En las piernas tenemos dos sistemas venosos: el profundo y el superficial. El primero es el medio que transporta la sangre de las piernas al corazón y el segundo es un sistema accesorio. Un mal funcionamiento del sistema venoso puede hacer que la sangre se acumule generando várices o arañitas. Hoy te contamos cómo prevenir las várices y qué tratamientos pueden servir para mejorar la salud de tus piernas.
Qué son las várices
Las venas varicosas son venas del sistema venoso superficial que se encuentran retorcidas y agrandadas. Cualquier vena superficial del cuerpo puede volverse varicosa; sin embargo, las más comúnmente afectadas son las de las piernas. Para muchas personas tener várices significa simplemente un problema estético pero en otras, las venas varicosas pueden causar dolor, sensación de pesadez y malestar.
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Nuestra primera recomendación es que, cuando aparezcan los primeros síntomas, consulte a su médico ya que un diagnóstico temprano de la enfermedad le ayudará a tomar medidas preventivas y comenzar tratamientos que evitarán su evolución.
Cómo prevenir las várices
Aunque para algunas personas se vuelve difícil evitar la aparición de várices, si se tienen ciertos cuidados, se pueden reducir mucho las probabilidades de sufrir venas varicosas.
Te damos algunos consejos clave:
- Mover las piernas y evitar pasar largos ratos parado. Es muy importante hacer descansos periódicos para las piernas mediante paseos cortos o ejercicios de movilidad.
- Realizar un deporte adecuado con calzado cómodo y regularidad. Caminar es el ejercicio por excelencia para la circulación venosa. Andar en bicicleta, nadar, correr o bailar también favorecen el retorno venoso.
- Evitar las fuentes de calor: lo mejor es alejarse de la exposición solar continuada, la depilación con cera caliente, los suelos con sistemas de calefacción radiante, los yacuzzi y los saunas.
- Comer suficiente fibra, tomar líquido ( entre 1.5 y 2 litros de agua al día) y limitar el consumo de grasas saturadas.
- Elevar las piernas de vez en cuenta. Cuando sea posible (al llegar a casa por ejemplo), descansar con las extremidades inferiores en alto. Levantar unos 10-15 cm la parte baja de la cama mejora el retorno venoso mientras se duerme.
- Activar la circulación contrayendo los músculos de las pantorrillas. Por ejemplo, un buen ejercicio es ponerse en puntas de pie cada cierta cantidad de tiempo.
- Usar siempre calzado cómodo: no son recomendados los zapatos de taco alto y ni tampoco los planos sin arco.
- Tomar una ducha de agua fría en las piernas.
- Evitar el uso de fajas y ropa demasiado apretada.
- Mantener la piel siembre hidratada y hacerse masajes de piernas desde el pie hasta arriba en dirección ascendente.
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Várices: tratamiento y remedios caseros
Si estás buscando un tratamiento para várices, tenés que saber que los consejos preventivos mencionados más arriban deben continuarse aunque las venas varicosas ya hayan aparecido. Llevar una vida sana y cambiar algunos hábitos será muy importante para la salud y estética de tus piernas.
Posibles tratamientos
Actualmente la mayoría de los tratamientos son muy poco invasivos, incluyendo la cirugía. Además, no son peligrosos ni complejos. Igualmente, la intervención quirúrgica es aconsejable solo si tiene indicaciones precisas y adecuadas y siempre se hace en última instancia.
Los procedimientos complejos, que requieren intervenciones más invasivas y post operatorios más largos se aplican sólo ante enfermos con patologías venosas determinadas, cada vez menos frecuentes gracias a la mayor conciencia que existe de la importancia de la prevención.
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Normalmente lo que hacen los médicos es evaluar al paciente, establecer el tratamiento y las sesiones que necesitará. Se hacen estudios y se pone foco también en la parte dermatológica ya que cada piel responderá de manera diferente. Los procedimientos más comunes son los siguientes:
- Escleroterapia: consiste en introducir un medicamento, líquido o en espuma, en el interior de las varices. Este medicamento al entrar en contacto con la pared interna de la vena produce una irritación y una reacción inflamatoria que comporta una fibrosis de la vena y la posterior desaparición de la misma.
- Cirugía: el objetivo del tratamiento quirúrgico es mejorar o eliminar la sintomatología, optimizar el retorno venoso y mejorar la apariencia de la extremidad afecta.
- Láser transdérmico: es un método moderno y eficaz para determinado tipo de várices. En algunos casos de combina con la escleroterapia para aumentar la rapidez de los resultados.
- Terapia fotodinámica: es un tratamiento nuevo e ingenioso que conserva las propiedades destructivas del laser y permite el tratamiento de todo tipo de várices. Es ambulatorio, no necesita anestesia y genera muy poco dolor.
Remedios caseros para las várices
- Aplicar vinagre de sidra de manzana: hay dos maneras de usarlo para el tratamiento de las venas varicosas:
- Aplicá vinagre de sidra de manzana en la zona afectada y masajeá suavemente sin aplicar presión. Seguí esta rutina dos veces al día una vez antes de ir a la cama y una vez a la mañana. Esto tendrá un buen efecto sobre la pesadez y la hinchazón y ayudará a reducirlos.
- En un vaso de agua añadir dos cucharaditas de vinagre de manzana y beber. Este es un producto natural de limpieza del cuerpo y los resultados serán visibles dentro de un mes.
- Pimienta de cayena: es una rica fuente de bioflavonoides, así como de vitamina C, que es un ingrediente milagroso para mejorar la circulación de la sangre y puede resultar beneficioso para revivir las venas congestionadas. Podés mezclar 1 cucharadita de este ingrediente con agua caliente y beber tres veces al día.
- Aceite de oliva: mezclado con aceite de vitamina E y masajeá la zona inflamada durante varios minutos todos los días durante al menos 2 meses. Esto desentrañará las venas para regular el flujo de sangre de nuevo al corazón.
- Ajo: conocido para reducir la inflamación, puede combinarse con otros ingredientes para el tratamiento de las venas varicosas de la siguiente manera:
En un frasco de vidrio limpio añadí 6 dientes de ajo, extractos de 3 naranjas y 2 cucharadas de aceite de oliva. Dejá reposar esta mezcla durante 12 horas.
A continuación, utilizala para frotar suavemente en las venas con un movimiento circular.
Envolvé el área con un paño de algodón dejándolo durante la noche. Repetí el proceso diariamente durante un par de meses.
- Posición al dormir: como sabemos, las venas varicosas son causadas por la acumulación de sangre. Uno puede cambiar su posición al dormir colocando 2 o 3 almohadas debajo de sus pies mientras duerme y elevando las piernas en un ángulo que puede ayudar al proceso de circulación.
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