En un contexto absolutamente dinámico y con más preguntas que respuestas, sacar una foto del estado actual de la pandemia requiere mucha cautela y responsabilidad. En primer lugar, debo aclarar que los datos que comparto aquí son los oficiales que diariamente difunde el Ministerio de Salud. De esa información surge que la evolución de la epidemia en la Argentina no tiene ningún punto de comparación con la de países del hemisferio norte. Por estos lados, la “curva está achatada”, lo que no quiere decir que los casos positivos no crezcan o no vayan a crecer. De nuevo, la clave son la cautela y la responsabilidad.
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Los casos diarios aumentan por el mayor testeo diario y por focos localizados específicos post cuarentena en hospitales y algunos geriátricos, pero, según los datos oficiales, ésto no se extiende por ahora a la población general.
Los testeos diarios aumentaron significativamente en las últimas dos semanas. Por ésto, aumentan los casos diarios detectados, sin que exista un crecimiento exponencial ni algo parecido
El avance se encuentra controlado y es muy inferior a cualquiera de las proyecciones elaboradas y presentadas el 19 de marzo por el Ministerio de Salud, en base a lo que ocurría en países afectados. Hoy, la cantidad de casos positivos detectados con una cantidad diaria de tests creciente es cada día menor en términos relativos.
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Esto indica que, a pesar de buscar cada día más la presencia de contagios, el porcentaje encontrado disminuye (solo 6.4% de casos positivos en 2.752 tests realizados el 24 de abril), y el porcentaje total de casos positivos sobre los 47.406 tests es de 7.6% y disminuye día a día. Es lo mismo que decir que el 92.4% de los tests son negativos.
Por otro lado, la cantidad de fallecidos sobre el total de tests realizados es de solo 0.37%. Si se hiciera la cuenta sobre el total de argentinos, es de solo 0.0004%
La cantidad de fallecimientos es creciente en número pero crece en escala aritmética y no exponencial. Por el tiempo de contagio del virus y la permanencia en internación desde los afectados graves y hasta un eventual fallecimiento, la mayor parte de las personas fallecidas fue contagiada previo a la cuarentena impuesta el 19 de marzo, 28 días tras la detección del primer caso en Argentina.
El total de casos al 24 de abril era de 3.611. Si supusiéramos que existen 7 casos no detectados por cada uno verificado, tal vez habría 28.800 personas contagiadas. Si eso fuera así, la probabilidad de cada persona de los 45 millones de argentinos de encontrar a una persona contagiada sería de solo 0.06%.
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Del total de camas de terapia intensiva, solo el 5.8% están ocupadas por personas con el virus. Hay aproximadamente un 50% de camas de TI ocupadas con otros pacientes y un 44.2%, disponibles.
Considerando que hay solo 144 personas internadas en Terapia Intensiva por el virus en todo el país y 1250 por otras enfermedades, deberían aparecer mañana 1.106 personas a internarse en terapia intensiva de golpe para que se sature. Es decir, casi 9 veces más que el total actual.
En los últimos 10 días, se sumaron 2.5 personas (casos nuevos) en Terapia Intensiva por día por coronavirus. Es decir que, si este fuera el ritmo diario, podríamos estar así 443 días más sin saturar el sistema de cuidados intensivos.
Si fuera el doble de internados en Terapia Intensiva por día, es decir 5, y asumiendo que no se curen más rápido que lo que se enferman, se requerirían 221 días para saturar el sistema. Esta es la variable crítica a monitorear, que da mucha tranquilidad según informe del Ingeniero Daniel Gerold (1).
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No quiero dejar de mencionar que desde hace años el Recurso Humano en terapia intensiva es un déficit difícil de poder mejorar, por lo cual debemos tener en cuenta que toda política de salud, además de mejorar el recurso de tecnología e infraestructura, debe tener en cuenta al RRHH de las TI.
Por ello, la presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (Sati), Rosa Reina, advirtió: “Los respiradores son aparatos de altísima precisión que requieren de un personal muy entrenado. Hoy los especialistas que pueden intubar a un paciente y controlar su evolución son los intensivistas, anestesiólogos y emergentólogos. Creemos que en esta pandemia no van a ser suficientes”.
Ojalá esta "foto" se mantenga parecida en las próximas semanas. Pero, como ya dijimos, cautela, responsabilidad y conciencia de este dato que nadie debería subestimar: faltan más del doble de médicos de los que hay para asistir a pacientes que demanden cuidados críticos.
- Fuente: Alejandro Risso Vazquez. Magister en Economía y Gestión de la Salud. Médico Especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva. Especialista en Medicina Interna.
Referencias:
(1) Ing. Daniel Gerold. Fundador y Director de G&G Energy Consultants.
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