaginal, la analítica de las hormonas basales permite definir el estado de la reserva ovárica de la mujer
Niveles hormonales: qué se mide y por qué
Existen muchas hormonas en nuestro organismo que cumplen múltiples funciones, todas fundamentales en la regulación de distintos procesos. El exceso o déficit de alguna de ellas provoca distintos signos o síntomas que deben tenerse en cuenta a la hora de realizar un chequeo hormonal.
Las alteraciones hormonales pueden asociarse a distintos procesos fisiológicos o a trastornos patológicos, que pueden establecerse mediante pruebas de laboratorio en sangre, orina o saliva, luego de una evaluación médica.
Conocer algunas de las hormonas claves del organismo, junto con los síntomas de su exceso o déficit, es clave para cuidar la salud.
Hormonas tiroideas
Estas hormonas son fabricadas por la glándula tiroides, desde donde son liberadas a la circulación sanguínea para ser transportadas a todas las células del cuerpo. Su función es controlar la forma en que el cuerpo utiliza y almacena la energía, lo cual también se conoce con el nombre de metabolismo.
Hablamos de hipotiroidismo cuando hay un déficit de hormonas tiroideas y de hipertiroidismo cuando hay un exceso de las mismas. Es necesario realizar una evaluación de la función tiroidea en caso de sospechar que se padece alguna de estas enfermedades, y también si estamos en presencia de factores de riesgo para enfermedad tiroidea.
Síntomas de déficit de hormonas tiroideas (hipotiroidismo)
o Ganancia de peso
o Caída del cabello
o Cansancio
o Irregularidades menstruales
o Dificultad para concentrarse
o Depresión
o Constipación
o Bocio (agrandamiento de la glándula tiroides)
o Piel seca
o Intolerancia al frío
Síntomas de exceso de hormonas tiroideas (hipertiroidismo)
o Pérdida de peso
o Caída del cabello
o Palpitaciones, taquicardia, hipertensión arterial
o Irregularidades menstruales
o Nerviosismo, irritabilidad, temblor
o Debilidad muscular
o Aumento del tránsito intestinal
o Bocio
o Sudoración excesiva
o Intolerancia al calor
Factores de riesgo de enfermedades tiroideas:
• Historia personal de haber padecido algún trastorno tiroideo en forma previa
• Síntomas o signos clínicos de disfunción tiroidea (hipo o hipertiroidismo)
• Antecedente familiar de enfermedad tiroidea
• Presencia de bocio o nódulos tiroideos
• Padecer alguna enfermedad autoinmune (por ejemplo, vitiligo, enfermedad celíaca, diabetes mellitus tipo 1, enfermedades reumatológicas, etc.)
• Haber recibido radioterapia de cabeza o cuello como tratamiento de distintos tumores
• Cirugía previa de tiroides
• Uso de medicamentos como Litio, Amiodarona, Interferon
• Mujeres mayores a 50 años
• Pacientes añosos
Además, se recomienda evaluar la función tiroidea en mujeres que buscan embarazo o se encuentran embarazadas, si presentan alguno de los factores de riesgo u otro de los siguientes:
Mayores de 30 años de edad.
Mujeres con infertilidad o que tuvieron un parto prematuro o aborto involuntario.
Mujeres en tratamiento de reemplazo con hormona tiroidea.
Mujeres que viven en una región con deficiencia de yodo.
¿Cuándo sospechar que un nódulo tiroideo es un cáncer de tiroides? ¿Cuándo debo estudiar un nódulo tiroideo? En caso de un nódulo maligno ¿qué se debe tener en cuenta? Estos y algunos interrogantes más los responde la Asociación Argentina de Cirugía (AAC) en el siguiente artículo.
Nódulos tiroideos y sus causas
La glándula tiroides está ubicada en el cuello, por delante de la tráquea y debajo de la laringe. Es apenas perceptible en condiciones normales, pero puede ponerse en evidencia en situaciones en las que aumenta de tamaño, como sucede con los nódulos.
Si tengo un nódulo tiroideo ¿debo preocuparme? La respuesta es ocuparse, no preocuparse
La función principal de la glándula tiroides es regular el metabolismo en todo el organismo a través de una hormona llamada tiroxina, que puede influir en la concentración, el sueño, el apetito, la temperatura corporal y el estado de ánimo.
