El objetivo de los controles es asegurar que cualquier cambio en tu salud sea detectado y tratado si fuera necesario. Además permite verificar que no existan indicios de que el cáncer haya regresado.
Los controles ayudan a detectar:
- Cáncer de mama que regresa después del tratamiento: el cáncer puede eventualmente regresar a la mama o a otra parte del cuerpo.
- Problemas de salud que puedan resultar del tratamiento del cáncer.
- Un nuevo cáncer de mama.
¿Qué son y en qué consisten los controles médicos de seguimiento?
Los controles son exámenes físicos periódicos y pruebas médicas que solicita el médico para supervisar tu recuperación y evolución.
En general, lo que se recomienda en un plan de seguimiento es lo siguiente:
- Autoexamen de las mamas: es importante que te lo realices todos los meses en busca de bultos nuevos o cambios en la piel. No reemplaza la realización de la mamografía.
- Visita periódica al médico y exploración física: el médico te interrogará por la presencia de síntomas, evaluará tus antecedentes y te realizará un examen físico que consistirá en una revisación del cuello, las axilas, el pecho y la zona de las mamas.
- Mamografía: en general, se realizan en forma anual.
- Exploración ginecológica: es importante continuar con las visitas al ginecólogo en forma periódica. Si realizas tratamiento con la droga Tamoxifeno, infórmale si notas algún tipo de sangrado vaginal anormal.
- Densitometría ósea: en determinados casos, es necesario realizar este estudio de densidad ósea para ver el estado de los huesos.
Los controles durante los 3-5 primeros años después del tratamiento son, en general, cada 3 a 6 meses; y luego una vez al año
Además de realizar las visitas de control con el profesional que te esté atendiendo, entre consulta y consulta es importante que estés atenta a algunos de los síntomas que se detallan a continuación:
- Nuevos nódulos que aparecen en la mama, en la axila, en el cuello o en la piel, especialmente en la zona de la cicatriz.
- Cambios en la piel que recubre la mama, o erupciones o hinchazón en esta zona.
- Secreción por el pezón (líquido que sale por el pezón).
- Dolor constante en los huesos, en el tórax, nuevos y persistentes dolores de cabeza, problemas digestivos continuos, dolor de espalda o cualquier otro dolor persistente e inexplicable.
- Tos persistente o dificultad para respirar.
Si bien estos síntomas pueden ocurrir por muchas otras causas es importante consultar con el médico para descartar que no estén relacionados con el tumor.
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