Meghan Markle, esposa del príncipe Enrique de Inglaterra y duquesa de Sussex, sorprendió al mundo contando en The New York Times, detalles muy íntimos de su dura experiencia tras perder a su segundo hijo.
“The Losses We Share” - Las pérdidas que compartimos
Meghan cuenta de forma muy íntima, cómo inmediatamente se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.
“Era una mañana de julio que comenzaba tan ordinariamente como cualquier otro día: preparar el desayuno. Alimentar a los perros. Tomar vitaminas. Encontrar ese calcetín perdido. Recoger el crayón rebelde que rodó debajo de la mesa. Atar mi cabello en una cola de caballo antes de sacar a mi hijo de su cuna.
Después de cambiarle el pañal, sentí un fuerte calambre. Me dejé caer al suelo con él en mis brazos, tarareando una canción de cuna para mantenernos a los dos tranquilos, la alegre melodía contrastaba con mi sensación de que algo no estaba bien.
Sabía, mientras abrazaba a mi primogénito, que estaba perdiendo al segundo
Horas más tarde, yacía en una cama de hospital, sosteniendo la mano de mi esposo. Sentí la humedad de su palma y besé sus nudillos, mojados por nuestras lágrimas. Mirando las frías paredes blancas, mis ojos se pusieron vidriosos. Traté de imaginar cómo nos curaríamos”.
Meghan recordó que comenzó a sentirse mal y agotada, tras una larga gira por Sudáfrica con su marido, el príncipe Harry.
“Yo estaba exhausta. Estaba amamantando a nuestro hijo pequeño y tratando de mantener una cara valiente ante los ojos del público”.
¿Estás bien?
Meghan reveló que fue la pregunta de un reportero la que la ayudó a sentirse mejor.
“¿Estás bien?" me preguntó un periodista
Le respondí con sinceridad, sin saber que lo que decía resonaría en tantas personas: las nuevas mamás y los ancianos, y cualquiera que, a su manera, hubiera estado sufriendo en silencio. Mi respuesta improvisada pareció dar permiso a la gente a decir su verdad. Pero no fue responder honestamente lo que más me ayudó, fue la pregunta en sí, contó con mucha sinceridad.
“Gracias por preguntar”, fue su respuesta. “No mucha gente me ha preguntado si estoy bien”. Con esas palabras marcó la importancia de una simple pregunta para ayudar a levantar el estado de ánimo de una persona, que se encuentra transitando un momento difícil.
“Sentada en una cama de hospital, viendo cómo se rompía el corazón de mi esposo mientras trataba de sostener los pedazos rotos del mío, me di cuenta de que la única forma de comenzar a sanar es preguntar primero: ‘¿Estás bien?’”
“¿Estamos bien? Este año ha llevado a muchos de nosotros a nuestros puntos más críticos. La pérdida y el dolor nos han afectado a todos en este 2020, en momentos tensos y debilitantes. Hemos escuchado todas las historias: una mujer comienza su día, tan normal como cualquier otro, pero luego recibe una llamada en la que le dicen que perdió a su madre a causa del Covid-19. Un hombre se despierta sintiéndose bien, tal vez un poco cansado, pero nada fuera de lo común. Da positivo por el coronavirus y, en cuestión de semanas, él, como cientos de miles más, ha muerto”.
Markle cuestionó también la polarización que divide a la sociedad y que con “el aislamiento social necesario para luchar contra esta pandemia, nos ha dejado más solos que nunca”.
“Parece que ya no estamos de acuerdo en lo que es verdad. No solo estamos peleando por nuestras opiniones sobre los hechos; estamos polarizados sobre si el hecho es, de hecho, un hecho. Estamos en desacuerdo sobre si la ciencia es real. Estamos en desacuerdo sobre si se ha ganado o perdido una elección. Estamos en desacuerdo sobre el valor del compromiso”.
Al hablar de lo que significa perder un hijo, lo describió como “un dolor casi insoportable, experimentado por muchos pero del que pocos hablan
Luego remarcó la importancia de preguntarle a las personas cómo se sienten y de no esconder los sentimientos para liberarse y comenzar el camino hacia la sanación cuando se atraviesa un mal momento.
“Hemos aprendido que cuando las personas preguntan cómo nos va, y cuando realmente escuchan la respuesta, con el corazón y la mente abiertos, la carga de dolor a menudo se vuelve más ligera, para todos nosotros. Al ser invitados a compartir nuestro dolor, juntos damos los primeros pasos hacia la curación”
En la víspera del Día de Acción de Gracias, llamó a la población a hacer a los demás esa simple pregunta “¿Estás bien?”. “Muchos de nosotros separados de nuestros seres queridos, solos, enfermos, asustados, divididos y quizás luchando por encontrar algo, cualquier cosa por lo que estar agradecidos, comprometámonos a preguntarle a los demás: "¿Estas bien?" Por mucho que estemos en desacuerdo, por más distanciados físicamente que estemos, la verdad es que estamos más conectados que nunca debido a todo lo que hemos soportado individual y colectivamente este año”.
“Nos estamos adaptando a una nueva normalidad en la que los rostros quedan ocultos por máscaras, pero nos obliga a mirarnos a los ojos, a veces llenos de calidez, otras de lágrimas. Por primera vez, en mucho tiempo, como seres humanos, realmente nos estamos viendo”, continuó.
“¿Estamos bien? Lo estaremos”, finalizó.