El envejecimiento es una parte inevitable de la vida, pero nuestros cerebros han aprendido algunos trucos útiles para ayudar a contener los efectos, tanto como sea posible, según una nueva investigación.
A medida que envejecemos también la forma en que mentalmente clasificamos los cambios de información envejece o, para decirlo de otra manera, las personas mayores parecen compensar las respuestas cognitivas más lentamente, puesto que la concentración se torna más difícil.
"Estos resultados indican que los sujetos de edad avanzada compensan el deterioro cognitivo a través de un mejor procesamiento perceptivo y atencional de las características del estímulo individual", escribe el equipo de la Universidad Ruhr de Bochum (RUB) en Alemania en su reciente artículo.
Los investigadores reclutaron 17 jóvenes y 10 personas de edad avanzada para el estudio, y les pidieron a los participantes que ordenaran círculos con varias combinaciones de colores en sus categorías correctas.
Algunas combinaciones de colores eran muy similares, mientras que otras eran muy diferentes, y los involucrados recibieron información sobre adonde pertenecía cada círculo a medida que avanzaba la prueba.
Tanto los voluntarios más jóvenes como los mayores no tuvieron ningún problema en clasificar los círculos que parecían similares, pero el grupo de ancianos encontró más difícil clasificar los círculos de apariencia distinta.
"Hay dos estrategias principales que utilizamos para categorizar las cosas", explica una de las investigadoras, Sabrina Schenk. "Si bien percibimos a los miembros de una categoría de manera similar, debemos aprender específicamente las excepciones y memorizarlas, ya que a las personas mayores les resulta más difícil cambiar de una estrategia a otra".
Se utilizaron rastreadores oculares y una máquina de EEG para medir las ondas cerebrales para rastrear su progreso y eso reveló que el grupo de ancianos estaba utilizando un tipo particular de atención selectiva, prestando más atención a los detalles y mirando más detenidamente que los participantes del grupo más joven.
"Hasta cierto punto, el cerebro es capaz de frenar los efectos negativos del envejecimiento al aumentar su nivel de atención", dice Schenk.
En otras palabras, es posible que haya menos poder cerebral para interpretar entornos amplios, pero la atención está dirigida de manera más eficaz.
Los investigadores sugieren que su estudio respalda la idea de que aprendemos inicialmente a través del procesamiento basado en la abstracción, seleccionando inicialmente sólo los datos relevantes de información y luego a través de una etapa de memorización ejemplar (comparando nuevos estímulos con todo lo que ya conocemos).
El siguiente paso para el equipo sería demostrar los mismos efectos en un tamaño de muestra mucho mayor, lo que podría conducir a desarrollar técnicas que ayuden a las personas de edad a entrenar su atención.
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