Si bien el consenso generado a partir de innumerables estudios es irrefutable y no hay ninguna duda que fumar es sumamente perjudicial para la salud, por primera vez en la historia la ciencia ha podido demostrar cómo es que el fumar aumenta el riesgo de cáncer.
Un amplio estudio publicado en la revista Science identifica signos de mutación asociados con fumar tabaco y demuestra, por primera vez, que fumar aumenta el riesgo de cáncer al causar mutaciones somáticas en los tejidos directa e indirectamente expuestos al humo del tabaco. El estudio internacional fue realizado por el Laboratorio Nacional de Los Alamos con el Instituto Wellcome Trust Sanger del Reino Unido y otros colaboradores.
"Este estudio ofrece nuevas ideas sobre cómo el humo del tabaco causa cáncer", dijo el Dr. Ludmil Alexandrov, compañero de Oppenheimer en el Laboratorio Nacional de Los Alamos y co-autor principal del estudio. "Nuestro análisis demuestra que el tabaquismo causa mutaciones que conducen al cáncer por múltiples mecanismos distintos. El tabaco daña el ADN en los órganos directamente expuestos al humo así como acelera un reloj celular mutacional en los órganos que están directa e indirectamente expuestos al humo".
El humo del tabaco es una especie de brebaje de brujas complejo que contiene más de 7.000 productos químicos, incluyendo más de 70 conocidos por causar cáncer (carcinógenos). Estudios epidemiológicos previos a gran escala han asociado el tabaquismo con un mayor riesgo de 17 tipos diferentes de cáncer, incluido el cáncer en tejidos no directamente expuestos al humo. Sin embargo, los mecanismos por los cuales el tabaco causa cáncer han permanecido hasta ahora siendo escasos.
Este estudio demuestra que fumar aumenta el riesgo de cáncer al causar mutaciones somáticas que dañan directamente al ADN y aumentan la velocidad del reloj molecular endógeno.
El estudio concluye indicando que alguien que fuma 20 cigarros al día, podría acumular un promedio de 150 mutaciones en cada célula de pulmón cada año. Esta cantidad de cigarrillos diaria, terminan generando también mutaciones en células fuera del área pulmonar, por donde también pasan y se procesan los contenidos del cigarro dentro del cuerpo, generando por año, en promedio:
- 150 células pulmonares mutadas
- 97 células de la laringe mutadas
- 23 células de la boca mutadas
- 18 células de la vejiga mutadas
- 6 células del hígado mutadas
"El genoma de cada cáncer proporciona una especie de" registro arqueológico ", escrito en el propio código de ADN, de las exposiciones que causaron las mutaciones”, dijo el profesor Mike Stratton, del Instituto Wellcome Trust Sanger, Cambridge, Reino Unido y autor principal del estudio.
“Nuestras investigaciones indican que la forma en que el tabaco causa cáncer es más complejo de lo que pensábamos. En realidad, no entendemos completamente las causas subyacentes de muchos tipos de cáncer y hay otras causas conocidas, como la obesidad, de las que entendemos poco de su mecanismo subyacente. Este estudio sobre el hábito de fumar nos dice que buscar en el ADN de los cánceres puede proporcionar nuevas pistas de cómo los cánceres se desarrollan y, por tanto, potencialmente, cómo se pueden prevenir” agregó Stratton.
Y concluyó: "Mientras más mutaciones hay, más posibilidades se tienen de que estos cambios ocurran en genes fundamentales llamados los genes del cáncer, que son los que convierten una célula normal en una cancerosa".
Teniendo en claro esto, el mayor peligro hasta ahora es el desarrollar un cáncer a futuro (y otras complicaciones de salud) y si aún no se presentan síntomas de esto, lo recomendable y más saludable es comenzar a dejar el cigarro.
Para ello hay innumerables técnicas pero hay que considerar que elementos como el stress, la depresión o la ansiedad influyen también fuertemente, por lo que lo más recomendable, si se quiere tener éxito, es acudir a programas que vean la situación personal de cada uno, más allá del estado físico.
Hoy en día existen muchos tratamientos de tipo reemplazo, desde parches de nicotina, hasta vaporizadores o incluso hipnosis, las cuales se venden como soluciones para los fumadores. Estas alternativas al cigarro pueden llegar a funcionar, pero siempre y cuando se lleve un proceso responsable y acompañado de ayuda profesional.
De todos modos para quienes estén evaluando cómo resolver su adicción y vivir más sanamente, compartimos algunos consejos:
- Si el fumar está asociado, para vos, a situaciones de estrés, buscá otras opciones para canalizar la ansiedad. El ejercicio ayuda a relajarse. Te puede ayudar hasta una breve caminata y una clase de yoga, o ejercicios de respiración.
- Basta de ceniceros, ni encendedores, ni paquetes guardados aquí y allá. Sacá de tu casa todo lo que tenga que ver con el hábito de fumar.
- Buscá algo para tener las manos ocupadas (por ejemplo, una pelota antiestrés).
- Elegí a alguien como “punto de apoyo”. Alguien que esté al tanto de que estás dejando de fumar y a quien podrás recurrir para recibir motivación y apoyo a lo largo del proceso.
- Pensá en positivo. Cuanto menos pienses en fumar, más fácil será seguir.
- Valorá tu ahora. Anotá cuánto ahorrás por día, y usá ese dinero para darte algún gusto.
- En el trabajo modificá la rutina de tus pausas y salí a tomar aire.
- Paso a paso: al despertar, prometete no fumar durante ese día.
- Mantenete alerta y fuerte en horarios de riesgo: recordá que la mayoría de los fumadores tienen una recaída por la tarde o por la noche.