Los estudios se multiplican y cada vez son más los médicos e investigadores de primer nivel mundial que salen a alertarlo: fumar marihuana tiene un fuerte impacto a nivel neurológico. Ahora, una reconocida investigadora de la Universidad de Harvard advirtió que el consumo de cannabis puede alterar permanentemente la química cerebral de una persona, aumentando el riesgo de trastornos psiquiátricos.
Qué provoca la marihuana en el cerebro
Mientras, desde distintos sectores, se busca naturalizar el consumo de marihuana, la doctora Yasmin Hurd, neurocientífica de primer nivel de la Universidad de Harvard, advirtió que muchos jóvenes podrían estar subestimando los posibles efectos a largo plazo de esta droga cuyo consumo avanza en todo el mundo. "Es una droga que conlleva más riesgos de los que creen", destacó.
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“El cannabis contiene más de 500 sustancias químicas, incluidos más de 140 cannabinoides que tienen un mayor o menor grado de actividad psicofarmacológica”, explicó Hurd en una conferencia de neurociencia de Harvard. Según la médica, el “subidón” producido por la droga altera la química cerebral de una persona e incluso podría ponerlos en riesgo de desarrollar problemas psiquiátricos graves en el futuro.
Las ventas de la droga en Estados Unidos han aumentado en los últimos años, a medida que gana lentamente la legalización de los estados individuales y aumenta la presión sobre el gobierno federal para que levante las restricciones.
Una creencia común entre muchos usuarios de marihuana, especialmente entre los más jóvenes, es que la droga causa poco o ningún daño. Si bien el cannabis no se considera tan dañino como la cocaína u otras drogas duras, existen consecuencias muy estudiadas que ponen en riesgo la salud integral de la persona. Además, hay peligros potenciales de su uso frecuente que seguimos estudiando, señalí Hurd.
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“Si fuera benigno, nadie lo usaría”, señaló Hurd, y explicó que la prevalencia de la droga demuestra que tiene un fuerte efecto en la química del cerebro de una persona. La experta explicó que los cannabinoides en el tetrahidrocannabinol, o THC, como se le conoce a menudo, el químico en la droga que causa el subidón, interactúa con los endocannabinoides en el cerebro. Los endocannabinoides son responsables de determinar la forma en que las células del cerebro interactúan entre sí.
Los cannabinoides en el THC interactúan y alteran los receptores que configuran esas interacciones, que es lo que crea la sensación que tienen las personas cuando consumen la droga. “Si se siente intoxicante, significa que se une a un receptor y cambia tu cerebro. La pregunta es por cuánto tiempo, y ¿aumenta el riesgo de trastornos psiquiátricos?”, se preguntó la experta.
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Creencias sobre el consumo de cannabis
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió un informe denominado Cero Marihuana durante el embarazo y la lactancia, en el que alertan que el consumo de cannabis en Argentina ha aumentado en la última década, siendo la 4ta sustancia más consumida en adolescencia y edad fértil.
“Una de las causas que explican este incremento podría estar en la baja percepción de riesgo que hay en la población general acerca de su consumo, mientras que otro factor podría ser que se confunde el uso de cannabis con fines medicinales con el uso ‘recreacional’, siendo dos productos totalmente distintos en composición y seguridad”, manifestó la doctora Silvia Cabrerizo, médica Pediatra y Toxicóloga, Miembro del Grupo de Trabajo de Adicciones de la Sociedad Argentina de Pediatría.
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"Hay mucha preocupación en el ambiente psiquiátrico por la masividad del uso de esta droga. En la actualidad, las cepas de cannabis tienen una altísima concentración de alcaloides, muy superior a la que tenían décadas atrás. Su efecto es mucho más potente”, explicó a Infobae en una nota reciente, Marcelo Cetkovich, director del Departamento de Psiquiatría de INECO y jefe del Departamento de Psiquiatría del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.
