Un hombre de 35 años sufrió muerte cerebral el fin de semana luego de permanecer internado debido a una intoxicación por consumo de éxtasis y otras drogas en una fiesta electrónica que se realizó en la ciudad de Córdoba. Es el segundo caso en la provincia: una mujer perdió la vida en condiciones similares en julio.
"Se define su muerte encefálica, muerte cerebral que es muerte, fallecimiento", dijo a Radio Mitre Córdoba la médica respecto al estado del paciente ingresado el fin de semana, oriundo de Rosario (por qué es clave entender que la "muerte cerebral" es el fin de la vida).
Los estudios toxicológicos realizados al hombre dieron positivo por consumo de éxtasis y anfetaminas. De acuerdo con el informe médico, sufrió un fallo respiratorio grave, con edema y signos de hipoxia cerebral.
El tema genera alarma porque los casos se repiten en todo el mundo y los expertos advierten que el consumo crece a fin de año.
Las pastillas generan en los jóvenes apertura social, ausencia de miedo y pudor, empatía, anulación de la ira y sensualidad aumentada (no sexualidad). En paralelo, el cuerpo se daña irremediablemente
Crece el consumo en fin de año y vacaciones
En la última década, el éxtasis, de manera sigilosa pero constante, se ha ido instalando como “la droga de la diversión”, acompañando fundamentalmente a los adolescentes y jóvenes en las salidas nocturnas.
Año tras año, se convirtió en la droga con mayor índice de consumo ocasional y/o experimental en jóvenes, advirtiéndose un uso íntimamente vinculado a un modelo “estético” o “recreativo”: el 87% de los estudiantes de nivel medio de la Provincia de Buenos Aires que reconocen consumir esta droga lo hacen preferentemente los fines de semana.
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El verano y los períodos festivos implican un alerta extra: se multiplican las fiestas, los eventos y las situaciones de esparcimiento; se potencia el consumo y, por ello, aumentan los riesgos, dando inicio entonces a lo que denomino “temporada éxtasis”.
Referentes de las áreas especializadas de Toxicología en la Ciudad de Buenos Aires enfatizan que, efectivamente, durante los fines de semana se reciben más casos de adolescentes afectados por el consumo de alcohol asociado a pastillas de éxtasis y bebidas energizantes (se incrementan a partir de los jueves hasta los sábados, disminuyendo los domingos). Los mismos especialistas advierten que el éxtasis afecta a todo el organismo y que, ingerido con alcohol de manera frecuente, puede resultar fatal.
Drogas de diseño
En nuestro país, las “drogas de diseño” -tales como el éxtasis, ketamina, popper, anfetaminas y otras- multiplicaron su uso en los últimos años. El incremento en el consumo de éxtasis, puntualmente, superó el 1.000%. Y, según datos de la ONU, los estudiantes secundarios argentinos a nivel regional aparecen en el primer lugar de consumidores de drogas sintéticas.
Tal como sucede con otras drogas estimulantes, el éxtasis genera tolerancia: es decir, se necesitan dosis cada vez mayores para obtener el mismo efecto
Drogas sintéticas: signos de alerta
El alerta ya tiene algunos años y no hubo reacción ni en las autoridades ni en las familias. Cada vez son más los jóvenes internados con graves cuadros de intoxicación por mezclas y por drogas, ingresados en muchos casos con arritmias, infartos y aneurismas.
Factores de riesgo
- Presión cultural: hay una población vulnerable entre los adolescentes y jóvenes que se ven inmersos en una cultura que no tolera la tristeza, el vacío, el aburrimiento. Hay que estar “arriba”, ser “felices” a cualquier precio.
- Hay incapacidad de generar y movilizar recursos propios para generar diversión, socialización y experiencias agradables. Se trata de no dormir, de aturdirse, de erotizarse con estímulos varios, y todo cada vez más temprano, cuando la responsabilidad sobre el cuerpo y la salud no se instaló.
- Los especialistas en adicciones señalan que el perfil de consumidores de éxtasis “son chicos insertados socialmente, que tienen familia, acceso a dinero, bien nutridos, que en general estudian y/o trabajan, y muchos de ellos hacen algún deporte o entrenan”.
- Hay una tolerancia absoluta y una naturalización por parte de los padres del consumo de alcohol y de ciertas sustancias psicoactivas: “todos lo hacen”. Saben que el consumo empieza en la previa y termina en el boliche. La ruta de la droga, amparada en una gran hipocresía, comienza con el alcohol y la marihuana y sigue con pastillas, líquidos y aerosoles.
- Las drogas sintéticas son drogas recreacionales. En general, no generan adicción. Se consumen durante los fines de semana y están relacionadas con una noche de descontrol, con el ocio. Hay una clara búsqueda de emoción, de estímulo, de desconexión.
- Los especialistas también advierten que las dificultades de socialización que tienen hoy muchos adolescentes, escondidos detrás de vínculos virtuales, alientan el fenómeno. Los chicos se sienten solos, sienten pudores y limitaciones, e, inmersos en una cultura del déficit que siempre azota con la falta, cubren la angustia con sonsumos diversos. Salen a la noche, a la vida pública, y las sustancias psicoactivas les “regalan” la empatía que, creen, les falta. El éxtasis y otras drogas, legales e ilegales, les dan la sensación de conectar con el otro.
La trampa del “todos lo hacen”: padres temerosos, hijos en peligro
Uno de los puntos más graves de las drogas sintéticas es que nadie sabe exactamente lo que está consumiendo. La composición de las sustancias ilegales va cambiando constantemente y las bandas de narcos, perversas como pocos, usan a los chicos para probar nuevas mezclas e ir testeando en ellos nuevos productos para vender. “Cada 15 días hay una nueva droga en el país. Se venden bajo el nombre de éxtasis, pero tienen diferentes compuestos, que generan diferentes síntomas y efectos. Algunas son veneno puro”, repiten los especialistas en toxicología.