Escandalo: un holandes donó semen en 11 clínicas y tiene más de 100 hijos

El derecho de privacidad impide conocer si ya se ha donado a otras clínicas

Un holandés, de quien no se conoce su identidad, es el padre biológico de 102 niños nacidos por tratamientos de inseminación artificial. Este caso y otro que también repartió sus donaciones entre 2 clínicas reabrieron el debate sobre la necesidad de crear un registro nacional de donantes que eviten esos fraudes.

"Al no tener un registro nacional que recoja los datos de todos los donantes de esperma en Holanda, las clínicas de fertilidad no pueden comprobar si un hombre ha donado en otros centros ni las veces que lo haya hecho", lamenta el doctor Jesper Smeenk, de la Sociedad Holandesa de Obstetricia y Ginecología (NVOG).

El súper donante, que prefiere mantener el anonimato, ha declarado al rotativo Algemeen Dagblad que lo hizo durante una década, y que las distintas clínicas no solían preguntarle si había visitado antes otra.

Las clínicas de fertilidad han comenzado a demandar ahora al Ministerio de Sanidad la necesidad de contar con un registro nacional de donantes que puedan consultar, algo que les permitiría conocer si sus donantes lo son también para otras clínicas.

Lo más irrisorio del caso es que recién estalló cuando varias madres descubrieron el parecido físico de sus niños y denunciaron sus casos en una carta enviada al Ministerio de Sanidad. La investigación posterior destapó el escándalo al conocerse que un solo hombre hizo repetidas donaciones en 11 clínicas diferentes.

Por su parte, en la misma entrevista, el donante holandés dijo que no lo hacía por un interés económico (las donaciones se pagan entre 25 y 50 euros para gastos de transporte) y explico que su idea “no era tener tantos hijos como fuera posible sino hacer feliz a la gente”.

Del segundo donante se sabe que acudió a cuatro lugares y su pareja de hijos está con parejas a las que conoció a través de Internet. Aunque ahora se supo también que los dos han operado en las redes sociales lo cual hace probable que su prole sea incluso más amplia.

Las donaciones de semen dejaron de ser anónimas en 2004, y la política ha pedido a los que lo hicieron antes que desvelen su identidad. “Para los hijos es terrible no saber quién es su padre”, asegura. El nuevo escándalo se suma a las actividades de Jan Karbaat, un médico de Róterdam ya fallecido, que inseminó en secreto con su semen a decenas de mujeres en su propia clínica.

En la actualidad, la legislación vigente permite un máximo de 25 donaciones por hombre y guarda confidencialmente la identidad de los donantes pero carece de algún registro o sistema que impida que alguien done cientos de veces.

La legislación se creó en los años 90 para evitar problemas de consanguinidad que podrían producirse si los niños nacidos por inseminación artificial con esperma de un donante se encontraran y tuvieran hijos cuando fueran adultos.

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