La ansiedad por llegar al orgasmo, una gran enemiga de un placer más largo y diverso

Una especialista advierte sobre las consecuencias que pueden ocasionar la ansiedad y las preocupaciones en las relaciones sexuales para llegar al clímax.

En los tiempos que corren, el orgasmo es la estrella de las relaciones sexuales. A tal punto que, muchas veces, consideramos la calidad o el éxito de la relación sexual en función de si llegamos o no al orgasmo. Y si fueron más de uno, entonces, además de sentirnos exitosos, lo tenemos que contar.

"¿Cómo te fue con “x” anoche?" "Ufff, tremendo, acabe tres veces". ¿Te suena?

Por supuesto que el orgasmo, que implica la descarga de la tensión acumulada durante el sexo, es sumamente placentero en ese sentido, como toda descarga. Pero, durante toda la relación sexual, se sienten distintos placeres, en diferentes momentos y muchas veces, incluso, se evita llegar al final.

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Pareciera que en el vínculo sexual se busca, como en todo lo demás que emprendemos en la vida, solo un objetivo exitoso. En este caso, el prestigioso y tan ansiado orgasmo. El problema es que en esta búsqueda nos olvidamos de disfrutar el recorrido.

Es necesario prestar atención a todos los momentos que se generan en el contacto físico que supone tener sexo con una persona. Tocarse, olerse, acariciarse.

Lo más contradictorio, es que de ningún modo se logra un orgasmo sin conectar con lo que allí sucede, el sexo se disfruta en el presente, es un presente absoluto. Si ya al principio, cuando recién comienzan los besos, se está pensando en el final, nos vamos a perder probablemente el momento de mayor intimidad que se puede tener con la otra persona y sin dudas se va a sentir una frustración enorme si el orgasmo no llega. 

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Sería interesante comenzar a disfrutar las cosas en el momento en el que están sucediendo y dejar de perseguir éxitos que nos someten a una búsqueda estresante y nos alejan de percibir lo que sí realmente tenemos en cada momento.

Y si, luego de haber disfrutado un rato de profunda intimidad, el final regala una descarga satisfactoria, que sea entonces coronada con un buen abrazo, porque la próxima relación sexual comienza a construirse desde el momento en que termina la actual.

  • Fuente: Lic. Jacqueline Orellana Rosenberg, psicoanalista y sexóloga

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