La diabetes es una enfermedad en la que se presentan concentraciones elevadas de glucosa en sangre de manera persistente o crónica. Existen dos tipos fundamentales de diabetes: la Diabetes Mellitus tipo 1 (DM1) y la Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2), que sufren más del 90% de los pacientes.
Según datos la Organización Mundial de la Salud, en los últimos 35 años la cifra de diabéticos se cuadruplicó y, de no frenar esta tendencia, en el año 2030 se duplicarán las defunciones por esta causa, así como sus secuelas por discapacidad.
Estos datos, por demás de alarmantes en términos médicos, sociales y económicos, están vinculados con los nuevos hábitos: la forma en que nos alimentamos, el sobrepeso y el sedentarismo.
Los dos tipos de diabetes se diferencian en las causas que las provocan, los síntomas, las características, el tratamiento, y la edad de las personas a las que afecta. Aunque la diabetes tipo 1 puede desarrollarse en adultos, se caracteriza porque tiene mayor incidencia entre los jóvenes y los niños. En este tipo de diabetes, el propio sistema inmunitario del paciente produce una destrucción de las células beta del páncreas, lo que origina una deficiencia total de insulina. La insulina es la hormona que permite que la glucosa de los alimentos pase a las células del organismo.
Se puede tratar la diabetes y evitar o retrasar sus consecuencias con dieta, actividad física, medicación y exámenes periódicos para detectar y tratar sus complicaciones
No se puede prevenir la aparición de la diabetes tipo 1 y no se conocen las causas que la provocan. Se caracteriza por ser crónica, ya que una vez que ha aparecido, la enfermedad no remite y requiere llevar un tratamiento de por vida. Las personas diagnosticadas de diabetes tipo 1 han de administrarse inyecciones de insulina a diario o bien estar conectados a una bomba de insulina para poder llevar un control adecuado de sus niveles de azúcar en sangre.
La diabetes tipo 2 (DM2), aunque puede afectar a personas de cualquier edad, incluso niños, se desarrolla con mayor frecuencia en personas adultas y mayores. La obesidad y una vida sedentaria son, entre otros, algunos de los factores que pueden desencadenar este tipo de diabetes. La mayoría de las personas con diabetes tipo 2 pueden producir insulina, pero no en las cantidades suficientes que el organismo necesita para su correcto funcionamiento.
En muchos casos, y en clara diferencia con la diabetes tipo 1, la diabetes tipo 2 puede prevenirse si se mantienen unos hábitos de alimentación saludables y se combinan con una actividad física moderada. Tomar conciencia sobre el avance de esta enfermedad y prevenir su aparición y sus complicaciones es fundamental, ya que los adultos con diabetes tienen un riesgo 2 a 3 veces mayor de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. A su vez, la diabetes se encuentra entre las principales causas de insuficiencia renal.
Las estadísticas que inquietan a la comunidad médica
- El número de personas con diabetes ha aumentado de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014.
- La prevalencia mundial de la diabetes en adultos (mayores de 18 años) ha aumentado del 4,7% en 1980 al 8,5% en 2014.
- La prevalencia de la diabetes ha aumentado con mayor rapidez en los países de ingresos medianos y bajos.
- La diabetes es una importante causa de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores.
- Se estima que en 2012 la diabetes fue la causa directa de 1,5 millones de muertes, y que otros 2,2 millones de muertes eran atribuibles a la hiperglucemia.
- Aproximadamente la mitad de las muertes atribuibles a la hiperglucemia tienen lugar antes de los 70 años de edad.
- La dieta saludable, la actividad física regular, el mantenimiento de un peso corporal normal y la evitación del consumo de tabaco previenen la diabetes de tipo 2 o retrasan su aparición.
Cómo prevenir o cómo reducir la carga de la diabetes
Se ha demostrado que medidas simples relacionadas con el estilo de vida son eficaces para prevenir la diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición. Para ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2 y sus complicaciones se debe:
- Alcanzar y mantener un peso corporal saludable.
- Mantenerse activo físicamente: al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana; para controlar el peso puede ser necesaria una actividad más intensa.
- Consumir una dieta saludable, que evite el azúcar y las grasas saturadas.
- Evitar el consumo de tabaco, puesto que aumenta el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares.
- Controles periódicos. Diagnóstico y tratamiento