Corrían las 3 de la mañana en la Guardia del Instituto Médico cuando al Dr. Esculapio y la Dra. Escapula, en plena atención de un paciente con una hemorragia digestiva, le ingresa un paciente con un infarto y, a los pocos minutos, un paciente con un cuadro compatible con accidente cerebro vascular. A esa altura de la madrugada, el médico y su compañera cumplían la hora 17 -sí 17- de guardia y se enfrentaban con los restos de sí mismos a la dura situación. ¿Excepción? No, figurita repetida. Es el sistema en el cual trabajamos y sobrevivimos los médicos en muchos lugares de Buenos Aires y del interior del país.
En una nota anterior, describimos la situación actual de los médicos de guardia en servicios de emergencias y/o terapia intensiva, y también podemos pensarlo en el caso de los médicos clínicos. ¿Cómo te atiende un profesional que debe evaluar y tomar decisiones fundamentales en un contexto así?
Para empezar, vale la pena hablar del “Síndrome agotamiento o Burnout en el equipo de salud". Concebido en Estados Unidos en los años 70, fue definido por Maslach y Jackson (1981) como "un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal que puede ocurrir entre individuos que hacen trabajo en condiciones exigentes y estresantes, que superan la capacidad de sus estrategias de afrontamiento y sus expectativas, a veces con ideas frustrantes y poco realistas" (1).
El agotamiento, sumado a ciertos factores individuales y a las características de las organizaciones donde los médicos se desarrollan asistencialmente, llevan a definir estas situaciones como “Burnout en el personal de salud”.
En 2014, en Intramed realizaron un estudio acerca del Síndrome de Burnout en médicos hispanamericanos, junto al Instituto de Investigación sobre la Calidad de Vida de la Universidad de Girona, España. Se estudiaron 11.530 profesionales de España y América Latina y encontraron una alarmante prevalencia del cuadro, con preocupantes consecuencias asociadas al deterioro personal y familiar y a la intención de abandonar la profesión. Según los resultados:
- El agotamiento emocional fue la primera variable asociada con el ausentismo, con la intención de renunciar a la profesión, el deterioro personal y el deterioro de la familia.
- La despersonalización se mostró asociada con la percepción de tener errores en su ámbito de trabajo.
- En la dimensión de "agotamiento emocional", ser mujer, trabajar realizando turnos de guardia, padecer una enfermedad crónica, ser soltero o divorciado y haber pasado el último año sin trabajar por cualquier causa son todos factores que se asociaron independientemente de la ubicación en los puestos más altos de burnout.
El síndrome del Burnout es común en la práctica médica, con incidencia que va de 25 a 60%(2). Los médicos del género femenino tenían 60% más de probabilidad que los del masculino de manifestar signos o síntomas de desgaste.
Estar emocionalmente exhausto es malo y peligroso para todos los eslabones del servicio de salud
Estamos en presencia de un “Problema de Salud Pública” no solo para los médicos sino también para los pacientes. ¿Qué médico puede asistir bien a una persona que necesita atención médica si está agotado o quemado? La pregunta se contesta con todo lo anteriormente descripto: Ninguno. Nadie puede dar lo mejor de sí si no tiene con qué. Repito: las consecuencias del Burnout de los profesionales de la salud también recaen sobre los propios pacientes.
Una manera de empezar a alumbrar el problema es atender algunos de los síntomas de Burnout en los profesionales de salud. Estos son:
• Síntomas de alarma en la fase temprana: incremento de los objetivos personales y profesionales y Agotamiento.
• Disminución en el compromiso hacia el paciente, al trabajo y aumento de las exigencias.
• Depresión.
• Agresión hacia compañeros y pacientes.
• Reacciones psicosomáticas: desesperación, pánico.
Además de ésto, tenemos un gran problema que se viene manifestando con alarmas que suenan, sin encontrar soluciones, que son las agresiones sobre el personal de salud. Existen agresiones físicas y verbales que año a año se incrementan.
Por ello, la situación que vive el equipo de salud en su conjunto es compleja, algo que además de ser injusto y preocupante en sí mismo, repercute sin duda en el paciente.
Debemos estar atentos en nuestro medio de trabajo para poder detectar estas situaciones y así cuidarnos y cuidar mejor a nuestros pacientes
El desarrollo de programas de prevención y tratamiento es prioritario en las instituciones dedicadas a la atención médica, para poder cuidar mejor a quienes necesitan nuestras capacidades y ponen en nuestras manos su salud. Esa es la esencia del ejercicio de la medicina en su conjunto, y tenemos que cuidarla entre todos.
Por Alejandro Risso Vazquez. Maestrando en Economía y Gestión de la Salud.
Referencias.
1. The consequences of burnout syndrome among healthcare professionals in Spain and Spanish speaking Latin American countries. Rosa Suñer-Solera, b, Armand Grau-Martína, c, Daniel Flichtentrei, Maria Prats, Florencia Braga, Silvia Font-Mayolasa, Mª Eugenia Grasa. DOI: 10.1016/j.burn.2014.07.004
2. Halbesleben J. R., Rathert C. Linking physician burnout and patient outcomes: exploring the dyadic relationship between physicians and patients. Health Care Manage Rev. 2008;33(1):29–39.