Enrojecimiento, irritación y pequeñas pústulas o granitos en el rostro son los síntomas más comunes de una enfermedad cutánea cada vez más frecuente. Conoce los distintos tipos de rosácea y los tratamientos recomendados para cada una. Claves para cuidar la salud de la piel y olvidarse del enrojecimiento que tanto afecta la autoestima de quienes lo sufren.
Te contamos qué es la piel rosácea, cuáles son sus causas y tratamientos y qué recomendaciones dan los dermatólogos para cuidar el rostro cuando sufres esta afección.
Tipos de rosácea
La rosácea es un tipo de enfermedad cutánea que produce una reacción de enrojecimiento en el rostro. Sus causas son desconocidas y, si bien no se puede curar, hay distintos tratamientos y cuidados sugeridos según el tipo de rosácea que padezcas.
A continuación, te contamos sobre cada una de las variantes y te recomendamos distintos productos para combatirla. Su clasificación tiene que ver con la gravedad del cuadro, que puede ser leve, moderado o severo.
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Rosácea pápulopustular
Este tipo de rosácea en la cara aparece en la zona central, pero de manera atenuada, junto con pequeños granos que se asemejan a los de acné, pero no lo son. Estos últimos salen en los cachetes en forma de brote, o sea, varios a la vez. En la piel se siente una sensación de ardor que llega a ser molesto pero no insoportable.
El aspecto de la piel tiende a ser graso y se pueden ver pequeñas telangiectasias, también llamadas “arañitas”, consecuencia de la dilatación de los capilares sanguíneos por debajo de la piel del rostro. Además, también se podrán notar algunos granitos que carecen de inflamación o de pus, a diferencia de los que aparecen con el acné. En este tipo de rosácea tampoco es frecuente que aparezcan puntos negros.
Una buena crema para tratar la rosácea pápulo-pustulosa es la Avene Antirojeces, que funciona como hidratante y calmante. Es muy recomendada por los dermatólogos.
Rosácea eritematosa-telangiectásica
Este tipo de rosácea se caracteriza por enrojecer el centro del rostro, los cachetes y la nariz y aparece de manera repentina y brusca. Al tocar la piel, es frecuente sentir un cierto dolor o una sensación de ardor en la zona, ya que la piel suele estar muy inflamada y sensible.
Durante los brotes de la rosácea eritematosa, se puede observar los capilares dilatados formando arañitas rojas en la piel. En el período entre brotes, cuando la piel se encuentra estable, el enrojecimiento persiste y la piel suele estar muy seca.
Para tratar este tipo de rosácea, te recomendamos la crema Rosaliac UV Riche de La Roche Posay, que ayuda a hidratar la piel, fortalecer los vasos sanguíneos y a proteger la piel del sol.
Rosácea fimatosa
Este tipo de rosácea toma su nombre a partir de la palabra “fima”, que refiere al engrosamiento de la piel debido a una inflamación constante causada por cualquiera de los dos tipos anteriores de rosácea. En general, suele aparecer más en hombres que en mujeres.
Poros dilatados, arañitas vasculares rotas y un brillo de aspecto graso son algunas de las consecuencias de la rosácea fimatosa que hacen que la piel se vea más tosca.
Al tocar la zona afectada, suelen sentirse bultos e irregularidades. La nariz es la zona del rostro en la que aparece con más frecuencia, pero también puede afectar las orejas, la pera, la frente o los párpados.
Para tratar la rosácea fimatosa, uno de los productos recomendados por los médicos es el kit de Lidherma Sense Control, que consta de una crema hidratante y una loción calmante.
Rosácea ocular
Muchas personas con rosácea, además de la afectación de la piel, suelen sentir molestias en los ojos, que pueden estar más llorosos, enrojecidos e irritados.
Los bordes de los párpados es donde se podrán notar las telangiectasias. La molestia de los ojos secos, como si tuvieran polvo, es una sensación que persiste en quienes padecen este tipo de rosácea, provocando que se los froten de manera recurrente.
La luz muy intensa es algo que toleran poco quienes sufren este problema y puede que tengan una visión borrosa. Algo que puede alterar mucho este tipo de rosácea (y empeorarla) es padecer una conjuntivitis, por ejemplo.
Un buen tratamiento para la rosácea ocular puede ser el Set Calmante de Idraet, que consta de una crema hidratante, un agua termal y un agua micelar. Pueden complementarlo comprándose unas gotas lubricantes para los ojos como las Artelac con colirio, que son una buena opción.
Rosácea fulminante
Este último tipo de rosácea suele aparecer en mujeres de corta edad de una manera repentina y brusca. La presencia de muchos granitos y nódulos internos es su principal característica. Muchas veces es difícil identificar este tipo de rosácea, ya que se asemeja mucho al acné.
Es clave el diagnóstico de un dermatólogo, porque un tratamiento temprano es clave para mejorar el pronóstico a futuro. Es muy común que forme cicatrices permanentes si no se la trata de manera rápida.
La crema de Malva de Just y la Eucerin Antienrojecimiento son dos cremas para la rosácea fulminante muy buenas.
Qué hacer para prevenir la rosácea
Si bien la rosácea no se puede curar, hay varios factores que ayudan a que puedas controlarla de la mejor manera posible. A algunas personas les ha pasado que la rosácea apareció y persistió por algunos años y luego, sin explicación, desapareció.
Durante el tiempo que dure esta condición es frecuente que sufras brotes puntuales. Estos sí pueden prevenirse o más bien “controlarse”. Existen algunas “reglas generales” de higiene y cuidado que puedes tener en cuenta para cuidar tu piel:
- Identifica qué desencadena tu rosácea: aprende a identificar qué hace que vos te brotes para poder evitarlo en el futuro. Algunos factores pueden ser comer chocolate, comida caliente o picante, exponerse al sol, sufrir mucho calor o mucho frío, tomar alcohol, etc. El estrés en ciertos momentos también es un desencadenante frecuente.
- Anda al dermatólogo: ante cualquier signo de rosácea, acudí a un profesional para que haga un buen diagnóstico y puedas hacer el tratamiento que sugiera y saber cómo seguir en adelante.
- Hidrata tu piel de manera constante: aplicar cremas hidratantes de manera cotidiana ayudará a tu piel a formar una barrera cutánea y ser menos susceptible a las agresiones externas.
- Usa protección solar: es importante que, además de evitar el sol, protejas tu piel de manera adecuada todos los días. Utiliza protectores solares especiales para el rostro. Marcas con buenas opciones son Isdin, Avene y La Roche.
- Evita productos que irriten tu piel: desmaquillantes o toallitas desmaquillantes que contengan alcohol, productos que contengan ácido o resequen mucho tu piel o que sean exfoliantes. Lo ideal es utilizar productos para pieles sensibles que sean hipoalergénicos.
- Usa geles y champús suaves: a la hora del baño también es importante que cuides tu piel y también tus ojos. Elegí productos suaves especiales para quienes padecen de rosácea. Esto ayudará a que tanto tu piel como tus ojos se mantengan estables sin irritarse por productos muy fuertes. Hay varios productos que cuidan tu cabello y además protegen pieles sensibles como el champú de Aveno.
- Busca maquillaje específico: elegir maquillaje indicado para personas con rosácea ayuda mucho a quienes la padecen. Hay una variedad de productos que tienen tonos verdosos para camuflar el aspecto rojizo de tu piel (se aplica primero el tono verde para tapar las rojeces y luego una base). Asegúrate de que sean productos para pieles sensibles, hipoalergénicos y libres de aceites.
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