Quemaduras solares, excesos en las fiestas, ingesta excesiva de alcohol: llega el verano y hablamos de los mismos problemas una y otra vez. Lo curioso es que la mayoría de nosotros olvidamos a un amigo silencioso que podría tener más consecuencias de las que creemos: la deshidratación.
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El cuerpo humano es 60 por ciento agua pero esto no está distribuido de manera uniforme en todos nuestros sistemas. Por ejemplo, el cerebro está compuesto por un 73 por ciento por agua mientras que los pulmones contienen un 83 por ciento del líquido, los músculos un 79 por ciento e incluso los huesos son 31 por ciento agua.
Aunque esto ya sería suficiente para que tomemos conciencia de lo importante que es el agua para nuestro organismo, todavía hay más. La mayor parte de las reacciones químicas que nuestro cuerpo realiza para mantenernos vivos se dan en la parte acuosa de nuestras células. Si no estamos lo suficientemente hidratados, el funcionamiento normal de nuestras células se ve afectado.
Qué problemas graves puede causar la deshidratación
En primer lugar, los niveles de deshidratación no son siempre iguales. Por ejemplo, una deshidratación moderada puede aumentar la fatiga y generar pérdida de memoria. En cambio, una pérdida de agua extrema puede incluso poner en riesgo la vida produciendo un fallo renal, disminución del volumen sanguíneo, espasmos musculares, problemas de circulación y presión arterial.
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Además, la deshidratación está asociada con la infección urinaria, formación de piedras en el riñón, problemas dentales, trastornos broncopulmonares, dolor de cabeza, migrañas y problemas de estreñimiento.
Es por eso que es importante no llegar a este punto y mantener una hidratación constante, sobretodo durante el verano cuando las altas temperaturas nosa gobian.
Cómo prevenir la deshidratación
Sed intensa, pérdida de apetito, malestar, debilidad o dolores de cabeza pueden ser los primeros indicios de que que no estamos tomando suficiente agua. Para evitarlo lo mejor es seguir algunos sencillos consejos.
- Tomá dos litros de agua diarios y si vas a ejercitarte agrega un litro más.
- No esperes a sentir sed
- Refrescate con agua fría en las muñecas y la nuca
- Llevale agua a los niños de forma constante
- Chequeá el color de tu orina para que sea clara
- Acompaña todas las comidas con agua
- Evitá las gaseosas y bebidas azucaradas