La Asociación Argentina de Cirugía (AAC) indica que la presencia de un nódulo en la glándula tiroides no siempre conlleva a un mal pronóstico, se estima que menos del 10% de los nódulos tiroideos crecen y desarrollan un cáncer.
Suelen estar presentes en el 5% de la población, pudiendo alcanzar a 1 de cada 3 mujeres mayores, gracias a los estudios por imágenes de alta resolución.
El cáncer de tiroides puede tener diferentes variantes, pero sin dudas la más frecuente es el Carcinoma Papilar. Tiene una evolución más lenta que la mayoría de las enfermedades malignas y pocas veces desarrolla una metástasis. El comportamiento habitual es de crecimiento local, pudiendo invadir en estados avanzados las estructuras cercanas como piel, músculos y ganglios.
Si bien no se cuenta con estadísticas nacionales claras, en los últimos 30 años hubo un incremento significativo en el diagnóstico de esta patología, pero no así de la mortalidad, hecho que destaca un aumento en el diagnóstico precoz y la baja mortalidad de la enfermedad.
Preguntas frecuentes sobre los nódulos tiroideos
Siempre es bueno aclarar las dudas que tenemos ante las molestias musculares de nuestro cuerpo. Por eso, te presentamos alguna de las preguntas más comunes que se consultan a los profesionales acerca de los nódulos tiroideos.
- ¿Cuándo sospechar que un nódulo tiroideo es un cáncer de tiroides?
Deben llamar la atención aquellos nódulos que crecen rápidamente en los controles o que son descriptos en la ecografía con alteraciones sospechosas. También influirán los antecedentes familiares de cáncer de tiroides, la aparición de ganglios en el cuello que no eran conocidos y que no desaparecen en el corto plazo, radiación previa, el sexo, la edad, entre otros.
- ¿Cuándo debo estudiar un nódulo tiroideo?
Los nódulos que deben estudiarse son aquellos que miden más de 10 milímetros, que tienen sospecha de malignidad en una ecografía o que han crecido significativamente entre los controles.
- ¿Cómo se estudia un nódulo?
Dependiendo de la sospecha, el médico de cabecera podrá controlarlo mediante ecografías o solicitar una punción (punción-aspiración con aguja fina o PAAF) del nódulo. Este último es un procedimiento ambulatorio, de bajo riesgo y mínimo dolor, que puede realizarse incluso sin necesidad de anestesia.
Podés leer: Tiroides: qué son los nódulos y cómo hay que tratarlos
De la punción se obtiene información de las células presentes en el nódulo, (como sucede en el PAP de los controles ginecológicos), pudiendo encontrarse células normales que no revisten importancia o células de mayor o menor aspecto maligno.
- ¿Qué tratamiento se realiza en caso de un nódulo tiroideo maligno?
El tratamiento estándar, en el país y el mundo, es la tiroidectomía que consiste en extirpar la glándula tiroides. En manos experimentadas es una cirugía de corta duración, que requiere un día de internación y tiene una baja incidencia de complicaciones. Se suele hacer con una pequeña incisión en el cuello, casi imperceptible, y de rápida recuperación.
En los últimos años se ha practicado, para casos muy seleccionados, la tiroidectomía transoral, que permite extirpar la glándula a través de una incisión en la boca, sin dejar cicatrices en el cuello.
- En caso de un nódulo maligno ¿qué se debe tener en cuenta?
Lo primordial, una vez diagnosticado el tumor, es la individualización del tratamiento. Cada paciente es distinto y la enfermedad que presente también puede serlo. Hoy en día, la elección de la cirugía y su forma de abordaje dependerán de la patología presente al momento del diagnóstico, pero también de las preferencias de cada uno.
Por ejemplo, el tratamiento con radio yodo, que años atrás se aplicaba a todos los pacientes, hoy se selecciona en función del riesgo que presente la enfermedad actual.
Prolactina
La prolactina es una hormona segregada por la hipófisis cuya función es estimular el desarrollo mamario y la producción de leche en las mujeres. No existe una función normal conocida de la prolactina en los hombres.
