La Organización Mundial de la Salud estudió, por primera vez, el impacto a nivel mundial de la contaminación de los alimentos en la salud humana. Andrea Miranda, médica nutricionista, aconseja cómo evitar las enfermedades por consumo de alimentos en mal estado o contaminados.
De acuerdo a un estudio de la OMS, 420 mil personas mueren cada año en el mundo a causa de enfermedades transmitidas por alimentos contaminados, es decir, una cada 75 segundos. A través de un trabajo de ocho años y realizado por más de 100 expertos, la organización con sede en Ginebra presentó el informe "Estimación de la carga mundial de las enfermedades de transmisión alimentaria", el primero en estudiar cuál es el impacto de la contaminación de los alimentos en la salud y bienestar humanos.
“Los alimentos son vehículos de microorganismos, bacterias y sus toxinas, parásitos y virus, es por eso que hay hábitos importantes de incorporar para evitar problemas de intoxicación o contaminación, tanto en la compra, en el consumo como en la cocción de los alimentos”, explica la médica nutricionista Andrea Miranda, directora de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI).
En el estudio presentado por la OMS, se indicó que cada año hasta 600 millones de personas de todo el mundo —o casi 1 de cada 10— enferman por ingerir alimentos contaminados. En este sentido, el trabajo concluye que son 125.000 los menores de 5 años que mueren cada año por enfermedades de transmisión alimentaria, es decir casi un tercio del total de los fallecimientos por esa causa, pese a que los niños de esa edad representan solo el 9 por ciento de la población mundial.
Según indica el informe, estas enfermedades suelen presentarse en forma de diarrea, que en general se deben a la ingestión de carne y huevos crudos o mal cocidos, verduras y frutas mal lavadas, y productos lácteos, contaminados por norovirus, Campylobacter, Salmonella no tifoídica y Escherichia coli patógena.
Por ese motivo, la doctora Miranda remarca la necesidad de “cortar frutas y verduras por separado y con distintos utensilios de cocina, prestar atención a la temperatura de cocción que requiere cada alimento, chequear que los enlatados que compramos no estén abollados y por supuesto, su fecha de vencimiento”.
“También es importante, a la hora de cocinar, lavarse muy bien las manos, no tocarse pelo ni nariz, y, si se va al baño, volver a lavarse las manos, igual que si tocamos a las mascotas. Por último, la basura y desechos deben estar alejados de los alimentos frescos y de la mesa donde se preparan y cocinan las comidas”, concluyó la doctora Miranda.