Si estás pensando en convertirte en una runner de verdad y dejar de ser una corredora ocasional, es importante que sepas que podés lograrlo porque ya diste el primer paso: tenés ganas y te gusta correr, ahora falta el empujoncito para arrancar.
Corriendo quemarás alrededor de 150 calorías por kilómetro, además de fortalecer tus huesos e incluso reducir el riesgo de sufrir diversas enfermedades.
Te contamos entonces los pasos a seguir para convertirte en una runner moderna.
Calzado adecuado: no necesitás un equipo sofisticado para correr, pero sí es importante que encuentres zapatillas para correr que se adecuen a tus pies, para evitar sufrir lesiones. En general, tu calzado debe permitir que tus pies se muevan con comodidad, la pisada sea firme y cuyo material los haga flexibles en cualquier punto.
Inicio lento: descartá la idea de que deberías poder correr 5K al terminar tu primera semana de entrenamiento. Lo primero que hay que hacer es lograr mantener el ritmo, es decir, correr sin que te parezca lo más complicado del mundo ni pierdas el aliento. Probá correr y caminar hasta que tu cuerpo se adapte.
Preparar el cuerpo siempre: cada entrenamiento debe comenzar y terminar con 10 minutos de movimientos para calentar y enfriar tus músculos. Iniciá realizando una caminata lenta antes de tomar mucha velocidad; también tratá de hacer algunos estiramientos dinámicos y estáticos, como levantar las rodillas, dar patadas al aire y estirar tus pies con tus manos. Lo mismo al finalizar.
Aumenta tu entrenamiento: una vez que lograste correr durante 30 minutos sin parar y sin sentirte mal, es momento de que des un paso al siguiente nivel. Cambiá tu entrenamiento de tal forma que incorpores subidas y obstáculos y aumentes unos minutos tu tiempo récord. esto cada 2 o 3 semanas para no tensionarte.
Plantear metas: al igual que con cualquier otro entrenamiento, ponerte metas realistas puede ayudarte a mantener la motivación de correr. Inscríbite en una carrera corta al principio, o más larga conforme tu técnica y aguante sean mejores, y buscá un plan adecuado con el que te puedas capacitar para terminar en buenas condiciones físicas.
Cuidá tu alimentación: los alimentos que consumirás después de correr son los que ayudan a tu cuerpo a reconstruir sus músculos, cosa que mejora tu fuerza y resistencia. De esta forma, lo indicado es que al terminar el ejercicio, ingieras una comida que contenga tanto proteínas como carbohidratos, podría ser banana y, sin dudarlo, beber al menos 2 litros de agua al día.
Si querés convertirte en una gran runner debés ser constante y apegarte al entrenamiento.
¡Esto no es magia! ¡Vos podes!
A olvidarse del sillón y programar tus carreras ahora mismo.