Pasquale Cozzolini, es un chef italiano que en el año 2011 dejó su Napoles natal y se trasladó a vivir a Nueva York donde llegó con su metro noventa y ocho y sus 115 kilos. Pero apenas unos pocos meses después, a principios de 2012, ya pesaba 168 kilos.
“Me bebía dos o tres latas de refrescos y comía entre 10 y 12 galletas Oreo cada día. Una vez me zampé toda la caja. Era como una droga para mí”, relata el chef, quien recuerda que en una visita a Italia su propia familia no le reconoció.
Ahora, este experto en gastronomía asegura en “The New York Post” que gracias a un saciante y sabroso régimen basado en comer pizza ha perdido los 50 kilos que había ganado en Estados Unidos.
"Si te comés una pizza, no necesitás nada más. Te ayuda a alejarte de la comida chatarra", le explicó Pasquale al periódico neoyorquino.
Cuando su médico de cabecera le dijo que o perdía peso o le iba a dar un ataque al corazón, decidió ponerse a régimen. El chef abandonó definitivamente los dulces y los refrescos y empezó a comer la mitad de sus porciones habituales. Por otro lado, decidió basar su alimentación en una dieta mediterránea en la que abundaban frutas y verduras.
Claro que el cambio de alimentación también vino acompañado de otras rutinas saludables. Cozzolini empezó a hacer kickboxing dos veces por semana.
Para comer pizza saludable es preciso asegurarse de hacerla al modo clásico italiano, asegura el chef. La masa debe estar elaborada con una harina de trigo, agua, sal marina y levadura, y dejar que fermente durante 36 horas.
“Ahí está la clave”, desvela Cozzolino. “Gracias al largo proceso de fermentación, la levadura se come la mayor parte del azúcar y dejando solamente los carbohidratos complejos, que son más fáciles de digerir y ayudan a mantener la sensación de saciedad durante más tiempo”.
Los ingredientes también son muy importantes. Apenas un poco de salsa de tomate, poca muzzarella, albahaca y unas gotas de aceite de oliva. Pasquale almuerza una de estas todos los días y cena un plato de pescado con vegetales. Agregár nutrientes y proteínas poniéndole brócoli, morrón, hongos y cualquier otro vegetal y nada de embutidos y fiambres.