Hablar de sexualidad nunca tuvo tanto interés como en las últimas décadas, especialmente a consecuencia del VIH que, al menos a los médicos de familia, nos obligó a colocar este tema en nuestra consulta de manera casi obligada. Ahora, en tiempos de otra pandemia donde las medidas de confinamiento obligan a permanecer más tiempo en nuestros hogares y, con ello, a compartir nuestro tiempo con nuestras parejas o compañeros/as o a través de las pantallas, resultó ser uno de los temas que mayor curiosidad ha despertado.
Saber qué ocurrió con la erótica y la sexualidad doméstica es uno de los grandes interrogantes sobre el cambio en nuestras costumbres de los últimos meses, y ésto incluye a las personas mayores.
Sabemos que, con el paso del tiempo, el deseo y la necesidad de sentir placer no desaparece pero, sí, en cambio, suelen disminuir las oportunidades de llevarlo a cabo, en especial a medida que nos hacemos mayores, donde mucho de ello tiene que ver con el discurso social.
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Pareciera ser que el rechazo social y cultural por el sexo entre personas mayores aún es muy fuerte. Nada más alejado de la realidad: las personas mayores gozan de un abanico mucho más rico y placentero de lo que se entiende por sexualidad y en eso se incluye la genitalidad.
Comprender que la sexualidad en la segunda mitad es emoción y comunicación es un primer paso para que el disfrute no se acabe (y evitar frustraciones)
Los primeros estudios sobre el binomio pandemia – sexualidad nos muestran que el equilibrio de la familiaridad – erotismo tiene sus pro y contras, una relación que está presente en toda pareja que comparta un hogar.
Por un lado, aquellas parejas consolidadas han visto un acercamiento, un fortalecimiento del vínculo amoroso. Sin embargo, el sexo, que siempre guarda un lado de misterio y oculto basado en la distancia, se ha visto desafiado.
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Las parejas de mayor tiempo de convivencia han resistido mejor los embates del encierro que aquellas que llevan menos tiempo juntas. Las cifras de divorcio, que en Estados Unidos crecieron al 34% y en China aumentaron tres veces luego del
confinamiento, mostraron una correlación con el tiempo de convivencia: a mayor tiempo de la relación, menor posibilidad de ruptura. Por si fuera poco, en los Estados Unidos el 30% de las parejas consultadas refirieron que el encierro produjo daños irreparables en la relación.
Para aquellos que, independientemente de la edad, pensaron que el encierro traería una explosión de nacimientos ésto aún esta por verse y dependerá mucho de qué país se trate.
El duro confinamiento de India hizo que millones de mujeres no pudieran acceder y continuar sus métodos de anticoncepción, y lo mismo ocurrió en Indonesia. Hablamos de dos de los países más poblados del mundo.
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En cambio, un estudio que evaluó la predisposición a aumentar la familia en España, Francia, Italia, Alemania y el Reino Unido mostró una retracción significativa en los planes de maternidad en las mujeres de esos países. La misma situación se vio en los Estados Unidos, donde se estima que habrá 300.000 nacimientos menos durante 2020.
Adultos mayores y pornografía
Los hábitos de consumo no escapan a la lógica que impone el encierro. Especialmente cuando la sexualidad, pasada la época de reproducción, busca el encuentro y el placer. La realidad es que, desde que el sitio PornHub anunciara a comienzos de marzo que liberaría sus contenidos Premium como una forma de hacer mas llevadera la cuarentena, las cifras de consumo no dejaron de sorprender.
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El aumento en el consumo de los contenidos de esta plataforma, medidos al inicio de la pandemia en Europa, mostraron un crecimiento del 20%. Si bien el website no brinda datos del consumo masculino, en Argentina las mujeres que visitaron este sitio crecieron un 17%; además, nuestro país se colocó entre los que los consumidores tenían una mayor edad promedio, siendo aquellos de 45 años y más el 25% de los consumidores. Los mayores de 65 años en nuestro país fueron el 5% lejos del 9% de Japón que tiene el mayor grado de envejecimiento demográfico global.
El tiempo promedio de visita iba en aumento con la edad del usuario, en los mayores de 45 años el tiempo medio de vista de los contenidos fue de 10 minutos. Para poder visualizar los videos a medida que aumentaba la edad, el uso de la computadora era mayor respecto del teléfono celular y las tabletas. Entre aquellos de 45 – 54 años el 48% uso PC y el 35% el celular.
Los mayores de 65 que utilizaron la PC fueron casi el 70% mientras que solo el 17% utilizo el celular.
La tableta ocupo el 17% en promedio de usos entre los mayores de 45 años. Otro punto de interés referente a la sexualidad de los últimos meses fue el incremento en la venta on line de juguetes sexuales.
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Según las consultas realizadas a diferentes firmas de Estados Unidos, la venta creció entre un 30 y un 200% según la firma.
La segunda mitad está irrumpiendo como la etapa más larga de nuestras vidas, en ella estamos los de más de 50, los de 60, 70, 80 y más. Un grupo tan heterogéneo como lo son los adultos y las personas que son "mayores" pero, no por eso, son clase pasiva, un concepto que seguramente luego de estos datos sobre los hábitos de intimidad que nos da la pandemia deberíamos comenzar a revisar en todos los planos.
- Diego Bernardini es médico, especialista en adultos mayores y envejecimiento. Es autor del espacio Nueva Longevidad en Buena Vibra, y autor del libro “De Vuelta”.
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