Pero, ¿cuáles son los daños que ocasiona en la salud? El especialista consultado manifiesta que en aquellas personas que consumen marihuana y tienen predisposición a padecer trastornos de bipolaridad o esquizofrenia, estos procesos se acelerarán: el cuadro revestirá mayor gravedad y la respuesta terapéutica será menor. Lo mismo ocurre en personas con trastornos de pánico.
“La marihuana también provoca trastornos cognitivos, ya que tiene consecuencias sobre las funciones ejecutivas del cerebro y genera efectos neurotóxicos irreversibles”, sostuvo Cetkovich.
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"A corto plazo, en el contexto de intoxicación, el THC a través de su efecto en el hipocampo y la corteza orbitofrontal deteriora la memoria de corto plazo afectando la capacidad de aprender y retener información nueva. Por otro lado, disminuye la atención, interfiere con la capacidad de toma de decisiones y por su efecto en el cerebro y en los ganglios basales, interfiere con la coordinación motora.
De esta manera afecta la habilidad de conducir e incrementa la posibilidad de accidentes automovilísticos. Asimismo, puede producir alteraciones del sueño, precipitar crisis de pánico como así también síntomas psicóticos”, explicó en una nota reciente con este medio la doctora Magdalena Boano, médica especialista en Psiquiatría de Ineco.
“Si bien es dificultoso obtener resultados definitivos acerca de relaciones causales entre consumo de marihuana y efectos a largo plazo, los investigadores coinciden en señalar que el mayor impacto en este período sucede en los adolescentes y jóvenes -población especialmente vulnerable- ya que en este grupo etario el cerebro continúa desarrollándose y creando nuevas conexiones.
A largo plazo el consumo repetido de THC puede producir dependencia o adicción, a través de la activación del circuito de recompensa por liberación incrementada de dopamina”, agregó la experta.
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“Las capacidades mentales perdidas no se restauraron completamente en aquellas personas que dejaron de fumar marihuana en la edad adulta. Por otro lado se ha vinculado el uso persiste de marihuana con un riesgo incrementado de psicosis en personas con vulnerabilidad genética. Y también han sido descriptos efectos respiratorios como por ejemplo mayor probabilidad de padecer cuadros infecciosos como bronquitis crónica”, alertó Boano.
Un problema para los investigadores es que no pueden saber si la droga está causando los problemas psiquiátricos o si las personas que ya sufren de este tipo de problemas tienen más probabilidades de tomar la droga para lidiar con el estrés.
Otro problema conocido es el uso de la droga entre las mujeres embarazadas, que a menudo dañan el desarrollo del cerebro del feto. "La programación placenteria es esencial para el neurodesarrollo y las aberraciones vinculadas a los riesgos psquiátricos", dijo la neurocientífica Hurd.
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Diferentes estudios aportan evidencia acerca de los efectos adversos del uso de cannabis en el embarazo y en el lactante, que se observan con manifestaciones en la infancia y la adolescencia. Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitieron un informe denominado Cero Marihuana durante el embarazo y la lactancia, en el que alertan que el consumo de cannabis en Argentina ha aumentado en la última década, siendo la 4ta sustancia más consumida en la adolescencia y en el edad fértil.
“Una de las causas que explican este incremento podría estar en la baja percepción de riesgo que hay en la población general acerca de su consumo, mientras que otro factor podría ser que se confunde el uso de cannabis con fines medicinales con el uso ‘recreacional’, siendo dos productos totalmente distintos en composición y seguridad”, manifestó la doctora Silvia Cabrerizo, médica Pediatra y Toxicóloga, Miembro del Grupo de Trabajo de Adicciones de la Sociedad Argentina de Pediatría.
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Si bien el consumo de cannabis se da mayoritariamente en forma inhalatoria (fumando cigarrillos de marihuana, pipas y vapeadores, entre otros), también se está observando un aumento del mismo por vía oral, en forma de alimentos, como galletas, tortas y u otras preparaciones con cannabis, o mediante la ingesta directa de aceites de cannabis que la gente busca con fines medicinales. Mientras que una tercera vía de ingreso es a través de la absorción cutánea cuando se utilizan preparados de uso tópico.
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