Llegó la época del año en la que una gran cantidad de virus y bacterias pueden poner en riesgo nuestra salud. Bronquitis, gripes, resfríos y neumonías son algunas de las afecciones respiratorias que llegan con el frío.
Este invierno, con la pandemia mundial provocada por el COVID-19, todos los recaudos deben ser reforzados en extremo para protegernos
Qué podemos hacer para evitar enfermarnos
En los países del hemisferio norte, que atravesaron el pico de la pandemia durante el invierno, por un momento hubo un pronóstico poco alentador. Sin embargo, con el correr de los días y de la investigación médica, una gran cantidad de especialistas coincidieron en que el frío no se convierte en un propagador de la enfermedad, sino que son los hábitos sociales durante temperaturas más bajas -ventilación inadecuada de los ambientes, muchas personas en lugares cerrados, entre otros- los que aceleran el contagio.
Especialistas coincidieron en que el frío no se convierte en un propagador de la enfermedad, sino que son los hábitos sociales durante temperaturas más bajas los que aceleran el contagio
Cada vez que vemos a alguien con el pañuelo en la mano y la nariz enrojecida, sabemos que llegó la época de los resfríos y las gripes, y nos hace prender el alerta a los cuidados de nuestro cuerpo.
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Hoy, con el COVID-19 el panorama es complejo y requiere tomar todas las precauciones necesarias, para mantener nuestro sistema inmunológico fuerte y reducir al máximo las probabilidades de enfermarse.
Precauciones que se deben tomar
Los cambios repentinos en el clima influyen sobre el organismo, pues tanto la temperatura como la humedad ambiental pueden provocar enfermedades respiratorias. Durante estos cambios el cuerpo se vuelve vulnerable, porque debe adaptarse rápidamente y esta adaptación incluye también al sistema inmunológico, por lo que resulta importante estar atentos y mantenerse saludables.
Según la Organización Mundial de la Salud, cada persona sufre tres resfríos al año, entonces ¿qué podemos hacer para intentar ser la excepción?
- Lavarnos las manos con más frecuencia: Es importante recordar que los resfríos y la gripe se contagian por contacto directo, por lo que lavarse las manos con frecuencia y secarlas bien es clave para evitar la difusión de gérmenes.
- No tocarse la cara con las manos: Sobre todo fuera de casa, dado que las mucosas de la nariz y la boca, así como los ojos, son muy sensibles al contagio.
- Prestar atención a lo que comemos: La alimentación es nuestra aliada número 1 para alejar los resfríos. En nuestra dieta diaria no deben faltar vitaminas como la A, B o la C o minerales como el cobre, el hierro o el zinc.
- Evitar el estrés: Los nervios y la ansiedad juegan en nuestra contra debilitando nuestro sistema inmune. Es una tarea difícil pero necesaria, por lo que debemos prestar especial atención a alejar el estrés de nuestro día a día y encontrar espacios de distensión.
- Dormir bien: Dormir repara los daños celulares sufridos durante el día, por lo que el descanso nocturno ayudará a nuestro sistema inmune a recuperarse y aumentar sus fuerzas. Lo recomendable es seguir pautas correctas de sueño, evitar trasnochar demasiado y llevar un ritmo de sueño de entre 6 y 8 horas diarias.
- Ventilar la casa: Aunque haga frío, es clave que el aire corra y se renueve tanto al comienzo del día como al final, porque mantendrá los gérmenes fuera de nuestra casa.
- Evitar los espacios cerrados y concurridos: De ser posible, debemos evitar los lugares en los que hay mucha gente debido a las altas posibilidades de contagio.
- No automedicarse: Debemos usar los antibióticos solo en caso que el médico los recete. Mientras tanto, debemos descansar, alimentarnos bien y beber mucha agua para aplacar los síntomas.
- Optimizar el sistema inmunológico: El sistema inmunológico, compuesto por una red compleja de células, órganos y tejidos, es el encargado de defender al organismo ante las infecciones, como las bacterias y los virus. Si pensamos en el bienestar de nuestro cuerpo, en estar fuertes, en no enfermarnos y tener una vida plena, debemos acordarnos siempre de nuestro sistema inmune para implementar hábitos saludables diario que ayuden a potenciar nuestra barrera protectora.
- Tener presente el calendario de vacunación: Ayuda a prevenir enfermedades estacionales que aparecen en invierno (influenza, neumonía,entre otras)
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Muchas de las acciones que podemos hacer para prevenir el contagio o enfermarnos este invierno depende de nosotros mismos y de cómo cuidemos nuestra barrera de defensas. Una alimentación balanceada, buenos hábitos de higiene y mantener óptimo el sistema inmune pueden proteger nuestra salud y la de todos los que queremos.
Asesoró: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776), médico, investigador y Director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti” .