Es una afección de la piel en la que aparecen manchas rojas, con escamas de color blanquecino que se localizan sobre todo en el cuero cabelludo, los codos y las rodillas, provocando un cierto picor y quemor. Está muy asociada al estrés. Te contamos qué es la psoriasis, cuáles son los síntomas y cómo se trata. Qué pasa con los remedios caseros y con la exposición solar.
La psoriasis nerviosa es una afección en la que las células de la piel se acumulan para formar escamas y manchas secas que producen comezón.
La psoriasis generalmente atraviesa por ciclos, en los cuales los síntomas brotan durante unas semanas o meses y luego desaparecen por un tiempo. Se cree que la psoriasis es un problema del sistema inmunológico. Algunos desencadenantes son las infecciones, el estrés y los resfríos.
Qué es la psoriasis y cuáles son los síntomas
La psoriasis es una enfermedad de la piel que causa picazón o parches dolorosos de piel engrosada y enrojecida con escamas plateadas. Es una afección que cambia el ciclo de vida de las células dérmicas, haciendo que se acumulen rápidamente en la superficie de la piel.
Esa cantidad adicional de células puede formar escamas gruesas y plateadas, así como manchas secas, rojas y con picor que pueden ser dolorosas. Existen diferentes tipos de psoriasis. La psoriasis se clasifica como psoriasis leve, moderada o aguda, y según tipos: psoriasis en placas, psoriasis palmoplantar, psoriasis en gotas, psoriasis inversa, psoriasis pustulosa, psoriasis en las uña, etc.
Aunque los síntomas de la psoriasis se hagan visibles principalmente en la piel, también puede afectar a las articulaciones (entonces se conoce como artritis psoriásica) o a partes del cuerpo como las uñas.
Cómo se diagnostica la psoriasis
A pesar de lo que hayas podido escuchar, la psoriasis no es contagiosa ni puede transmitirse a terceros mediante ninguna vía. La psoriasis es solo una patología de la piel: no se contagia.
Un dermatólogo normalmente puede diagnosticar la psoriasis mediante la revisión del historial médico y un examen de la piel, del cuero cabelludo y de las uñas. A pesar de que generalmente no sea necesario, el médico también puede recomendar hacer una biopsia.
En ese procedimiento, se extirpa una pequeña muestra de la piel para examinarla bajo el microscopio a fin de descartar otros trastornos de la piel. Entre las afecciones parecidas a la psoriasis están la dermatitis seborreica, el líquen plano, la pitiriasis rosada y la tiña corporal.
Tratamiento de la psoriasis
Aunque la psoriasis no tiene cura, sí que es posible calmarla, controlarla y tratarla.
Si tienes psoriasis, el dermatólogo ofrecerá distintas opciones de tratamiento. Es una afección crónica y, hasta el momento, no existe curación. No obstante, el tratamiento puede reducir los síntomas al detener a las células de su rápido crecimiento.
Se puede también recurrir a terapias para retirar las zonas escamosas y dejar la piel lisa.
Si tu afección es leve, posiblemente solo necesites aplicarte crema o ungüento (a veces llamados medicamentos tópicos) en la piel para aliviar los síntomas. Los corticosteroides tópicos son un tratamiento común para la psoriasis.
Esos fármacos antiinflamatorios lentifican el reemplazo celular mediante la supresión del sistema inmunitario, lo que alivia la inflamación y la comezón.
Otros medicamentos tópicos también pueden servir para el tratamiento de la psoriasis, tales como los retinoides, la antralina, el ácido salicílico, los tipos sintéticos de la vitamina D y la brea de alquitrán, entre otros. Independientemente del medicamento que use, mantener siempre la piel bien hidratada ayudará a controlar la sequedad y las molestias de la psoriasis.
Cuando los tratamientos tópicos no bastan por sí solos para mantener a raya los síntomas, el dermatólogo puede sugerir también el tratamiento lumínico, o fototerapia, para controlar la psoriasis.
El tipo más fácil de fototerapia implica exponer la piel a cantidades controladas de luz solar natural. Otros tipos de terapia lumínica incluyen usar luz artificial ultravioleta A (UVA) o ultravioleta B (UVB). Si bien este tratamiento puede llevar mucho tiempo, es muy eficaz.
Tratamientos para la psoriasis grave
Si tienes psoriasis grave o que no responde a otros tipos de tratamiento, el médico puede recomendarte fármacos orales o inyectables, junto con otras terapias. En general, esos fármacos ayudan a reducir la producción de células de la piel o a reducir la inflamación. Además, suprimen al sistema inmunitario.
La psoriasis a veces es difícil de controlar; puede ser impredecible y atravesar por ciclos de mejoría y empeoramiento de los síntomas, sin ninguna advertencia.
A eso se suma que el tratamiento no surte efecto de forma uniforme, ya que lo que funciona bien con algunos, quizás no sirva para otros. Con el tiempo, la piel puede tornarse resistente a algunos tratamientos y las terapias más potentes contra la psoriasis pueden provocar efectos secundarios graves.
Si tus síntomas obedecen a la psoriasis, conviene trabajar conjuntamente con tu dermatólogo para desarrollar un plan de tratamiento. Es importante hacer el seguimiento médico si la afección no mejora después de empezar la terapia o si presenta efectos secundarios molestos.
El dermatólogo puede ayudar a ajustar el tratamiento a fin de garantizar el mejor control posible de los síntomas.
Fuente: Dra. Rokea el-Azhary, médica en Dermatología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.
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