Addictive Behaviors, una revista especializada en la divulgación científica, publicó un estudio que analiza los motivos asociados con el consumo de marihuana y los efectos sobre la salud mental. Sus resultados revelan que consumir marihuana para reducir el estrés empeora los síntomas depresivos.
En el estudio participaron 988 adultos jóvenes que consumían marihuana y que completaron una encuesta anónima que evaluaba seis posibles motivos para consumir y su relación con los síntomas de ansiedad y depresión.
Los resultados confirmaron la evidencia que habían revelado estudios previos: el consumo de marihuana solo sirve a corto plazo y, a largo plazo, solo empeora los síntomas y preocupaciones. En esta investigación se encontró además que aquellos que la consumían para no pensar en sus preocupaciones o para alegrarse tenían luego más síntomas de estrés y depresión. Y aquellos que la consumían para “entender” cosas o para “expandir la consciencia” tenían más síntomas de estrés y ansiedad.
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Lo mismo demostró un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders, que arrojó que fumar marihuana reduce significativamente los niveles de depresión, ansiedad y estrés a corto plazo pero los empeora a largo plazo. Pan para hoy, hambre para mañana.
También otro estudio de JAMA Psychiatry halló que el uso de marihuana antes de los 18 años de edad incrementa el riesgo de depresión, ideación e intentos suicidas entre los 18 y 32 años.
Según los especialistas, los resultados tienen mucho sentido. Las personas la consumen para sentirse bien, para entumecer las sensaciones y alejarse de los pensamientos desagradables y la marihuana ofrece una respuesta casi instantánea que, con el paso de las horas, termina desapareciendo y devolviendo a la persona a un estado peor al que tenía antes del consumo. Esto logra acorralar a las personas en un consumo permanente y no las ayuda a resolver sus problemas y, mucho menos, a cambiar su relación con los pensamientos y sensaciones.
¿Qué pasa cuando mezclamos alcohol y marihuana?
La situación puede ser aún peor si combinamos marihuana y alcohol. Un estudio publicado en Clinical Chemistry lo resume bastante bien: mezclar alcohol y cannabis tiene un efecto de potenciación que aumenta los efectos psicoactivos, multiplicando por ejemplo el riesgo de problemas tan variados como accidentes, brotes psicóticos y cuadros de depresión.
Al momento de mezclar ambas sustancias, dice el estudio, los niveles de THC (propiedad psicoactiva del cannabis) incrementan significativamente en comparación con lo que ocurriría si consumimos solo cannabis. En palabras de Marilyn A. Huestin, autora principal del estudio, los efectos de la mezcla producen “niveles significativamente altos de THC en la sangre y 11-OC-TCH (concentración medianamente alta) que posiblemente explican la acentuación de los patrones de desempeño impares observados durante la combinación cannabis-alcohol”.
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