Los signos y síntomas relacionados con el exceso de prolactina pueden ser:
Ciclos menstruales irregulares o ausentes (amenorrea)
Infertilidad
Producción de leche en las mamas que no tiene relación con un parto (llamada galactorrea) tanto en hombres como en mujeres
Disminución del deseo sexual (libido) en hombres y mujeres
Impotencia, eyaculación precoz, disfunción eréctil
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Hormonas sexuales
Las hormonas sexuales son producidas por las gónadas (ovarios en la mujer y testículos en el hombre), por las glándulas suprarrenales y por tejidos periféricos (tejido graso y piel). Las principales hormonas femeninas son los estrógenos y progesterona, y las masculinas los andrógenos, siendo la testosterona el andrógeno más importante. En ambos sexos están presentes estrógenos y andrógenos, pero en distintas concentraciones.
En el hombre, se evalúa el eje gonadal masculino cuando hay signos y síntomas de déficit de testosterona. Estos pueden presentarse como impotencia, disfunción eréctil, disminución de la libido, esterilidad, disminución de la densidad mineral ósea, disminución de la masa magra con pérdida de la fuerza muscular y aumento de la grasa visceral, disminución del vello corporal, ginecomastia (desarrollo de glándula mamaria en el hombre).
Cuando estos cambios atribuibles a niveles bajos de testosterona se producen en el hombre adulto en forma lenta e insidiosa, y relacionados con el envejecimiento, hablamos de andropausia.
En la mujer, entre los 45 y 55 años se produce la menopausia, debido a que los ovarios dejan de producir óvulos, y en consecuencia disminuyen los niveles de estrógenos y progesterona. Este cambio hormonal se puede manifestar con distintos síntomas: alteraciones en el período menstrual, calores, sudoración nocturna, dificultad para dormir, sequedad vaginal, cambios de humor, dificultad para concentrarse, disminución del interés sexual, cambios en el estado de ánimo (irritabilidad, depresión y ansiedad), incontinencia urinaria, y dolores articulares.
Se debe realizar un estudio del eje gonadal femenino en mujeres con infertilidad y/o síntomas relacionados con falla en la función ovárica en forma más temprana de lo esperado.
Cuando en la mujer se presentan signos y síntomas de exceso de hormonas masculinas (conocido como hiperandrogenismo), se solicita un estudio hormonal para determinar la causa de este trastorno, que puede manifestarse por acné, piel grasosa, cambio en la voz, crecimiento de vello en exceso (pelo oscuro y grueso en el área del bigote, mentón, mejillas, pecho, alrededor de los pezones, abdomen, glúteos, muslos), aumento del tamaño del clítoris, irregularidades menstruales o ausencia de menstruaciones o alopecia de patrón masculino.
Cortisol
El cortisol es una hormona producida en las glándulas suprarrenales, que afecta el crecimiento, la presión arterial, el sistema inmunitario, el metabolismo de grasas, hidratos de carbono y proteínas, el funcionamiento del sistema nervioso y la respuesta al estrés.
Existen enfermedades asociadas con exceso o déficit de cortisol, que ante la sospecha clínica pueden diagnosticarse o excluirse mediante pruebas específicas.
Podés ver: El cortisol: la hormona del estrés que impide adelgazar
Hormona del crecimiento (somatotrofina)
Como su nombre lo indica, esta hormona regula el crecimiento así como muchos procesos metabólicos. El exceso de esta hormona puede causar aumento anormal en los patrones de crecimiento, llamados acromegalia en adultos y gigantismo en niños.
El déficit de la somatotrofina en los niños puede afectar el crecimiento y en los adultos se presenta con síntomas inespecíficos como fatiga, falta de energía, mala capacidad de concentración, aumento de la masa grasa con pérdida de masa muscular y masa ósea, así como aumento de los factores de riesgo cardiovascular.
Por qué es importante realizarse un chequeo hormonal
Ante algún síntoma, una evaluación inicial por un profesional médico permite detectar muchos trastornos vinculados a alteraciones hormonales, siendo esta evaluación indispensable para que la determinación de laboratorio a solicitar tenga la suficiente sensibilidad y especificidad que permita arribar a un correcto diagnóstico.
Es importante señalar que muchas determinaciones hormonales deben realizarse bajo estrictas normas establecidas de laboratorio con el fin de que la interpretación de los resultados sea correcta, como por ejemplo: horario de toma de muestra, momento del ciclo menstrual, condiciones de reposo, medicación concomitante permitida, etc.
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