Es un diagnóstico muy frecuente entre las mujeres en edad reproductiva y no debe preocuparte. Es un trastorno de características benignas y representa cerca del 70% de las patologías benignas mamarias en la mujer. Entender de qué se trata te sumará tranquilidad. Te contamos qué es la displasia mamaria, qué síntomas genera y cómo se trata.
La displasia mamaria es un trastorno que se presenta generalmente entre los 20 y 30 años de edad, y afecta a más del 60% de las mujeres entre los 30 y los 50 años de edad. No es maligna, pero sí es tratable.
Qué es la displasia mamaria
La displasia mamaria es una patología benigna de la mama, denominada enfermedad fibroquística. Es una alteración de la glándula mamaria, provocada por un desequilibrio hormonal (entre el estrógeno y la progesterona), que genera una forma anatómica especial.
La displasia es un trastorno vinculado a los cambios hormonales que se producen a lo largo del ciclo menstrual y en la edad reproductiva en general. También influyen los factores emocionales y psicológicos y el estrés, ya que los mismos afectan las hormonas, que repercuten sobre la mama.
Es privativa de la mujer en edad reproductiva, ya que no existe en la niñez ni en el hombre, y es excepcional y pasajera en la postmenopausia. A la vez, la displasia mamaria es difusa, porque puede comprometer todo el tejido mamario, aunque en general con distinta intensidad.
Dos tercios de las mujeres tienen algún grado de sensibilidad o dolor en las mamas en algún momento de su vida. Pero es importante destacar que el hecho de que duelan las mamas no implica necesariamente que exista algún trastorno mamario o algo maligno. De hecho, la displasia mamaria genera estos síntomas.
Cuáles son los síntomas de la displasia mamaria
Los cambios hormonales producen un aumento del tamaño de la mama y dolor en la segunda parte del ciclo. La displasia mamaria se produce porque hay mujeres que son más sensibles a estas hormonas y reaccionan con una dilatación de los conductos de la mama, lo que va acompañado de fibrosis, acumulación de líquido y formación de quistes. Es por eso que la displasia causa dolor, un síntoma que suele estar ausente en el cáncer.
La displasia mamaria se produce porque hay mujeres que son más sensibles a estas hormonas y reaccionan con una dilatación de los conductos de la mama, lo que va acompañado de fibrosis, acumulación de líquido y formación de quistes. Esta situación causa dolor, un síntoma que suele estar ausente en el cáncer.
Síntomas de displasia
- Consistencia desigual, irregular y densa del tejido mamario, usualmente más marcada en los cuadrantes externos.
- Molestia constante en los senos. Sensación de congestión mamaria.
- Dolor sordo, intenso y sensibilidad.
- Sensibilidad y edema premenstrual.
- Sensación de cambios en el pezón (sensibilidad). Pérdida de líquido por el pezón (no siempre presente, ligeramente amarillento o blanquecino).
- Múltiples nódulos de tamaño variable, más o menos dolorosos.
Es importante tener en cuenta que todo esto sucede o se intensifica notoriamente en el premenstruo, es decir, algunos días antes de presentarse el sangrado menstrual.
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Displasia y cáncer de mama: ¿Tienen alguna relación?
Muchos estudios internacionales enfatizan que no existe relación entre la displasia mamaria y el cáncer de mama. La explicación es clara: el cáncer de mama es una enfermedad de la mama que, como todo cáncer, se origina en una célula que comienza a reproducirse sin control y forma un tumor de células iguales o similares a ella.
La displasia mamaria, en cambio, es una alteración de la funcionalidad del tejido mamario. Las células de la mama siguen siendo normales y se reproducen normalmente, dando origen a otras células sanas.
Cómo se trata la displasia
El tratamiento de la displasia mamaria no siempre es necesario, pero suele responder a la medicación hormonal. Además, mejora o desaparece durante el embarazo y lactancia. El médico ginecólogo y especialista en patología mamaria Miguel Bensadon destaca que "es importante dar mucha tranquilidad a las mujeres que asocian displasia mamaria con riesgo de cáncer: no es así. Es más: muchas veces cuando la mujer entiende esta diferencia comienza su etapa de mejoría, que puede llegar hasta la desaparición total de los síntomas".
"En aquellas mujeres que sí necesitarán algún tipo de tratamiento, existe consenso general en la actualidad de que el tratamiento debe estar dirigido a tres objetivos fundamentales", agrega Bensadon. Estos son:
- Combatir las causas que la originan (tratamiento básico: endocrino).
- Combatir los efectos sobre el lobulillo mamario que lo manifiesta (tratamiento complementario: medidas higiénico-dietéticas, como por ejemplo reducir ingesta de cafeína, alcohol y sal).
- Tratamiento invasivo (punción de quistes, exéresis quirúrgica de nódulos, lesiones quísticas complejas o su cápsula residual, etc.) en casos de naturaleza no bien definida.
Cómo se diagnostica la displasia mamaria
Se realiza por los síntomas, el examen mamario, ecografía mamaria y mamografía (después de los 35-40 años).
Los dolores costales (de las costillas), musculares y articulares se pueden confundir con dolor en las mamas.
Causas de la displasia mamaria
Si bien aún no se conoce exactamente el origen de la displasia mamaria, existen diferentes teorías que lo explicarían. Todas ellas describen una modificación del metabolismo del tejido mamario y una fuerte influencia de las hormonas sexuales y el estrés en el desarrollo de este trastorno.
Algunas sustancia como el tabaco, el café, las bebidas colas, el té, ciertas comidas fermentadas, aportarían sustancias que inducen un aumento de las hormonas del estrés. Por eso parte del tratamiento consiste en modificar el consumo de dichas sustancias.
En resumen, podemos decir que las causas de la displasia están asociadas a:
- Factores endócrinos: exceso de estrógeno, déficit de progesterona y exceso de prolactina.
- Factores no endócrinos: alimentación inadecuada, uso de determinados medicamentos, etc.
- Factores psicológicos.
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