Aunque muchos factores pueden determinar la orientación sexual de alguien, se ha publicado un nuevo estudio que abre la puerta para sumar una nueva posibilidad. En este caso, la opción sexual podría estar derivando del útero materno.
En el pasado los científicos han notado el patrón de que hay más probabilidades de que en una familia el hermano menor sea gay. Ahora, luego de una investigación tienen una explicación biológica de por qué sucedería esto, y comienza mucho antes del nacimiento.
Ahora, la ciencia avala este efecto en relación a la orientación sexual, a través de un descubrimiento publicado por la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).
Si bien el número de hermanos mayores se había relacionado con anterioridad con la orientación sexual, la ciencia no había logrado explicar este fenómeno hasta ahora: en el artículo se detalla cómo el nivel de determinados anticuerpos en el sistema inmune de la madre podría desempeñar un papel en la orientación sexual de los hijos varones.
El estudio más reciente, elaborado por investigadores de distintas universidades canadienses, señala que el hecho de que algunos hijos se inclinen por cierta orientación sexual se debe a una proteína que se dirige hacia el cromosoma “Y” del embrión, durante el periodo de gestación.
Algunas madres llegan a desarrollar ciertos anticuerpos contra dicha proteína, la cual juega un papel fundamental para el desarrollo del cerebro masculino, ocasionando una alteración en las estructuras cerebrales subyacentes a la orientación sexual del bebé.
Según los investigadores, una proteína que se dirige al cromosoma Y del embrión durante el embarazo. Algunas madres desarrollan anticuerpos contra esta proteína, esencial en el desarrollo del cerebro masculino, un efecto que sucede cada vez con mayor probabilidad con cada gestación masculina, alterando las estructuras cerebrales subyacentes a la orientación sexual en sus hijos.
Es decir, cuantos más hijos varones tenga una mujer, más probabilidad hay de que los últimos sean homosexuales.
"Eso puede alterar las funciones en el cerebro, cambiando la dirección de cómo el feto masculino puede desarrollar más tarde su sentido de atracción", dijo el autor del estudio, Anthony Bogaert, psicólogo canadiense y profesor en los departamentos de psicología y ciencias de la salud de la comunidad en la Universidad Brock.
Bogaert y sus coautores estudiaron durante 20 años a un pequeño grupo de 142 mujeres y 12 hombres de 18 a 80 años y encontraron una mayor concentración de anticuerpos contra la proteína, conocida como NLGN4Y, en muestras de sangre de mujeres que de hombres.
Encontraron la mayor concentración de anticuerpos contra la proteína en mujeres con hijos gays más jóvenes que tenían hermanos mayores, en comparación con mujeres que no tuvieron hijos o que solo dieron a luz a niños heterosexuales.
Michael Bailey, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Northwestern, cree que las últimas investigaciones son importantes: "Nuestros estudios solo muestran que puede haber genes que importan en la orientación sexual", dijo. "No es como este estudio, que muestra que hay un mecanismo específico potencial por el cual la orientación sexual puede haber cambiado antes del nacimiento. Este es un trabajo importante y fascinante si resulta ser cierto".