Con la aprobación de la ley 26.396, ley de obesidad, que se declaró hace 12 años, el 13 de agosto de 2008 la obesidad se convirtió en un tema de interés nacional, en cuanto a la prevención y control de los trastornos alimentarios, siendo la Argentina la pionera en la región en materia de legislación, sobre estas problemáticas de salud.
Ley de obesidad
Los impulsores de la ley aseguran que la normativa ha quedado desactualizada y que resulta fundamental una reglamentación que garantice su cumplimiento. La situación hace que muchos pacientes deban recurrir a amparos judiciales para poder acceder a los tratamientos.
La importancia de actuar en pleno contexto de pandemia
A 12 años de aquel hito, los impulsores de la ley sostienen que la normativa ha quedado desactualizada y que no está garantizado el acceso a los tratamientos de los trastornos alimentarios, en especial la obesidad, que hoy afecta al 25,4% de la población argentina.
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“Cuando la ley fue publicada en el Boletín Oficial, el Ministerio de Salud redactó una reglamentación muy básica y no me permitieron participar. Por lo tanto, aquel texto no tuvo la mano, ni de los impulsores ni de los profesionales especializados en la temática”, subrayó el médico cirujano Juan Acuña Kunz, uno de los autores de la ley, ex diputado nacional y en aquel entonces vicepresidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.
En opinión del ex legislador, la denominada “Ley de obesidad” se reglamentó mal porque no hubo diputados médicos que se hayan interesado. “En este tema en particular hay una desidia a nivel del Ministerio de Salud”, remarcó Acuña Kunz, quien sostuvo que “esta desidia ha llevado a que tengamos que hacer las cosas como podamos”.
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Los impulsores de la ley aseguran que la normativa ha quedado desactualizada y esto hace que muchos pacientes deban recurrir a amparos judiciales para poder acceder a los tratamientos
En ese sentido, la otra autora de la ley, la ex diputada nacional Vilma Baragiola, hizo hincapié en que si bien a partir de esta legislación las obras sociales tienen que cubrir el tratamiento que requiera la persona que sufre obesidad, ya sea tratamiento médico, farmacológico, quirúrgico, endoscópico, no todas lo reconocen y muchos pacientes deben recurrir al amparo judicial.
“La existencia de una ley pero sin la debida reglamentación hace que algunas obras sociales o prepagas te reconozcan el tratamiento, pero el Estado no te da el servicio”, apuntó Baragiola.
Acuña Kunz también lamentó que el acceso a la cirugía bariátrica, considerado el tratamiento más efectivo para los casos de obesidad severa, “esté garantizado a medias porque no reconocen a algunos prestadores y porque las obras sociales les dan mil vueltas a los pacientes, con trabas y requisitos para no operarlos”.
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Como contrapartida, el médico y ex diputado enfatizó que la cirugía de la obesidad debería ser considerada un procedimiento de rutina, semejante a la operación de vesícula.
“Se debería incluir como una cirugía habitual, común y corriente, en todos los quirófanos del país y en todas las provincias. De ese modo, no sería necesario derivar a los pacientes a los grandes centros, como Buenos Aires, Córdoba o Rosario, y no habría necesidad de rogarles a las obras sociales para que la autoricen”.
La existencia de una ley pero sin la debida reglamentación hace que algunas obras sociales o prepagas te reconozcan el tratamiento, pero el Estado no te da el servicio
Acuña Kunz y Vilma Baragiola, también impulsora de la ley, quienes destacaron la participación del doctor Alberto Cormillot en la creación de la ley de obesidad, remarcaron que facilitar el acceso a las cirugías de la obesidad no solo tiene un impacto beneficioso sobre la salud de miles de argentinos, sino que permitiría reducir significativamente los costos que implica la atención de las enfermedades asociadas a la obesidad.
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“Decir que no se dispone de los fondos para solventar los gastos por cirugías de las personas con obesidad mórbida es una absoluta falacia. Porque hay más de 40 trastornos metabólicos y comórbidos de la obesidad:
- Várices.
- Hipertensión arterial.
- Angina de pecho.
- Infartos de miocardio.
- Enfermedades cardiovasculares.
- Cánceres de próstata, de colon, de mama.
- Problemas de piel.
- Artritis.
- Hígado graso.
- Trastornos metabólicos del colesterol.
- Diabetes, entre otros.
Y todas esas enfermedades casi desaparecen luego de la cirugía bariátrica. Por lo tanto, hay que considerar la inmensa cantidad de enfermedades que se previenen o resuelven y cuánto se evita económicamente el Estado, las obras sociales y el sistema de salud con una cirugía”, sentenció el impulsor de la ley.
Asimismo, Baragiola apuntó que faltan programas de prevención de la obesidad, que enseñen, desde la infancia, cómo alimentarse, la importancia del deporte y lo contraproducente del sedentarismo.
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“La reglamentación de la ley de obesidad no es fundamental solamente para que se opere en hospitales o que cubran la operación las obras sociales, sino también para que se implementen los kioscos saludables, los paseos saludables y otras situaciones que hoy por hoy no se respetan desde el Ministerio de Educación ni desde Deportes de la Nación”, añadió la ex diputada.
Tras la aprobación en 2008 de la ley de obesidad, tanto Acuña Kunz como Baragiola debieron someterse ellos mismos a la cirugía bariátrica. Los dos coinciden en que haber descendido de peso les cambió la vida. No solo ganaron en salud y volvieron a hacer cosas que antes se veían impedidos a hacer, sino que además se liberaron de la gran carga del estigma.
La reglamentación de la ley de obesidad es fundamental también para que se implementen los kioscos saludables, los paseos saludables y otras situaciones que hoy por hoy no se respetan desde el Ministerio de Educación ni desde Deportes de la Nación
Por último, Acuña Kunz resaltó la importancia de que se avance con urgencia en la reglamentación de la ley de su autoría, en especial, en el actual contexto de pandemia de covid-19.
“En la Argentina hubiera sido otra la historia si muchos pacientes que contrajeron covid no hubiesen padecido obesidad, que es uno de los factores de riesgo más importantes para sufrir las formas severas de la enfermedad infecciosa y tener un peor pronóstico”, sentenció.
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“Seguramente a muchos pacientes que ya se han operado, el coronavirus no les hizo nada. Pero es probable que a aquellos que siguen siendo obesos, que es un alto porcentaje de esta población, los sigue atacando el coronavirus, destruyéndolos, dejándolos con grandes secuelas y a algunos llevándoselos al otro mundo. Eso es triste porque si esto se hubiese mejorado antes, hoy la realidad sería distinta para muchos habitantes de nuestro país”.
- Dr. Juan Acuña Kunz, Coautor de la Ley 26.396, Ex diputado nacional y ex vicepresidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.
- Vilma Baragiola, Coautora de la ley 26.396, Ex diputada nacional.
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